Nadia Calviño, conocerá hoy finalmente si logra la presidencia del Eurogrupo. El devenir social-liberal del gobierno “progresista” no hará sino acelerarse y profundizarse si lo consigue.
Jueves 9 de julio de 2020
La ministra con más peso del ejecutivo de Sánchez e Iglesias, Nadia Calviño, parte como favorita para presidir el Eurogrupo. Este organismo, compuesto por los ministros de Finanzas y Economía de los Estados miembros, ha jugado un papel clave en la decisiones de gran trascendencia en los últimos años. Intervino de forma determinante en la crisis de la deuda al principio de la década pasada. En los próximos meses tendrá una importancia capital en el diseño de los programas de “reconstrucción”.
Se trata de un cargo que entronca de forma directa con uno de los centros de poder europeo desde donde se han impuesto las principales políticas neoliberales de la UE. La candidatura de Calviño no es casual, ella es la representante directa de las grandes empresas y entidades financieras dentro del gobierno. Respaldada de forma explícita por la gran patronal de la CEOE y grandes banqueros como la familia Botín, en su momento incluso llegó a optar a la presidencia del tan denostado Fondo Monetario Internacional.
En la votación de esta tarde en principio cuenta con el apoyo de los principales países de la UE como Alemania, Italia, Portugal y evidentemente el Estado español. De obtener el cargo, moverá aún más la balanza a su favor dentro del Consejo de Ministros y Ministras.
El PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, ha buscado activamente apoyos para que Calviño consiga los votos necesarios. Reforzar a la ministra que más ha abogado públicamente por políticas duras de carácter neoliberal y que se ha opuesto a cualquier medida en favor de la clase trabajadora, es fundamental tanto para favorecer la llegada de fondos europeos como para consolidar los acuerdos con el PNV y Ciudadanos.
Este intento de nombramiento de la ministra española en el Eurogrupo está también enmarcado en esta disputa entre el ala liderada por Iglesias y el núcleo duro del Gobierno. En los pulsos internos dentro del gobierno, Calviño ha conseguido ya importantes victorias, como el rechazo a la derogación de la reforma laboral.
El papel de los ministros de Unidas Podemos con respecto a las grandes decisiones económicas seguirá siendo el de dar el visto bueno a viejas recetas neoliberales y encajonar hasta las pequeñas reformas con las que se presentaron a las elecciones. Episodios como la renuncia de al impuesto a los grandes patrimonios, serán la norma de los años que queden de legislatura.
Los y las ministras de Unidas Podemos se conformarán, como hasta ahora, con ser la “cara social” de un gobierno cuyas políticas fundamentales seguirán basadas en la consigna de responsabilidad fiscal y “reformas estructurales” de Calviño, es decir recortes y ajustes.
La crisis económica está mostrando como “el gobierno más progresista de la historia” es un gobierno servil a los dictados neoliberales de la Unión Europea y garante de los privilegios del núcleo duro del capitalismo español. Es en este marco, en el que la elección de Calviño probablemente fortalezca el carácter pro patronal del ejecutivo de Sánchez e Iglesias, preparando el terreno para que la mayoría de la población tenga que soportar en los próximos meses y años una “ crisis social que se va agravar, y momentos muy difíciles” como declaraba recientemente el propio Pablo Iglesias ante sus partidarios en un acto virtual.