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Red Internacional
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Sector Público. CONFUSAM en la encrucijada entre la Mesa, Valdés y sus propias Bases

Tras casi un mes desde el inicio de las movilización por la negociación del Sector Público persiste la ya reiterada postura del “bolsillo vacío” del Ministerio de Hacienda, sin embargo, desde las bases de la CONFUSAM se vislumbra una tendencia a la resistencia y dignidad de sus trabajadores y trabajadoras.

Kevin Bustamante Médico de Familia, trabajador de Atención Primaria de Salud, militante del PTR.

Sábado 29 de octubre de 2016

Un antecedente a tener muy presente

Hace casi un año, cuando se llevó a cabo la negociación entre los trabajadores y trabajadoras del Sector Público y el Gobierno, sufrimos una contundente derrota al conseguir nada más que un reajuste del 4.1% (bajo bono de termino de conflicto) versus un IPC del 3% esperado para este año, es decir, nuestro poder adquisitivo se vio favorecido en un 1.1%, lo que equivale a un aproximado de $3.300 pesos para los salarios de los funcionarios más desfavorecidos en la escala de remuneraciones del sector.

Dentro de los factores de este retroceso se puede considerar una actitud rutinaria y de falta de planificación de las negociaciones y movilizaciones de los dirigentes representantes de las 15 organizaciones de la Mesa del Sector Público frente a un gobierno que ya mostraba reducción del gasto público en aras del ajuste estructural derivado de la caída del cobre y los índices macroeconómicos cuya causa no reside precisamente en quienes trabajan por las instituciones públicas, sino en el propio empresariado que maneja a su merced las cifras, por ejemplo, del mineral insigne de nuestro país (que recordemos, cerca del 70% ha sido derivado para la rentabilidad de los empresarios).

Un año después…

El 23 de septiembre último decanta la postura con el llamado a Paro Nacional de la organización de funcionarios de la Atención Primaria de Salud Municipal, debido al incumplimiento del Protocolo de Acuerdo entre las partes en lo relacionado con el Financiamiento (aumento del per cápita), las condiciones laborales en los servicios de urgencia (SAPU, SAPUR, SUR) y en lo relativo a la Ley de Incentivo al Retiro donde el gobierno en el reglamento que rige dicha ley modificó la proporcionalidad de uno de los beneficios económicos según horas laborales por una reducción a la mitad de este si retirarse no se cumplía con las 44 horas (límite máximo), hecho último que agrava la situación y así se propician las movilizaciones que según palabras de su directorio se daría ”…inicio a una escalada ascendente de movilizaciones hasta lograr plena satisfacción a lo suscrito entre las partes…”

En este contexto, con la CONFUSAM en Alerta, se inicia la tradicional negociación por un reajuste salarial para el Sector Público, quienes exigían un 7.5% frente a la oferta del 2.9% desde el Ministerio de Hacienda con una expectativa de inflación de un 3.4 a un 3.9%, es decir y que por tanto representaría una pérdida del poder adquisitivo aprox. de un 0.9%. Así los ánimos, el 29 de septiembre se adhiere el 90% del Sector Público a un paro nacional.

Entre la Mesa y las bases

El miércoles de la semana pasada y ante un escenario inmóvil en los acuerdos con respecto al reajuste la Mesa del Sector Público decide iniciar un paro nacional, donde la CONFUSAM da el indicio de ser más ofensivo e iniciar así un paro de 72 horas a diferencia del resto de la Mesa que anuncia paralización de actividades por 48 horas. Esto, hasta una inminente reunión fijada para el viernes 21 de octubre en la que se negociaría la propuesta de un aumento del 0.1% por parte de la cartera presidida por el ministro Valdés y una disminución del 0.5% por parte de la Mesa, 3% y 7%, respectivamente. Dicha reunión no fue llevada a cabo por la suspensión por parte de la cartera de gobierno debido a factores como la ausencia del ministro que se encontraría fuera del país (lo cual debió ser detectado por los dirigentes representantes de la mesa) y que bajo la interpretación de Esteban Maturana (presidente de la CONFUSAM) fue un signo de “endurecimiento de la postura” desde la contraparte lo cual el mismo calificó de “inaceptable”.

Llegado el día viernes y ante una situación en crisis por la suspensión de la cita y la inflexibilidad de un gobierno austero y que dirige sus ajustes a la clase trabajadora se convoca a las bases de todas las federaciones de la CONFUSAM para deliberar las acciones a seguir en la semana entrante, donde la discusión se desarrolló en torno a avanzar hacia un paro indefinido o retroceder al estado de alerta para el día lunes 24, día fijado “antojadizamente” por Hacienda y donde ya se advertía la amenaza interpuesta que implica la eliminación del Bono de término de conflicto si la Mesa del Sector Público no firmaba el acuerdo del 3% de reajuste.

Frente al escenario de un gobierno que amenaza y con incumplimientos en la formalidad de la negociación como demostraciones de fuerza las bases de la CONFUSAM fortalecieron su postura y deciden dar el salto en la calidad de su lucha decidiendo continuar con las movilizaciones por un reajuste más digno sin importar el soborno del Bono de término de conflicto. Sin embargo, aquí se suscitan discrepancias en la táctica a seguir pues muy lejos de esa “escalada ascendente de movilizaciones” anunciada por Maturana se ha apostado por deponer el paro este 24 de octubre y VOLVER al estado de Alerta que según los resultados de nueva reunión este lunes se volvería a adoptar el paro. Pero de antemano se prevé que las condiciones no mutarán, por lo que casi el 50 % de las federaciones optó por un paro indefinido y la otra mitad por el estado de alerta, es decir, dos posiciones que, si bien mantienen vigente la posibilidad de estar movilizados, dan la clara señal de que hay una porción más que significativa de trabajadores de la salud que están a la vanguardia de sus dirigentes y que no temen a un eventual cierre de la mesa de negociaciones (a diferencia de la Mesa del Sector Público), porque reconocen la necesidad de dar una lucha a la altura de su dignidad y que además recupere la moral de la clase trabajadora del sector por medio de la organización, a pesar de que los horizontes sean igual de grises que hace un año.

Destacamos este punto de la organización, porque los trabajadores y las trabajadoras se sienten cada vez más ofuscados por la irregularidad en las decisiones de sus dirigentes quienes dieron una idea equívoca en la progresión de esta lucha, lo que tiene altos costos en su propia labor diaria, ya que les genera un caos cada vez que se levanta un paro por cuestión de días. Reconociendo así, que la postura de escalar y endurecer la táctica es necesaria por la correlación de fuerzas con el gobierno dentro de la misma Mesa, así como por la organización propia de su estado de huelga.

Esto último parece no ser recogido por sus máximos dirigentes, los cuales mantienen una postura temerosa y tibia a espera de las decisiones de un ministro que a priori se sabe intransigente y que en reiteradas ocasiones en la negociación ha reclamado que no hay más plata como lo dijo el presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro "viejo no hay ningún puto peso".

Entonces, Maturana que fue nuevamente reelecto presidente de la CONFUSAM no parece estar ni a la altura de sus propias declaraciones inundadas de retórica ni del avance en el análisis y posiciones de la propia clase trabajadora de la salud, pero sí parece estar más condescendiente con una Mesa tibia en sus intenciones y con un gobierno que no da luces de flexibilizar la ya conocida postura del ajuste austero y mezquino hacia los trabajadores.

Para poder luchar y conquistar nuestras demandas así como evitar que la crisis o desaceleración económica producida por los mismos empresarios y políticos a sueldo de ellos, es necesario levantar una coordinadora desde las bases de todos los trabajadores del sector público que rompa la tregua con el gobierno de la nueva mayoría.