Cerca de 100 estudiantes realizaron una asamblea de facultad donde se abrió la problemática del incumplimiento de acuerdos que se tomaron desde el año pasado entre el centro de estudiantes y las autoridades. Estos acuerdos consistían en que se transmitieran y grabaran las clases para quienes no pudiesen asistir presencialmente por diversos motivos (ser de región, ser madre o padre, por tener que trabajar, etc)
Jueves 31 de marzo de 2022
Les estudiantes en su mayoría se pronunciaron diciendo que esto era injusto para quienes necesitaban asistir a clases telemáticas o ver luego las grabaciones. Y es que este es un problema de clase, porque quienes más problemas tenemos para rendir y mantenernos en la universidad somos los que tenemos que trabajar y estudiar, hacernos cargo de hijes o familiares, o por ser de región y no poder venirse a vivir a la capital porque cada día la vida (y los arriendos) se hacen más caros. La crisis se arrastra desde la pandemia, que empeoró la situación, con desempleo, deserción escolar, endeudamiento con créditos para estudiar, etc.
Las autoridades de la facultad, y podemos decir que en el conjunto de la Universidad de Chile, han tomado medidas y hecho protocolos donde ni estudiantes ni funcionarios han tenido poder de decisión. Esto debido a que los consejos deliberantes de facultad, o sea donde se toman todas las decisiones importantes, está limitado para académicas/os, siendo el único estamento con verdadero poder. Distinto sería si triestamentalmente pudiésemos haber discutido los planes y acuerdos para llevar de la mejor manera posible las clases en un contexto de pandemia y de precarización creciente de la educación pública.
Con la vuelta a las facultades hemos sido testigos de las precarias condiciones que se mantienen en las universidades públicas, con salas pequeñas, sin buena ventilación y estas primeras semanas ni lugares para comer hemos tenido en el campus Juan Gómez Millas.
¡La democracia triestamental es urgente!
Todos los problemas de arbitrariedad académica, errores de implementación de los protocolos de vuelta a clases, diferencias en las condiciones de estudio entre las carreras y tantos otros, nos muestran una vez más que el modelo de universidad autoritaria donde unos pocos académicos deciden por todes ya no da más. Debemos pelear por un co-gobierno triestamental efectivo en todos los niveles de la facultad y que la voz de estudiantes y trabajadores se exprese y tengamos capacidad de decidir sobre el desarrollo y rumbo de nuestra casa de estudios.
Las y los trabajadores de la universidad, quienes sostienen el funcionamiento diario de las clases, y les estudiantes debemos exigir el mínimo derecho a tener voz y voto en las decisiones, de manera equitativa para los estamentos. A esto las autoridades se negarán porque disfrutan de privilegios al ser quienes dirigen solos la Universidad.
La asamblea de facultad de FFHH muestra un ejemplo de que esto se empieza a problematizar en les estudiantes, y que si nos organizamos para exigir nuestros derechos, y que se cumplan los acuerdos podemos darle vuelta la mano a las decisiones antidemocráticas que se han tomado. Y acercarnos a una educación gratuita, democrática y no sexista, con acceso irrestricto y abierta al pueblo trabajador.

Yuri Peña
Licenciado en Historia. Estudiante de pedagogía en la U de Chile. Militante de VENCER y del Partido de Trabajadores Revolucionarios