Es muy común desde que comenzó el sexenio de AMLO escuchar y ver en YouTube, radio o televisión, que en pocos meses la oposición al gobierno actual se plagó de "expertos" economistas, que dan su opinión de forma moralista sobre lo que está bien y lo que está mal de la economía nacional.
Sábado 8 de agosto de 2020
En general cualquier tipo de acción de AMLO es denostada con megáfonos y luces de alerta como un gravísimo error que nos costará caer rotundamente en un mundo distópico caníbal y de cielos grises.
A su vez, las pésimas declaraciones del Ejecutivo como decir que "a los pobres no se les secuestra", que "tenemos millones de enfermeras en casa" o el hecho de declarar que "Trump ha tratado con respecto a los mexicanos", allanan el terreno para el surgimiento de personajes nada serios como David Paramo o el Chapucero, quienes se han convertido en líderes de opinión de miles de mexicanos desinformando con el único fin de defender a sus preferencias políticas.
La economía y la globalización han generado siglos de una competencia bestial. Están detrás de las crisis, las condiciones de pobreza y distribución de trabajo que conocemos hoy y que se comenzaron a crear con la expansión de los capitales industriales y financieros del siglo XIX.
El Covid-19 puso al descubierto el fracaso del capitalismo en todas sus facetas, niveles y rostros, tanto gobiernos de derecha, ultra derecha o los que se dicen "de izquierda" han fracasado en evitar la muerte de miles y la propagación del virus, debido a que sus sistemas de salud están dirigidos para ganar dinero no para salvar vidas.
Es parte de nuestro día a día escuchar que la crisis se le atribuye a la emergencia sanitaria, pero esto es propaganda de los dueños del dinero para intentar mantener a flote su barco de “libre competencia” donde lo único que compite es el hambre.
Desde la caída de los bancos en 2008 la crisis mundial comenzó un descenso en picada que a 12 años no se ha logrado reponer, ya que no ha concebido dar con la clave que pudiese reactivar la industria y la economía.
Esta crisis provocó que en distintos países del mundo se reflejaran movimientos sociales de gran envergadura que han sido centro de la atención internacional en estos doce años, jornadas de huelga en Grecia, Italia, España, también el caso de la guerra del Donbass en Ucrania tuvo su relación con las condiciones económicas que ofrecía Rusia o la Eurozona a los habitantes Ucranianos, la primavera árabe y más recientemente las manifestaciones que se dieron en Hong Kong, el Líbano, chalecos amarillos en Francia y en América Latina. Todas estas expresiones fueron reprimidas y desviadas tanto por dirigentes y partidos de derecha o “izquierda institucional”.
A la llegada del SarsCov-2 en 2020, esta caída de la economía mundial recibió una aceleración tan rauda que es únicamente comparable con las caídas en épocas de guerra. Los datos que se han registrado a 8 meses de la pandemia son alarmantes y no son exclusivos de una zona o región, la enorme pérdida de empleos y la caída de los PIB en todo el globo muestran claramente que el modelo a seguir es un modelo exclusivamente de explotación que carece de cualidades para el desarrollo humano.
El desempleo a nivel mundial es el principal protagonista en esta pandemia y poco se hace para revertirlo, ¿algunos números a nivel mundial?
La crisis sanitaria ha traído una caída histórica en Europa.
- 12.1% en la Eurozona PIB
- 11.9% Toda Europa PIB
- Desempleo 7.8% ↑
Ejemplos de caídas:
- España primer trimestre -5.2% segundo trimestre 18.5%
- Francia primer trimestre -5.9% segundo trimestre -13.8%
- En España hay 12 millones de pobres, un tercio de la población total
- Japón registró una caída en su primer cuatrimestre de -0,6%, más leve de lo que se esperaba pero que profundiza su recesión.
En el caso de los Estados Unidos tenemos los siguientes datos: Primer trimestre -1.3% segundo trimestre -9.5%, ochenta y dos décimas de caída en tan solo 3 meses para la economía más fuerte del mundo.
México tiene firmado un tratado de libre comercio con la Unión Europea que data del año 2000. De la misma manera, en 2004 se firmó el Acuerdo de Asociación Económica entre México y Japón.
Este acuerdo incluye primordialmente un Tratado de Libre Comercio y una serie de rubros más que son meramente estéticos como la cultura, educación y el medio ambiente.
Con los Estados Unidos de Trump se acaba de actualizar el TLCAN dando pasó al TMEC y marcando una continuidad de 26 años de integración económica.
En los tres casos que tomamos como ejemplo, incluyendo el de Europa donde México es tratado con “preferencia”, las condiciones son desfavorables para México respecto al desarrollo de su economía y el intercambio de materias.
México tiene un intercambio principalmente de productos no terminados, mientras que los socios comerciales exportan una enorme gama de productos terminados. Esto además incluye las preferencias y facilidades que se le otorgan a esas economías para instalar sus plantas de producción en México y pagar salarios bajísimos, a la vez que México no podría instalar una fábrica en otro país puesto que las condiciones de los trabajadores y e infraestructura serían inigualables. Esto además del hecho de que México tiene un catálogo prácticamente nulo de productos y estos son nada atractivos para dichas potencias que tienen resueltas todo lo que respecta a primera necesidad.
Estos datos que tomamos únicamente de tres de los múltiples acuerdos de integración económica que tiene México firmados y que en los diferentes niveles de integración han llegado a coquetear, de manera aún más desfavorable a México, al pretender una Unión Aduanera sin reconocimiento, como lo hizo EUA planteando que México debía limitar su intercambio con países como China o Venezuela, nos demuestran que la economía está ligada y atada a las reacciones del mercado mundial donde es poco lo que AMLO puede hacer desde palacio nacional.
Es por eso, junto a muchas condiciones más profundas, que la economía mexicana es funcional y está adaptada a la distribución del trabajo global que favorece plenamente a las grandes potencias y al imperialismo de Estados Unidos, dejando sin margen de movimiento a la economía nacional que no cuenta con industria propia.
Dentro del modo de producción capitalista global, nuestra economía funge únicamente como un gran taller de manufactura y venta de frutas y verduras. Estas son las verdaderas condiciones que nos someten a una caída histórica del PIB de 17.3%, porque nuestro sustento depende completamente de las trasnacionales que acaparan el flujo de capitales y nos lo roban en sus grandes fortunas.
Así que la politiquería que manejan en los medios de comunicación se queda muy por detrás de la realidad, se reduce a la guerra de ideas desinformadas que avalan a la oposición de derecha o a la 4T, pero que en ambos casos está errada.
Los opinólogos de hoy en día no son más que gente que intenta desinformar aún más al pueblo. Desde la derecha con el argumento de que "PAN o PRI lo habrían hecho mejor" tratan de influir en la decisión electoral de las personas, pero la realidad es que tanto esos partidos como el hoy gobernante responden a intereses de negocios extranjeros y del gran capital. Mientras AMLO dé continuidad a las reformas y al modelo de producción capitalista nada vendrá verdaderamente positivo para los trabajadores, jóvenes, mujeres y pueblo pobre del país.
La clave es levantar una organización independiente de estos grupos que parece que se contraponen pero que tienen al mismo patrón.
Impulsemos un Movimiento Nacional Contra la Precarización y los Despidos.