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Red Internacional
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Tribuna Abierta. CGH 20 años: La historia de la huelga nos toca recuperarla a nosotros mismos

Mi deseo fue redactar una carta abierta, no pude; la emoción y el sentimiento a flor de piel afloran en cada tecla que oprimo.

Sábado 20 de abril de 2019

Hoy en la UNAM y en la historia de este país, una joven cumple 20 años. Sigue siendo linda y aún escucho su voz en las calles; retórica política balbuceante en el transporte público, mercados, plazas y donde exista pueblo.

Ella vestía de colores y la batucada la animaba, recordando al rector, "al hijo de la chingada, al son de su... noches de cabaret."

Ella, la huelga de fin de siglo, fue malquerida y despreciada por las autoridades universitarias, por los partidos políticos en su conjunto, por los medios de comunicación, el clero y los dueños del dinero, pero a cambio, fue cobijada por miles de mujeres y hombres que a diario hacen al pueblo.

Supo de los toletes y escudos de la "democracia" perredista; padeció de la infamia y la calumnia de los medios de "información"; de Poniatowska, Monsiváis, intelectuales y académicos de "izquierda", del menosprecio que se ganó por cuestionar al sistema electoral y no saber negociar cuando a los tres meses, a decir de los moderados, "ya había ganado".

Ella, la huelga que por su raza hizo hablar al espíritu a través de sus médicos, veterinarios, abogados, ingenieros, odontólogos, arquitectos, cuando en caravana iban a las colonias y comunidades para hablar de ella y poner sus conocimientos al servicio del pueblo, a los nueve meses de existencia fue avasallada militarmente, mientras sus detractores felices aplaudían el encierro y con ello, la versión de la "derrota", ¡nada más falso!

Ella (nosotros), no fuimos derrotados, en todo caso, la derrota fue personal o a conveniencia, porque ella, la huelga a través de sus jóvenes obtuvo acuerdos firmados el 10 de diciembre de 1999, violentados por Rectoría.

La huelga cumplió su papel en la historia de este país, aunque desesperadamente quieran borrarlo los académicos, los sesudos analistas de la prensa, la autollamada 4T y el régimen en su conjunto.

La historia aún presente de la huelga, nos toca recuperarla y escribirla nosotros mismos, que participamos en ella hasta el final; nadie más lo hará. Ahora, a veinte años de distancia, me viene a la cabeza un poema de Gioconda Belli que creo, nos viene bien.

Para todas y todos aquellos huelguistas que ya no están con nosotros, para los padres de familia, trabajadores y académicos que creyeron en nosotros. Para el pueblo de México.

Huelga

Quiero una huelga donde vayamos todos.
Una huelga de brazos, piernas, de cabellos,
Una huelga naciendo en cada cuerpo.

Quiero una huelga
De obreros de palomas
De chóferes de flores
De técnicos de niños
De médicos de mujeres.

Quiero una huelga grande,
Que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
El reloj las fábricas
El plantel los colegios
El bus los hospitales
La carretera los puertos.

Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una huelga donde respirar no sea permitido,
Una huelga donde nazca el silencio
Para oír los pasos del tirano que se marcha.

Gioconda Belli, poeta nicaragüense.

Yaim Waldo Moreno, integrante del Comité de Huelga de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, coautor del libro “Yo Soy Huelguista y Soy de la UNAM. Análisis y reflexiones sobre el movimiento universitario de 1999-2000”.

Puedes ver: [Dossier] A 20 años de la huelga plebeya que defendió la gratuidad de la educación