El lunes próximo se realizaría el tan anunciado congreso de reunificación de las tres CGT. Aunque todo parece anunciar unidad, nada puede descartarse. El “Momo” Venegas impugnó el llamado.
Sábado 20 de agosto de 2016
De manera casi cotidiana, desde La Izquierda Diario, se ha venido dando cuenta del mundo sindical a través de diversas notas y análisis. En ellas ha quedado en evidencia, por un lado, el rol de tregua permanente que mantienen las direcciones sindicales ante los enormes ataques del Gobierno entre tarifazos, despidos, suspensiones.
Por otro lado en este medio también se expresaron miles de trabajadores que denuncian sus condiciones laborales, la precarización, el descontento y como se organizan para enfrentar las políticas de ajuste y la realidad de sus vidas, que nada tienen que ver con la rosca de las burocracias sindicales que apuntan a unificarse para seguir conteniendo a sus representados, bajo el histórico modelo verticalista y burocrático de siempre, modelo funcional a las patronales y los Gobiernos de turno.
Los capítulos de la rosca
Continuando con los episodios de la entreverada rosca de los burócratas sindicales camino a la reunificación, hay que dar cuenta de las últimas novedades antes de llegar al día de la unificación.
Los nombres que se barajan para el triunvirato los manejan los sectores a favor del mismo, representados por las tres CGT (Alsina, Azopardo y Azul y Blanca). Además, ya comenzaron a delinear los nombres de las organizaciones que completarán los 35 casilleros del Consejo Directivo de la CGT. Por esta razón –y por nada más- se reunieron el martes, en la sede de UPCN, Antonio Caló, Hugo Moyano y José Luis Barrionuevo, junto a los integrantes de la mesa de unidad y los asesores letrados de varias organizaciones gremiales.
Entre los dirigentes que ya tendrían asegurados cargos para sus organizaciones figuran -además de Schmid, Daer y Acuña- Andrés Rodríguez de UPCN, que ocuparía la secretaría adjunta; Gerardo Martínez (Uocra) en Relaciones Internacionales; José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) en la secretaría de Acción Social; Pablo Moyano (Camioneros) podría hacerse cargo de la secretaría gremial; la de Capacitación sería para el gastronómico Argentino Generio; y la de Finanzas para el panadero Omar Frutos, entre otros cargos y nombres que suenan.
Siguiendo con la lista, para la secretaría de prensa se habla del titular del gremio del Seguro, Jorge Sola, y en lugar de Caló por la UOM aun no está decidido por los integrantes del gremio metalúrgico. Otros nombres que tienen asegurado un lugar entre los restantes sillones de la CGT son los de Sergio Palazzo (bancarios) y Walter Correa (curtidores).
Los opositores al triunvirato
Los 66 gremios confederados que participaron ayer en el plenario que ratificó la candidatura a único secretario general de la CGT del ruralista Gerónimo “Momo” Venegas decidieron “no concurrir” al Congreso Normalizador del lunes próximo e “impugnarlo por nulo ante el Ministerio de Trabajo”.
Venegas, el más macrista de todos los caciques sindicales, exige el cumplimiento a rajatabla del Estatuto, que contempla la figura de un único secretario general y de 35 integrantes del consejo directivo.
Lo mismo sostiene el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), el espacio de Omar Viviani (taxistas) y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), entre otros.
Venegas juega fuerte con su pedido ante el Ministerio de Trabajo. En estos días aseguró que “la convocatoria en sí y el Congreso son absolutamente nulos”. La de “máxima” del “Momo” es lograr el aval de esa cartera para avanzar hacia un nuevo congreso que elija una conducción aún más oficialista que la que podría emerger del lunes próximo.
Por su parte, desde el MASA, después de una reunión el pasado miércoles, también definieron que no participarán porque “no se debatió de forma previa un proyecto nacional que contemple una agenda programática y objetivos concretos e inmediatos a corto, mediano y largo plazo”. El argumento suena demasiado rebuscado para lo que es una cuestión de cargos.
Así, a pocas horas del tan anunciando congreso de reunificación, la rosca parece cerrar pero con varios gremios poderosos afuera de la tan mentada “unidad” del movimiento obrero organizado.
La contracara de esta rosca que se sostiene sobre la tregua sindical es el debate que existe entre diversos sectores del sindicalismo combativo y de la izquierda sobre cómo enfrentar el ajuste en curso. En ese marco, desde la izquierda se sigue insistiendo en el llamado a un paro nacional que permita derrotar el avance del mismo.