Fue ante empresarios de la Cámara de Comercio de los EE. UU. en Argentina (AmCham). El líder de UPCN dijo que, antes del megaDNU, habían acordado con el Gobierno "en un 90%" para transar derechos laborales. Mientras, dejan que avancen el ajuste y los despidos.
Martes 12 de marzo 21:48
Héctor Daer y Andrés Rodríguez en AmCham 2024
Mientras se profundiza el ataque a los trabajadores y trabajadoras, dos importantes líderes sindicales hablaron frente a empresarios de la Cámara de Comercio norteamericana (AmCham) sobre sus intenciones de "dialogar" con el Gobierno una reforma laboral.
Héctor Daer de Sanidad y Andrés Rodríguez de UPCN, ambos líderes de la Confederación General del Trabajo (CGT), tomaron el micrófono frente a un auditorio de representantes de multinacionales, y se mostraron comprometidos a negociar derechos laborales.
🗣️ "No tenemos ningún problema en consensuar una reforma laboral si es que nos convocan, pero no queremos ni apoyaremos la destrucción de la estructura sindical.", dice Andrés Rodríguez, Secretario General de UPCN, en el #AmChamSummit
🎙Entrevistado por @fantinofantino pic.twitter.com/xzHH9ghCn0
— AmCham Argentina (@AmChamArgentina) March 12, 2024
A la par -y a pesar de las conducciones sindicales- cientos de trabajadores y trabajadoras se organizan y resisten los despidos que efectúa el gobierno de Javier Milei y su ministro Luis Caputto, apoyados en las formas precarias de contratación y la falta de derechos que predominan tanto en el sector público, como en el privado, donde también atacan las patronales. Por su parte, los jubilados y jubiladas ven sus ingresos pisoteados, mientras el gasto en intereses de deuda superó lo destinado en jubilaciones.
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En este encuentro de la AmCham, los gremialistas se quejaron de que el Gobierno les imponga un techo en las negociaciones paritarias. Pero la CGT continúa sin plantear una convocatoria firme al paro nacional y un plan de lucha para enfrentar el feroz ajuste que cae sobre salarios e ingresos de las mayorías y sobre los puestos de trabajo. Frente a un presidente que tuvo el tupé de aumentase en dos millones de pesos el salario, y luego tuvo que retroceder por el rechazo social que generó.
Por el contrario, ambos dirigentes se mostraron abiertos a charlar con representantes del empresariado yanqui sobre su buena voluntad a la hora de entregar derechos. Andrés Rodríguez reprochó que "el ministro del Interior (Guillermo Francos), nos propuso una reforma laboral. Se fue con un 90% de acuerdo, y después apareció otro texto en el DNU. Y desde entonces no nos llamó más nadie”.
“No tenemos problema en consensuar una reforma laboral" -aclaró Rodríguez- "Lo que no queremos es la destrucción de los gremios". Y pidió que el Gobierno los convoque "a consensuar, así como se convocó a los gobernadores".
Actualmente la reforma laboral que el Gobierno intentó aplicar a través del megaDNU (70/2003), está frenada en la Justicia, por una medida cautelar que interpuso la propia CGT. Es probable que el Gobierno busque presentarla en alguna forma de proyecto de ley, como también quiere una segunda chance para la derrotada Ley Ómnibus, por lo que busca pactar con los gobernadores. El resto del DNU sigue vigente y la central de trabajadores tampoco plantea convocar la fuerza de los trabajadores para tirarlo abajo.
El peronismo continúa jugando a sostener la gobernabilidad del presidente Javier Milei y, a través de los dirigentes de las organizaciones sindicales, impone la paz social. Y que el pueblo trabajador soporte.
Ante los representantes del empresariado yanqui, Héctor Daer hizo referencia a una reunión que tuvo otro líder de la CGT, Gerardo Martínez, con el Fondo Monetario Internacional: "hasta el FMI dijo que hay que buscar consenso político y vigilar a los sectores vulnerables”. Efectivamente el gobierno buscó negociar luego de esta bajada de línea del Fondo, tras fracasar el intento autoritario de la Ley Ómnibus.
Pero la negociación que el Gobierno busca con los gobernadores no es más que para continuar con el plan motosierra, el saqueo de los salarios y jubilaciones y la destrucción de los puestos de trabajo, como así también del acceso a derechos aún garantizados por el sistema público. Con el Pacto de Mayo buscan transar un acuerdo fiscal con las provincias, para que luego los legisladores que responden a cada gobernador, colaboren con las próximas leyes que el Gobierno envíe al Congreso.
La única salvedad que hicieron los líderes de la CGT, fue contra declarar servicios esenciales, actividades como la educación, la salud o el transporte. Esto implicaría vulnerar el derecho a huelga y "es difícil de sustentar socialmente”, dijo Daer. Quien también insistió en que "la educación no es esencial ni en la Organización Internacional del Trabajo" y que es necesario financiarla.
Pero, realmente ¿qué derechos se pueden negociar con un Gobierno que viene a saquear para el Fondo Monetario Internacional? Y que solo le importa que los trabajadores y trabajadoras sean más baratos para las grandes empresas, más fácil de echar y que entreguen el tiempo de su vida y su salud para que ellos aumenten aún más sus ganancias.
Nada bueno se puede acordar en una reforma laboral: ni entre los gremios y el Gobierno, ni en Congreso.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario