En reunión realizada a inicios de la semana, representantes de las diversas cámaras empresariales le propusieron a Carlos Alvarado reducir el empleo público, que se extendiera la jornada laboral, se opusieron a impuestos para los ricos, solicitaron créditos especiales, se declararon el sector más afectado por la pandemia y como si fuera poco urgieron levantar la cuarentena para que se hagan más grandes sus bolsillos. Se presentaron de cuerpo entero para aclarar que solo les interesa una cosa: sus propios bolsillos.
Domingo 26 de abril de 2020
Fotografía con fines ilustrativos de Carlos Alvarado con representantes de la Unión de Cámaras.
En las reunión participaron el propio Alvarado, María del Pilar Garrido, ministra de Planificación; Rodrigo Chaves, titular de Hacienda; André Garnier, de Coordinación y enlace con el sector privado. Las cámaras fueron representadas por Enrique Egloff, presidente de la Cámara de Industrias y Julio Castilla de la Cámara de Comercio, entre otros.
Que el gobierno reduzca salario para dar ese dinero a los empresarios
Según el presidente de la Cámara de Comercio “no queríamos que se tomara que quisiéramos que se recorte en empleo público, pero hay una realidad”. La realidad es que la Cámara de Comercio está por un recorte en el empleo público, hecho que en sí mismo no tiene nada que ver con la pandemia ni la cuarentena por el Covid-19. Con la excusa de combatir la crisis económica del Covid-19, en realidad dan continuidad al ataque al salario y a las condiciones laborales, política que han tenido por décadas de neoliberalismo.
El motivo por el cual es necesario para los empresarios reducir el empleo público es “la premisa de que nosotros como sector, muy afectados, somos el mejor cliente del gobierno, y hay menor recaudación” por tanto si el gobierno no tiene dinero para comprar a los empresarios, ellos se verán todavía más afectados. Para los empresarios es mejor que el gobierno despida trabajadores, libere dinero y gaste ese dinero en compras a los propios empresarios. Obvio ¿no?
Es un negocio redondo para un sector que ya de por sí ha recibido moratoria en seguro social, reducción en servicios esenciales (agua, luz) para las empresas y políticas crediticias en el marco de la pandemia. Ahora además quieren ganar más dinero directamente del Estado. Quieren que el dinero se quite a salarios y pase directamente a sus bolsillos.
Lo cierto es que los cientos de miles despidos y el ataque al salario en el país no se deben al Covid-19, sino a la política de Carlos Alvarado y las Cámaras patronales, que han desatado una crisis económica muy grande con el objetivo exclusivo de garantizar sus fortunas.
No importa la pandemia, que se levante la cuarentena
Según el mismo representante de la Cámara de Comercio la propuesta de los empresarios es que de lunes a viernes, los restaurantes puedan trabajar durante más horas, así como que a los demás tipos de comercios se les permita abrir sábado y domingo.
"Estamos conscientes de que este tema de la apertura es una oportunidad y tenemos que hacerlo bien porque, si no, puede dispararse la curva” de contagios de covid-19.
El representante empresarial no puede garantizar de ninguna manera que no se dispare la curva de contagio, pero sin embargo está dispuesto a jugarse el chance de que todo salga bien ¿Así o más irresponsable?
Un ejemplo de cómo a los grandes empresarios no les importa que haya muertos siempre y cuando sus negocios funcionen. Busca las ganancias a toda costa, aún si el costo es vida humana. Levantar la cuarentena para el enriquecimiento de unos pocos y la exposición de miles al virus sería una medida reaccionaria que expondría a la muerte a miles de personas.
Los empresarios han señalado que pueden expandir los protocolos que hasta ahora se han usado en la industria alimentaria. Pero si tales empresarios han descubierto un protocolo absolutamente seguro y que evita plenamente el contagio de Covid-19, deberían decirlo claro para tomar medidas pertinentes a partir de ahí. Nos permitimos dudar de su palabra.
El virus ha puesto a las principales ciudades del mundo contra las cuerdas. Los representantes empresariales no tienen ninguna medida concreta para evitar el contagio masivo de Covid-19.
Contra cualquier impuesto… a los sectores más altos
Enrique Egloff, presidente de la Cámara de Industrias, señaló que “sería serio que se graven salarios altos sin conocer la realidad; las personas que tienen salarios altos, medianos y bajos están haciendo sacrificios importantes para preservar el empleo y el ingreso de sus familias”.
De manera descarada el magnate industria Egloff hace un juego perverso sobre el salario. Estos señores y su prensa llevan décadas atacando los salarios y las pensiones de empleados públicos. Arriba vimos los motivos. A los empresarios se les hace intolerable que un conserje de la UCR gane un millón de colones al mes después de 15 años de trabajo, porque prefieren que ese dinero el Estado lo use para comprarles a ellos. Ha sido público y manifiesto para todo el país este ataque permanente a los “salarios altos”
Pero si se menciona poner impuestos a la riqueza y a los salarios verdaderamente altos, como los de los jerarcas de instituciones estatales y a los CEO’s de las empresas privadas, que ganan muchísimo más que un millón de colones. Cuando se trata de tocar sus salarios (que no son salarios en realidad, sino que es una manera en que se apropian estas clases medias de su parte de la ganancia capitalista) entonces obviamente los grandes empresarios se oponen a dichos impuestos “al salario”
Con la pantalla de proteger “los salarios altos” (pero nunca los salarios de los trabajadores de carne y hueso, a quienes los empresarios hacen mucho más que cobrarle impuestos), se busca proteger a todos los ricos, para que no les pongan ningún impuestos a ellos. Mientras tanto todos los trabajadores pagan no solo el impuesto al salario, sino que además de no recibir nunca un salario adecuado por el valor que producen, después tienen que darle su salario a otros empresarios, de transportes, a los caseros, de los supermercados, etc.
Cambiar la jornada para explotar empleo, no para generarlo
De igual manera que en su defensa a los “grandes salarios” de los CEO’s y los jerarcas del Estado, el empresario intentó defender en la reunión con el gobierno a “las pequeñas empresas”, obviamente para defender a las grandes empresas.
En su defensa de un proyecto de ley que permitiría implementar jornadas de 12 horas cuatro días a la semana, Egloff argumenta “para que las empresas que están generando empleo puedan seguirlo haciendo”.
Esta política de extender la jornada laboral busca explotar más la producción, pues si se trabajan 12 horas durante 4 días, al final se trabajan 48 horas. Si son 8 horas durante 5 días, se trabajan 40. Esto ya de por sí suponiendo que muchos empresarios no pagan horas extras y si las pagan no es nunca por el valor que produce el trabajo en ese tiempo.
Que las empresas generan empleo es, también, uno de los grandes tópicos del discurso empresarial, una idea que repiten en demasía, para hacerse pasar como la clase auténticamente productiva. Pero esto es enteramente falso. La clase productiva es la clase trabajadora y eso ha quedado particularmente claro durante la pandemia, ya que sin trabajo la sociedad no se habría podido sostener. Sucede que los empresarios no “generan empleo” sino que lo explotan. Toman de miles de personas, los convierten en desempleados a través de sus políticas y después se presentan como los héroes del país, los generadores del empleo.
Crédito fácil para los grandes empresarios
Al inicio de la cuarentena, la política del gobierno fue beneficiar todos los préstamos superiores a cien millones de colones, lo que dejó por fuera a la gran mayoría de las pequeñas empresas del país.
Cuando los representantes empresariales solicitan líneas de crédito en mejores condiciones, se olvidan de mencionar que han sido sobre todo ellos quienes han obtenido los beneficios de la política del gobierno. En ese sentido dicen defender a las pequeñas empresas pero solo para cubrir sus intereses particulares.
Ni un colón quieren poner las Cámaras empresariales para atender la pandemia de Covid-19. Lejos de eso quieren aprovecharla para rebajar los salarios públicos y privados, buscan la quiebra de los pequeños negocios para acumular más capital y quieren que el Estado y los bancos les regalen dinero para ello. Buscan aumentar sus ganancias a costa de la salud y bienestar de los más grandes grupos del país: la clase trabajadora y las clases medias bajas.
Es necesario una política de autodefensa de la clase trabajadora, los desempleados y las clases medias bajas
Es necesario que la crisis económica no la paguen los asalariados sean públicos o privados, los desempleados, ni la paguen las clases medias bajas.
En primer lugar hay que detener los despidos y los ataques al salario. La clase trabajadora no tiene porqué pagar una crisis económica que ha sido provocada por la política de empresarios y gobierno y que nada tiene que ver con el Covid-19. Por ello exigimos la recontratación de todos los despidos con un salario especial para la cuarentena. Es necesario un impuesto especial a los 500 grandes contribuyentes para garantizar un seguro de desempleo a los más de 100 000 trabajadores que han sido despedidos. Exigimos al gobierno y a los diputados un proyecto de ley en este sentido y a las direcciones sindicales les exigimos que se orienten a ese objetivo.
Exigimos rebajas en los servicios esenciales para las casas de habitación de trabajadores y trabajadoras, especialmente aquellos haciendo teletrabajo, pues de otra manera estos trabajadores pagarán de su bolsillo los negocios que hace su patrón, ya que el pago de luz, internet se recarga ahora a los empleados, mientras que los grandes empresarios han recibido rebajas en estos servicios.
Es necesario la condonación de las deudas a las clases medias así como la elaboración de nuevas líneas de créditos diseñadas para que las clases medias puedan sostenerse durante la cuarentena. Esto es especialmente necesario para las clases medias bajas.
La clase trabajadora juega un rol contra la pandemia
En lugar de la charlatanería de levantar la cuarentena y que la curva de contagio se dispare, exponiendo la vida de cientos de miles de personas, tal y como se aprecia en el mundo, es necesario que el sistema de salud público y privado se centralice y opere bajo control de los trabajadores, a través de Comités de Crisis, que decidirán todas las medidas a tomar para atender adecuadamente la pandemia.
También es necesaria una reconversión industrial, que permita la fabricación masiva de test, de respiradores y de medicamentos para atender el Covid-19, debido a que nadie en el mundo sabe con certeza cuándo y cómo se va a detener la propagación de la enfermedad. Pero como los empresarios claramente no están dispuestos a permitir que se toque su industria, esto lo deben implementar las y los trabajadores que están siendo obligados a trabajar en medio de la pandemia. Lo mismo sucede con los trabajadores de supermercados y otros comercios, deben controlar la distribución de bienes en función de la seguridad y el bienestar de la clase trabajadora, los desempleados y las clases medias, sobre todo los sectores medio-bajos. Y también sucede lo mismo con el crédito y los bancos, solo controlados por sus trabajadores los bancos tendrán una línea de protección de crédito bajo y del empleo. En manos del gobierno y de los empresarios, los bancos solo sirven para garantizar la riqueza de unos pocos.
Frente a la propuesta de una jornada de 12 horas diarias más extras no pagas, levantamos una política de reducción de la jornada a 6 horas. Esto es especialmente correcto para atender la enorme ola de desempleo que vive el país y que se mantendrá después de la pandemia. Que trabajen todos, que no haya desempleo a partir de repartir todas las horas de trabajo entre todos los trabajadores, con sueldos idénticos a las 8 horas. Si los empresarios están dispuestos a atacar nuestros salarios,nosotros respondemos que estamos dispuestos a atacar sus ganancias y que de ellas salga el dinero para pagar todos los salarios.