Universidad Nacional Autónoma de México. CCH Naucalpan: Pulso miente

Esta semana se viralizó la huelga de hambre iniciada por el profesor del área de matemáticas del Colegio de Ciencias y Humanidades, Mauricio Albuerne.

Se tiene conocimiento de que fue uno de los muchos afectados con el “error” en los pagos de profesores y debido a esto decidió emplazar una huelga de hambre como se menciona aquí.

El martes 18 de mayo, la página oficial del plantel, Pulso CCH Naucalpan, publicó un comunicado de la dirección en el que señala que dicha huelga de hambre había sido finalizada por el profesor, cuando esto es completamente falso.

Mauricio Albuerne, debido a la diabetes e hipertensión que padece, tuvo una complicación médica el día 17 de mayo, sin embargo esto no fue suficiente para que diera por terminada su protesta y aún permanece en su tienda de campaña en el Colegio.

El comunicado anuncia además que todas las demandas del profesor fueron cumplidas, pero esto también es falso, ya que una de las exigencias del profesor es la resolución del tema financiero para toda la plantilla docente afectada y la renuncia del director del Colegio, Keshava Quintanar.

Es claro que esta maniobra por parte de la dirección del plantel y las autoridades se enfoca en restarle importancia al emplazamiento a huelga, dado que este hecho ha tenido un gran alcance, evidenciando no sólo las problemáticas tocantes al salario de los profesores, sino también poniendo en tela de juicio puntos como la antidemocracia en la UNAM, tal como señala Albuerne en sus redes sociales, equiparando la elección del rector a la elección del Papa.

Docentes de la UNAM en pie de lucha ¿qué hace falta para vencer?

Existe una línea clara que siguen las autoridades de la UNAM y que apunta a disolver todo amago de organización independiente de la comunidad universitaria (profesores, estudiantes y trabajadores) y que se expresa presionando para que se reanude por completo la normalidad de las clases amenazando con la “pérdida del semestre” o como en este caso, con comunicados falsos.

Todo esto en miras de ignorar no sólo el problema en los pagos de los docentes, sino también previniendo que la organización de la comunidad avance en cuestionar aspectos como la precariedad laboral de profesores y trabajadores, la antidemocracia reinante en la estructura del gobierno y, por supuesto, el hecho de que en medio la una crisis sanitaria, económica y política, la UNAM no se detuvo, a pesar de que se quedaron rezagados o excluidos cientos de sus estudiantes.

Es indispensable replantearnos qué Universidad queremos y desde luego, alentar a que el movimiento se desprenda de todo rastro de confianza en las autoridades que como se demostró, no velan por preservar la integridad de sus trabajadores ni mucho menos les preocupa que existan condiciones dignas de educación para sus estudiantes.

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