Los pronósticos de la CEPAL vaticinan tiempos de pobreza para América Latina, quienes habían salido de la pobreza extrema podrían volver a caer en ella. El pueblo trabajador no puede pagar los costos de la pandemia, es urgente un programa de emergencia en beneficio de nuestros intereses.
Miércoles 13 de mayo de 2020
El pronóstico de la CEPAL no es muy alentador, según sus estudios la pobreza en América Latina aumentaría considerablemente.
Ante la caída del -5,3% del PIB y el aumento del desempleo de 3,4 puntos porcentuales proyectados por la CEPAL, la pobreza en América Latina aumentaría al menos 4,4 puntos porcentuales (28,7 millones de personas adicionales) con respecto al año previo, por lo que alcanzaría a un total de 214,7 millones de personas (el 34,7% de la población de la región). Entre estas personas, la pobreza extrema aumentaría 2,6 puntos porcentuales (15,9 millones de personas adicionales) y llegaría a afectar a un total de 83,4 millones de personas.
En este contexto, estiman que alrededor del 10% de las personas que se encontraban en situación de pobreza no extrema en 2019 (11,8 millones de personas) vería deteriorada su situación económica y caería en una situación de pobreza extrema.
Según las declaraciones de la secretaria ejecutiva de la CEPAL “La pandemia ha agudizado las dificultades de la población —especialmente la más pobre y vulnerable— para satisfacer sus necesidades básicas. Por ello, es preciso garantizar los ingresos, la seguridad alimentaria y los servicios básicos a un amplio grupo de personas cuya situación se ha vuelto extremadamente vulnerable y que no necesariamente estaban incluidas en los programas sociales existentes antes de la pandemia”, recalcó la secretaria ejecutiva de la Cepal.
La propuesta del gobierno
La propuesta de la CEPAL incluye un ingreso básico de emergencia que apunte a solventar la canasta básica familiar y otros insumos, por seis meses.
El gobierno, no solo ha manipulado información frente al desarrollo sanitario de la crisis. También ha quedado en evidencia que su único interés es cuidar las grandes utilidades de las empresas que tranquilamente se reparten utilidades, mientras el pueblo trabajador tiene que sacar de su seguro de cesantía para palear su subsistencia en medio de una pandemia mundial.
El proyecto de ingreso familiar de emergencia insiste en ajustar los beneficiarios, los aportes por tres meses en forma decreciente, de $65.000 el primer mes, $55.250 el segundo y $45.500 el tercero. Es una burla para el pueblo trabajador ¿Quiénes pueden vivir con este dinero?
Un programa de emergencia en beneficio del pueblo trabajador
La clase trabajadora y los sectores populares no pueden pagar los platos rotos de esta crisis. El gobierno y los empresarios quieren descargar los costos económicos de la pandemia sobre nuestros hombros, es urgente organizar la resistencia frente a despidos y suspensiones ¡Los trabajadores podemos dar una salida!
Se debe asegurar un salario mínimo de emergencia de 500 mil pesos, garantizado por el Estado, para los más de 3 millones de trabajadores que están en la informalidad, así como también a todas y todos los jubilados, que no pueden esperar y son los peores expuestos al virus.
Ante la inflación creciente, es necesario organizar el control de precios por trabajadores y sectores populares de consumidores, y expropiación de todas las cadenas farmacéuticas y de supermercados que aumenten sus precios lucrando con las necesidades del pueblo.
Para enfrentar las medidas de miseria del gobierno y conquistar ese programa es necesario organizarnos, levantar un gran movimiento contra los despidos y la precarización laboral que articule todos los ejemplos de resistencia y apueste por poner en movimiento la fuerza de la clase trabajadora para derrotar al gobierno.
Alejandra Valderrama
Redacción La Izquierda Diario Chile. Valparaíso, Chile
