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Red Internacional
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Jalisco. CEDHJ determinó que el caso de Giovanni fue una ejecución extrajudicial

La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco determinó que los policías que asesinaron a Giovanni cometieron una ejecución extrajudicial. El dictamen del organismo detalla que en este caso se violaron los derechos al debido proceso, la libertad personal y la presunción de inocencia.

Joss Espinosa

Joss Espinosa @Joss_font

Viernes 12 de junio de 2020

La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), presentó informes en los que se determina que Giovanni López murió a causa de una ejecución extrajudicial.

Esta declaración se da luego de que fuera viralizado el video en el que detienen a Giovanni López con violencia y las protestas que se desataron por la indignación generada ante el caso.

Muchos de los casos de violencia policial quedan en total impunidad y se hacen pasar como accidentes o responsabilizan a las víctimas señalándolas de estar involucradas o ligadas al crimen organizado.

Gracias a la presión por las protestas por justicia para Giovanni, hoy se muestra la realidad del asesinato.

El juez de control vinculó a proceso a los policías involucrados, por los delitos de tortura y homicidio.

En el dictamen de la CEDHJ se lee que en el caso de Giovanni se violaron los derechos al debido proceso, la libertad personal y la presunción de inocencia.

A los reclamos por justicia para Giovanni, ahora se suman la exigencia de la liberación y el cese a la represión contra las y los jóvenes que se manifestaron en días recientes contra la violencia policial.

¿Qué es una ejecución extrajudicial?

Se refiere al asesinato por parte de agentes del Estado o particulares al servicio del mismo, de forma arbitraria sin un proceso judicial o legal que lo "justifique". Se apoya en las potestades que les otorga el Estado.

Las ejecuciones extrajudiciales se dispararon a partir del despliegue de la militarización a nivel nacional. Es decir, desde que los militares comenzaron a tomar tareas de seguridad pública y “suplantar” a la policía. Pese a ello, las ejecuciones extrajudiciales no están tipificadas en el código penal federal y únicamente se contempla en homicidio con la agravante de ser ejercido por un servidor público.

Los organismos de derechos humanos a nivel internacional señalaban a la militarización como un error, pues el entrenamiento de los militares se basa en la dominación y asesinato del “enemigo”, es decir, las ejecuciones y asesinatos a manos de agentes del Estado, suplantaban detenciones, interrogatorios etcétera.

Uno de los antecedentes de la extensión de las ejecuciones extrajudiciales se dio en los 70s con el periodo conocido como la Guerra Sucia, en el que esta práctica se extendió de la mano de las desapariciones forzadas y la tortura.

Durante los sexenios pasados, los casos más conocidos como ejecuciones extrajudiciales fueron Tlatlaya, Estado de México, en el que se asesinaron a 22 personas; Apatzingan, Michoacán, con 16 muertos y Tanhuato, Michoacán, donde fueron ejecutadas 43 personas.

Estos son solo algunos ejemplos, pero las cifras en torno a las ejecuciones extrajudiciales son desconocidas, pues no se contabilizan como tales.

Detenciones ilegales y desapariciones forzadas en Guadalajara

Con el recrudecimiento de las medidas autoritarias en medio de la pandemia y el despliegue de la Guardia Nacional que da continuidad a la militarización, la juventud, las mujeres y los trabajadores se encuentran expuestos ante estos crímenes.

Casos recientes como el de Alexander en Oaxaca o Giovanni en Jalisco, muestran que la terrible descomposición continúa y no debemos permitir que sea así. Pero no podemos esperar a que el Estado se ponga a sí mismo en el banquillo de los acusados, y queda claro que la alternativa que optan es responsabilizar a individuos, cuando éstos actúan bajo la tutela de un Estado y un sistema que ha emprendido una guerra contra las mujeres, la juventud y las y los trabajadores.

Por justicia para Giovanni formemos un Frente contra la represión

Es vital poner en pie un movimiento que enfrente la violencia policial y exija que los militares vuelvan a sus cuarteles. No queremos seguir siendo los “daños colaterales” de una guerra que, aunque velada, continúa y se asienta en los más pobres.