La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) se encuentra en un escenario de efervescencia política y polarización entre, por un lado, trabajadores que exigen justicia laboral y universitarios que impulsan un movimiento democratizador en la UAS y, por otro, las autoridades de dicha institución.
Martes 11 de julio de 2023
No es para menos. Además de la precarización y abusos que han sido denunciados por trabajadores de la UAS, han sido ventiladas diversas operaciones financieras multimillonarias sin licitar (las cuales serán desglosadas y citadas posteriormente) que supuestamente fueron llevadas a cabo por funcionarios universitarios de primer nivel.
Se trata de compras a sobreprecios que presuntamente han beneficiado a militantes del Partido Sinaloense (PAS) que a su vez son directivos de la UAS y, sobre todo, a un personaje: Héctor Melesio Cuén Díaz. A razón de las operaciones financieras mencionadas, la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción (parte de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa) el 3 de julio hizo llegar una solicitud al Poder Judicial del Estado para que funcionarios de la UAS (que serán mencionados más adelante) sean citados para una Audiencia de Formulación de Imputación de delitos, la cual quedó programada para el 21 de julio.
Frente a esto, las autoridades de la UAS han lanzado acusaciones de una supuesta “persecución política” del Gobierno del Estado en su contra. En ese contexto, el rector de la UAS, junto a la cúpula del Partido Sinaloense (PAS), efectuaron una marcha el 7 de julio, donde cientos de camiones llevaron a miles de militantes de dicho partido y trabajadores universitarios provenientes de todo el estado de Sinaloa a las calles de Culiacán, para exigir respeto a los derechos humanos y un alto a la violencia en la entidad. Dicha congregación fue llamada “Marcha por la Paz y la Concordia”.
¿Qué tiene que ver el Partido Sinaloense con la UAS?, ¿Quién es Héctor Melesio Cuén Díaz?, ¿Qué tiene que ver una marcha por la paz y en defensa de los derechos humanos encabezada por dirigentes del PAS y el rector de la UAS con el proceso judicial contra funcionarios universitarios?
Para efectos de dar claridad expositiva a este texto, se presentarán en un primer momento algunos datos que muestran las dimensiones económicas de las operaciones financieras aludidas, así como el papel que presuntamente en ellas han jugado el PAS y funcionarios universitarios; posteriormente se abordará la cuestión de las denuncias de represión llevadas a cabo por trabajadores y estudiantes de la UAS en contra de rectoría; y finalmente se hablará de los verdaderos objetivos de la mencionada “Marcha por la Paz”.
El PAS, la familia Cuén Díaz y el desfalco a la UAS
Hablar del PAS y de la familia Cuén Díaz es hablar de un cacicazgo universitario que controla a la UAS desde el año 2005 a través de dinámicas y mecanismos clientelares, además de corrupción y violencia que es ejercida en contra de sus opositores políticos, principalmente integrantes de la comunidad universitaria que han impulsado iniciativas para democratizar a la Máxima Casa de Estudios de Sinaloa y trabajadores que exigen justicia laboral.
Podríamos decir que un cacicazgo universitario es una forma de gobernanza que gira en torno a un personaje político central; en este caso, dicho personaje es Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la UAS (2005-2009), fundador y líder moral del PAS, así como padre de Héctor Melesio Cuén Díaz, joven empresario quien hasta finales de mayo de este año era titular de la Dirección de Bienes e Inventarios de la UAS.
Antes de su último puesto, Melesio Cuén Jr. fue director de la Torre Académica de la Unidad Regional Centro de la UAS. No ha sido el único integrante de la familia Cuén Díaz que ha ocupado puestos directivos en la universidad. Sus hermanas, Angélica María Cuén Díaz y Mónica María Cuén Díaz, en el actual periodo de rectoría tuvieron plazas como director B en la mencionada torre académica y como director C en la dirección de actividades artísticas, respectivamente, con jugosísimos sueldos.
Los tres flamantes juniors fueron destituidos ─formalmente renunciaron de sus puestos en mayo-, frente a la presión política y mediática desatada luego de que se comenzaran a publicar notas por el supuesto enriquecimiento inexplicable de la familia. Los Cuén Díaz la veían venir: días después la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica interpuso una denuncia en la Fiscalía General del Estado de Sinaloa en contra de integrantes del Comité de Adquisiciones, Arrendamientos, Servicios y Obra Pública, entre los que destacan Melesio Cuén Jr., el rector de la UAS, Jesús Madueña y Robespierre Lizárraga Otero ─director de asuntos jurídicos de la UAS, militante del PAS y exdiputado local por dicho partido—.
Durante los últimos 13 años la familia Cuén Díaz ha amasado un patrimonio calculado en 123 millones de pesos. Después de que Melesio Cuén padre fue rector de la UAS (2005-2009) y hasta el 2022 su familia se ha hecho de nada más y nada menos que 70 propiedades.
En términos generales, el desfalco a la UAS, hasta donde se sabe, se desglosa de la siguiente manera: 3.5 mil millones de pesos en impuestos que la universidad descontó de la nómina a trabajadores y que no pagó al SAT; 18 millones de pesos en la compra de tortillas durante la pandemia; 30 millones de pesos en la compra de carne y pollo; 56.8 millones de pesos en la compra de pantalones Levis y lonas, adquiridos a sobreprecio; 526 millones de pesos en diversas compras irregulares que la UAS ha hecho a proveedores vinculados a la familia Cuén Díaz y funcionarios universitarios; y más de80 millones de pesos invertidos en publicidad y bots para, por un lado, difundir una “buena imagen de la universidad” y, por otro, desatar una guerra sucia contra adversarios políticos y periodistas que han evidenciado lo que sucede en la UAS.
El informe del rector Jesús Madueña y la “Marcha por la Paz”: entre violencia porril y demandas por corrupción
El 8 de junio el rector de la UAS, Jesús Madueña, rindió su segundo informe de labores en el contexto de protestas que trabajadores universitarios han estado impulsando durante los últimos meses, y encuestas sobre la necesidad de una nueva Ley Orgánica que estudiantes han efectuado entre la comunidad universitaria, así como de la difusión mediática del desfalco desglosado anteriormente.
El día del informe el rector omitió hablar de las compras sin licitar. Mientras el evento transcurría, la presencia de trabajadores no se hizo esperar; ejerciendo su derecho a la manifestación en la vía pública se posicionaron en la calle que da entrada a la torre de rectoría y comenzaron a lanzar consignas como “fuera el PAS de la UAS” y a exigir mejores condiciones laborales, así como un alto total a las agresiones institucionales y físicas que funcionarios universitarios y porros cuenistas ejercen contra ellos.
La respuesta de rectoría tampoco demoró: un grupo de porros, acompañados de personal de seguridad universitaria, salió de rectoría y propinó una verdadera golpiza a los trabajadores, a quienes superaban en número. La cosa no paró ahí: los porros, en su euforia represiva, hicieron extensas sus agresiones en contra de un periodista del semanario RíoDoce que cubría el evento y que se encontraba grabando lo que sucedía en la calle.
Estas agresiones no han sido las únicas: a inicios de mayo un estudiante de la UAS, que a su vez es integrante del movimiento por la democratización de dicha universidad, denunció en redes sociales un atentado contra su vida que llevaron a cabo autoridades universitarias cuenistas.
Queda claro que para los dirigentes del cacicazgo que controla a la UAS la libertad de expresión y la libre manifestación no son derechos y que están dispuestos a todo con tal de callar cualquier voz que haga evidente lo que está pasando en la universidad.
A pesar de la violencia con que actúa el cuenismo y los evidentes atropellos a los derechos humanos y laborales cometidos por dicho cacicazgo, las autoridades de la UAS, en conjunto con el PAS y el PRD, impulsaron el 7 de julio la “Marcha por la Paz y la Concordia”, la cual fue encabezada ─con total cinismo— por el rector Jesús Madueña y el cacique Melesio Cuén Ojeda.
En realidad, esa marcha no fue la “Marcha por la Paz”, sino la “Marcha por el PAS”; una manifestación cuyo verdadero objetivo es ejercer presión en las calles para que las instancias de impartición de justicia correspondientes no lleven hasta sus últimas consecuencias los procesos judiciales contra los funcionarios universitarios ligados al PAS acusados del desfalco de la UAS. En grupos de WhatsApp de trabajadores UAS afines al PAS directivos convocaron —más bien les exigieron— ir a la marcha por indicaciones del líder ─Melesio Cuén Ojeda—; para “mostrar el power”, expresando, además, que si el gobierno de Sinaloa “le sube el tono”, habrá más eventos de ese tipo.
No obstante, hay que decirlo claro: la comunidad universitaria UAS sí debe salir a las calles, pero a exigir castigo a la familia Cuén Díaz, así como a los dirigentes del PAS que sostienen el cacicazgo de Cuén en la UAS; a exigir que se solucione la situación financiera de la universidad, en parte, mediante la expropiación de las propiedades que Cuén, los funcionarios universitarios y los dirigentes del PAS han amasado a través de la precarización de trabajadores universitarios, así como de la corrupción y la violencia brutal que ejercen contra la comunidad universitaria democrática; a exigir mayor financiamiento para la UAS, pero en beneficio real de sus trabajadores académicos y administrativos y de su comunidad estudiantil; y a conquistar una verdadera democratización de la universidad.
Esto último solo se podría lograr mediante un movimiento universitario fuerte y políticamente independiente del gobierno del Estado y de todos los partidos políticos del régimen electoral mexicano, incluido el Morena, el cual ha demostrado que, si sus intereses en el marco de la coyuntura política así lo requieren, estarán dispuestos a llevar a cabo pactos de impunidad con el cacicazgo cuenista: la redituable alianza que el PAS logró con el Morena para la elección a la gubernatura 2021 (que rescató al PAS de una inminente muerte política) lo demuestra, así como el hecho de que Adán Augusto López, exsecretario de Gobierno federal y actual aspirante a candidato presidencial por el Morena, apoya abiertamente a Héctor Melesio Cuén Ojeda. Para muestra un botón; solo hay que revisar la página oficial de Facebook del cacique: https://www.facebook.com/hectormelesiocuen.