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Red Internacional
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Crisis política en Bolivia. Camacho intenta unificar a la derecha golpista

El líder cívico de Santa Cruz y principal impulsor del golpe de estado, Luis Fernando Camacho, negocia frenéticamente con los partidos de la derecha una alianza para las próximas elecciones.

Martes 3 de diciembre de 2019

Foto: Luis Fernando Camacho (Reuters/Marco Bello)

En un nuevo episodio de la rosca política pos golpe de estado, el derechista líder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, dijo haber iniciado negociaciones para formar una alianza electoral de cara a las nuevas elecciones generales del 2020. Camacho tiene como objetivo lograr una única alianza que unifique a la derecha golpista contra el MAS y en su anuncio se refirió al Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), entre otros. Por su parte, Marco Antonio Pumari, otro de los instigadores del golpe, se distanció de esas alianzas y dijo que en estos momentos su prioridad son las demandas de Potosí.

“Un fin de semana bendecido. Hemos firmado y logrado importantes acuerdos con la mayoría de las fuerzas políticas nacionales” afirmó Camacho en sus redes sociales y aludió particularmente al “acuerdo preliminar” logrado con el MNR. Además informó que los acuerdos incluyen al Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan Bol) y Unidad Cívica Solidaridad (UCS). Pero la sorpresa para algunos fue la participación del Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) a través de “líderes departamentales” con los que el cívico cruceño habría firmado un acuerdo. El FRI junto con Soberanía y Libertad (Sol.bo) formaron la alianza Comunidad Ciudadana (CC) que llevó como candidato a Carlos Mesa en las pasadas elecciones.

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Evidentemente Camacho está maniobrando para aparecer como el hombre fuerte del país y así encabezar una alianza con la que aspira a ser electo presidente, en unas elecciones que tendrán como principal fin no solo continuar legitimando y consolidando el golpe de estado sino que buscan evitar que el MAS pueda ganar y llegar nuevamente al gobierno, como afirmó hoy en el canal Universitario (TVU), el empresario Juan Lechín (hijo del histórico burócrata sindical Juan Lechín Oquendo ya fallecido) que señalaba que había que evitar que el “demonio”, en alusión al MAS, vuelva a Palacio.

La apuesta de Camacho de pactar con un sector del FRI apunta a torpedear la candidatura de Mesa ya que es este partido el que tiene la legalidad necesaria para presentar una lista. Sin embargo, este mismo lunes la dirección nacional del FRI ratificó la alianza con Mesa y acusó de “falsos dirigentes” a quienes firmaron el acuerdo con Camacho.

Carlos Mesa aparece desdibujado en un escenario político altamente polarizado y donde la ofensiva presidencialista de Camacho amenaza reducirle votos y dividir a la oposición. Esta operación aumenta las posibilidades del MAS de obtener el triunfo en primera vuelta.

Por su parte, el líder del Comité Cívico de Potosí (Comcipo), Marco Antonio Pumari, afirmó a la prensa que “hay sumas que restan” en referencia a los anuncios de Camacho. Dijo no haber tenido tiempo para discutir con el líder cruceño sobre las alianzas porque en este momento su prioridad son las necesidades de Potosí. “Mi decisión va a estar sujeta a lo que digan las instituciones de Potosí y mientras no haya una decisión voy a seguir con mis actividades como presidente del Comcipo”.

El sábado Camacho dejó trascender al diario El Deber que Pumari había acordado con él en Potosí el lunes 25 de noviembre que formarían el binomio presidencial, en lo que parece una movida para presionar a Pumari a una definición rápida.

Las listas del MAS aún no están definidas aunque se barajan nombres como el joven dirigente cocalero Andrónico, que no contaría con los favores de la clase media, frente a nombres como el del ex ministro de Economía, Luis Arce Catacora, el gringo Gonzáles (ex presidente de Diputados), y alguien que tiene peso en el mundo aymara pero también en las franjas de las clases medias, como el ex Canciller, Choquehuanca.

El facho Camacho levantó cabeza gracias al MAS

La promulgación de la ley de convocatoria a elecciones junto con los convenios de “pacificación” firmados entre la derecha golpista de Áñez y el MAS inaugura la carrera electoral. Con estos acuerdos, el MAS se encargó de barnizar de legalidad al golpe de estado, usando la movilización espontánea del pueblo alteño, de las 20 provincias de La Paz, Sacaba (Cochabamba), Yapacaní (Santa Cruz) y otras localidades del país. Terminaron negociando sobre la sangre derramada -con las masacres de Sacaba y Senkata- para preservar sus cuotas de poder y sus salarios en la gestión del Estado.

Que hoy un personaje como Camacho sea candidato a presidente, es responsabilidad del MAS que durante los años previos vino enriqueciendo y alimentando a la agroindustria, coqueteando con las iglesias evangélicas y con el Papa, y con los múltiples actos de bonapartismo y autoritarismo que irritaron a las clases medias. Camacho hoy encumbrado como hombre fuerte de la ultraderecha, ha sido parte de las marchas contra la ley de identidad de género y contra la ampliación de las causales para la despenalización del aborto.

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Hoy queda claro que el empresariado y la agroindustria que se beneficiaron con Evo Morales, están hambrientos para saquear los recursos del Estado. La promulgación del nuevo Plan de Uso de Suelos PLUS en el departamento del Beni, aprobada por los asambleístas del MAS bajo la dirección de la derecha beniana le entrega a la agroindustria el 42% del territorio departamental. Esto no solo que es una continuidad con lo que venía sosteniendo el MAS sino que es en realidad un cambio cualitativo, es un salto enorme en el saqueo de los recursos y en la extensión de la agroindustria.

Los “ingenuos” que pensaron que el movimiento cívico, clerical, policial y militar, tenía un carácter progresivo y al que calificaron de “levantamiento popular”, como el POR, muchos representantes de la intelectualidad boliviana y algunos burócratas sindicales, son en realidad cómplices de este ataque no al MAS, sino al movimiento obrero, campesino, indígena y popular.