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Red Internacional
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POLÍTICA UNIVERSITARIA. Cambio de rector de la UAM Iztapalapa ¿Por qué no tenemos voz ni voto?

Viernes 2 de febrero de 2018

Este jueves 1 de febrero, la Junta Directiva de la UAM Iztapalapa nombró al nuevo rector del plantel, Rodrigo Díaz Cruz, quien actualmente imparte clases en la carrera de Antropología Social de este plantel.

Rodrigo Díaz es licenciado en Antropología Social con especialidad en Sociolingüística así como egresado de la maestría de Filosofía de las Ciencias por la UAM Iztapalapa y tiene un doctorado en Antropología por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. A lo largo de su carrera ha escrito diferentes trabajos sobre antropología simbólica y antropología del poder.

Al asumir el cargo de rector, Díaz Cruz dijo que el edificio “S”, el cual sufrió daños estructurales tras el sismo del 19S necesita de esfuerzos excepcionales para su reconstrucción, además, según dijo, otras de sus preocupaciones son la actualización y mejoramiento de los planes de estudio, “los principios de ética, comunidad y equidad” como compromiso con la universidad pública, el fortalecimiento de la enseñanza de idiomas y los programas de movilidad así como la ampliación de infraestructura para la investigación científica, técnica y humanística.

El cambio de rector por plantel de las UAM’s se realiza cada cuatro años y estos son elegidos por la Junta Directiva, la cual consta de 9 miembros que deben: ser mexicanos, tener entre 30 y 70 años, tener un título de licenciatura y experiencia académica además de “Ser personas honorables y de reconocido prestigio y competencia profesional”.

A su vez quienes conforman la Junta Directiva son nombrados por el Colegio Académico, el cual está presidido por el Rector General -quien es también designado por la Junta Directiva- y a continuación por los rectores de las cinco unidades.

Así es que la designación tanto del Rector General como de los Rectores de cada Unidad está muy lejos de ser democrática.

¿No deberíamos ser los estudiantes, académicos, trabajadores y administrativos quienes tuviéramos la facultad de elegir, mediante votaciones abiertas, quien será el rector de nuestra universidad y planteles?

¿No somos nosotros y nosotras quienes hacemos realidad la vida de esta institución educativa?

Durante años, rectores y directores de las diferentes universidades públicas del país han fungido como extensiones de los gobiernos en turno quienes sin importar el color de su bandera partidaria tienen en sus agendas políticas avanzar con la elitización y privatización de la educación.

Tras el fracaso que implicó el intento de privatización de la UNAM en el 99, el gobierno y los partidos del régimen optaron por un mecanismo mucho más sutil, comenzar a implementar pequeñas cuotas para estacionamientos, fotocopias etc., así como poco a poco ir restringiendo la entrada de quienes no están inscritos a los planteles, con torniquetes y credencialización, o la vigilancia sistemática a estudiantes y trabajadores, y la persecución y expulsión a quienes deciden organizarse.

Por otro lado, en múltiples ocasiones han hecho todo a su alcance para desmovilizar y paralizar el movimiento estudiantil, así como el sindical. En este año electoral no podemos esperar algo diferente.

El hecho de que Rodrigo Díaz parece no tener ningún vínculo con partidos y parece ser un académico de renombre, crítico ante las cúpulas de poder, no lo salva de estar ocupando un cargo clave para avanzar con los ya comenzados planes de privatización para el conjunto de la Universidad Autónoma Metropolitana así como para contener un posible creciente descontento entre el estudiantado con las políticas del gobierno como lo es la Ley de Seguridad Interior.