Con un promedio de un minuto por llamada, se les exige que atiendan entre 200 y 300 llamadas en un lapso de 5 horas y casi sin tiempo para ir al baño. Trabajadores de call centers de todo el país comienzan a organizarse en una Red de Trabajadores Pericarizados.
Sábado 8 de agosto de 2020 19:11
Desde el inicio de la cuarentena las empresas de contact centers redoblaron los ritmos de atención, la cantidad de llamados que reciben los trabajadores y las exigencias de cumplimiento, acompañadas de amenazas de despidos o descuentos.
“Recibimos llamadas de aproximadamente un minuto, durante 5 o más horas”, comenta un grupo de trabajadores de la cuenta VISA en la empresa Aegis en Tucumán.
En cualquier otra cuenta de atención al cliente la duración de un llamado se exige que sea de hasta 5 minutos o un poco más, contando el tiempo de resolución, y sin descanso entre llamados. Por eso es corriente escuchar de síndrome de “burnout” o síndrome de “cerebro quemado”.
En esta cuenta en particular los asesores llegan a atender entre 220 y 300 llamados en 5 horas aproximadamente. Es decir, un minuto o menos por llamados, sin descanso. Las consecuencias de esta sobreexplotación son tanto físicas como psíquicas.
“Terminamos el día con fuertes dolores de cabeza, en el mejor de los casos irritables, sin poder concentrarnos en nada después. Algunas compañeras sufren ataques de pánico, otras se encuentran medicadas con ansiolíticos para continuar trabajando. Hay compañeras que sufren todo esto, pero no quieren ir al médico porque saben les van a recetar alguna medicación. No es la manera de trabajar”, cuentan los trabajadores a este diario.
Lo más grave que nos comentan es respecto al uso del tiempo de baño: “Tenemos que solicitar autorización para poder ir al baño, a veces tardan hasta diez minutos en dárnosla, mientras tenemos que seguir atendiendo. Incluso en un momento intentaron descontarnos ese tiempo de nuestro descanso”. La empresa atenta contra la dignidad humana al restringir o condicionar el tiempo que un empleado puede hacer uso del baño. Lamentablemente es un método antiguo en estas empresas, pero se reforzó mucho más desde el inicio de la cuarentena.
A pesar de las denuncias y reclamos realizados a la empresa, el sindicato no parece dispuesto a tomar cartas en el asunto. Pero los trabajadores de call centers comienzan a organizarse en todo el país en una Red de Trabajadores Precarizados para discutir cómo empezar a defenderse de los ataques patronales. Es necesario exigir a los delegados y a la directiva que convoquen a asambleas de trabajadores para discutir cómo empezar a pelear por ponerle un freno a la explotación extrema, reducir la intensidad de la jornada y empezar a recuperar derechos básicos como los tiempos de descanso.