Ajuste. #Cacerolazo: la bronca contra la suba de tarifas volvió a ganar las calles

Este viernes por la noche, diversas esquinas de la Ciudad de Buenos Aires y otras localidades del país volvieron a convertirse en centro de reunión de quienes reclaman contra las subas siderales de las tarifas en todos los servicios.

En la capital del país hubo manifestaciones en las esquinas de Acoyte y Rivadavia; Jujuy y Rivadavia; Jujuy y Belgrano; Corrientes y Medrano; Independencia y Defensa; Córdoba y Pueyrredón; Cabildo y Juramento; Puente Saavedra; entre otras. Por fuera de la Ciudad de Buenos Aires, el reclamo se expresó en ciudades como Morón, Lanús, Bahía Blanca y Caseros.

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El reclamo, más extendido que la semana anterior, puso en evidente el permanente descontento ante la suba de tarifas en todos los servicios. Subas impulsadas por el gobierno que, además, empujan hacia arriba el índice inflacionario.

En los cacerolazos pudo verse también el reclamo contra el cierre de escuelas nocturnas que viene llevando a cabo el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Los carteles contra ese ataque oficial a la educación pública pudieron verse en los distintos cortes que tuvieron lugar.

Las manifestaciones tienen lugar a horas de que empiecen a regir nuevos aumentos en el transporte urbano de pasajeros en el área metropolitana de Buenos Aires. Con las nuevas subas, el boleto urbano de colectivo costará $ 18 en marzo.

En la misma sintonía, el jueves por la tarde tuvo lugar una marcha de antorchas convocada contra los tarifazos. Convocada por el Frente Sindical por el Modelo Nacional y las CTA, la convocatoria reunió a cerca de 15.000 personas.

Paradójicamente el enorme descontento que existe por las subas en las tarifas no conduce a ninguna medida de fuerza contundente por parte de las organizaciones sindicales. La convocatoria realizada este jueves por el moyanismo y el kirchnerismo está muy lejos de la fuerza necesaria para derrotar una política de ajuste como la que implican los tarifazos.

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La suba de las tarifas es una consecuencia directa del ajuste acordado con el Fondo Monetario Internacional en interés de los grandes especuladores. Se trata de otra vía para descargar la crisis económica en curso sobre las espaldas de la clase trabajadora y el pueblo pobre. Y eso ocurre al mismo tiempo que se sigue beneficiando al gran empresariado.

Mientras se degradan las condiciones de vida del conjunto de la población trabajadora, las conducciones sindicales más cercanas al gobierno sostienen una escandalosa tregua. Por su parte, los dirigentes sindicales que postulan un discurso opositor han convocado a medidas que no están a la altura del ataque.

En este sector del sindicalismo se ubican gremios de enorme poder social como Camioneros, bancarios, telefónicos, Subterráneos y docentes, entre otros. Si solamente esos gremios convocaran a un paro nacional, la pelea contra los tarifazos tendría una fuerza enormemente mayor. Sin embargo no es ese su objetivo.

Este viernes Hugo Moyano volvió a hablar de un paro nacional “para los próximos meses”. Es decir, no anunció nada. Se trata, esencialmente, de una amenaza que se plantea en el marco de la campaña electoral. La dirigencia sindical, sea o no cercana al gobierno, trabaja preparando la campaña del peronismo hacia las elecciones de octubre.

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Esto implica no poner en movimiento las fuerzas necesarias. Como planteó este viernes el diputado nacional Nicolás del Caño (PTS-FIT), se trata de plantear un rechazo contundente: “Están bien las distintas movilizaciones, pero hace falta un paro nacional y un plan de lucha".

Solo avanzando por ese camino se podrá enfrentar y derrotar el tarifazo.