Según diversos estudios, Chile es el claro ejemplo de que la vacunación no sustituye la prevención y que los confinamientos no son una solución adecuada ante la crisis.
Domingo 28 de marzo de 2021
Llevamos aproximadamente un año y un mes desde que se decreto el primer caso de coronavirus en Chile que fue confirmado el 3 de marzo de 2020, durante este periodo estuvimos bajo confinamientos paulatinos y que fueron reduciendo las libertades de desplazamiento poco a poco, por medio de toques de queda y permisos colectivos, pero hoy nos encontramos con medidas aun más extremas como lo son las restricción de desplazamiento total para los fines de semana, con la intención de reducir los casos de COVID que ya aumentaron a más de 7 mil casos nuevos en un día, pese a las vacunas.
¿Qué tan efectivas son estas medidas?
En primer lugar, debemos considerar que las vacunas no son precisamente una cura contra el virus, sino más bien una forma de controlar y evitar complicaciones de gravedad que pudiesen llevar a la muerte, además de evitar el colapso de los hospitales que ya presentan falta de insumos, agotamiento mental y físico de las y los trabajadores de salud, además de contagios y muertes.
Al respecto de los confinamientos John Ioannidis experto epidemiólogo de Stanford ha dicho por medio de un artículo para la publicación médica STAT, titulado: «¿Un fiasco en ciernes? Que a medida que la pandemia de coronavirus se afianza, estamos tomando decisiones sin datos confiables», en el cual cuestiona las medidas draconianas que se han tomado por los gobiernos, sin la debida evidencia científica, como el aislamiento social, o la cuarentena generalizada. En una de sus conclusiones, y a pesar de la falta de datos, logra formular una conclusión: «Uno de los temas de fondo es que no sabemos cuánto tiempo se pueden mantener las medidas de distanciamiento social y las cuarentenas, sin mayores consecuencias para la economía, la sociedad y la salud mental.
Tal y como dice el experto epidemiólogo, se han tomado medidas por parte de los gobiernos, sin la debida evidencia científica dejando expuestos a millones de personas. En este caso una de las evidencias rescatadas por el ministerio de salud es que el 88% de los contagios es intradomiciliario, además durante estas cuarentenas totales habrá aproximadamente 14 millones de personas confinadas, situación que podría agravar los casos, considerando que en Chile existe mucho hacinamiento.
¿Qué sucede con la salud mental?
Sumado al riesgo de contagio, encontramos el aumento de las enfermedades mentales debido a los extensos confinamientos. Según estudios realizados por CIPER Chile, los niveles de suicidio han disminuido durante la pandemia. Los autores muestran que, pese a la baja, hay una incidencia considerable de pensamientos suicidas en jóvenes, personas que se sienten excluidas, y en aquellos que no reciben ayuda social. De no tomarse medidas de prevención y apoyo a dicha población, esa disminución inicial podría venir acompañada de un aumento sostenido en los meses siguientes.
¿Desempleo y quiebras de locales comerciales, entretenimiento y arte?
De acuerdo con datos entregados por la Superintendencia de Insolvencia y Re-emprendimiento -dependiente del Ministerio de Economía- desde octubre de 2019 a la fecha han sido declaradas en quiebra 1.661 empresas. Además de que miles de comerciantes ambulantes han visto encarecidos los precios y sin posibilidad de poder vender para sobrevivir a esta pandemia. Además encontramos a miles de artistas que han sido afectados, viendo como el teatro y las artes quedan como siempre relegadas de cualquier ayuda. Lo cual a su vez arrastra otro problema mayor que es el aumento del desempleo el cual ya llego al 10,2% y sigue en aumento, además del sobre endeudamiento en las familias y la falta de comida.
Es necesario que se tomen medidas reales frente a la pandemia con un sueldo de emergencia de 550 mil pesos, para todos aquellos que se vean impedidos de poder generar los recursos suficientes para sobrevivir, además de el cese del toque de queda y la implementación de medidas sanitarias a la altura de las crisis basadas en datos confiables.