Reproducimos a continuación una columna que nos hizo llegar el Coordinador de la Agrupación de Víctimas de Violencia Policial, Miguel Ángel Fonseca.
Miércoles 30 de marzo de 2022
A propósito de los hechos acaecidos el pasado viernes 25 del mes en curso, en donde un Joven fue alcanzado por un disparo perpetrado por Carabineros, en el marco de una Marcha Estudiantil quedando gravemente herido, y a propósito del permanente actuar de Carabineros; vuelve a instalarse sobre la mesa la discusión y las posturas respecto a cómo frenar la violencia policial.
Como Agrupación de Víctimas advertimos y realizamos entrega de Propuestas de Reformas Refundacionales al Gobierno de Sebastián Piñera, antes del Estallido Social, en relación con la Ley Orgánica de Carabineros, la cual le da un carácter militarizante a la institución, alejándola de su telos (de su fin) que debiera ser la Protección Ciudadana.
La experiencia nos ha mostrado que resulta inútil hablar de cambio de protocolos, somos categóricos respecto de ello ya que la experiencia nos ha mostrado, junto con la legalidad que la sustenta, que en “el corazón de la institución” de Carabineros está circunscrita una identidad militarizada.
Por ello hablamos de la militarización de la entidad de Carabineros en Chile, considerando que la formación y el actuar militar forman “para la guerra”, para enfrentar al enemigo, en este caso, al enemigo interno que en la Dictadura Cívico Militar correspondía a los opositores al régimen y luego, en los gobiernos “democráticos”, corresponde a quienes se movilizan.
Lo anterior, sobre todo con una especial estigmatización hacia el sector estudiantil adolescente y juvenil, como un enemigo al cual combatir desde una lógica militarizada en qué se funda la cultura institucional de carabineros, sustenta dicha cultura, como ya se decía, en la legalidad que la sostiene.
Cabe sostener que dicha legalidad fue decretada cuatro días antes de que la Dictadura Cívico Militar encabezada por Augusto Pinochet entregará, formalmente, el mando al presidente electo Patricio Aylwin.
Por otra parte no hay que desconocer ni menospreciar la posición abolicionista qué propone dar término a la entidad de Carabineros “contaminada” por los fenómenos de la corrupción, la violencia policial desmedida, la violación a los derechos humanos y la represión a los movimientos sociales. Dicha posición aparece como una postura lógica y sólida, desde lo que nos ha mostrado la experiencia y el actuar persistente de Carabineros.
No obstante, cualquier camino de reforma que quisiera seguirse, debiera ser Refundacional y no solo Protocolar, ya que según lo que hemos observado analizado y concluido como Agrupación, el problema no tiene que ver con protocolos, sino que con la cultura institucional.
Contamos con una entidad policial militarizada que “se aferra” a dicha identidad y se siente “cómoda en dicha posición identitaria”. No hay que subestimar que la cultura institucional es fundamental en el actuar de estas entidades.
De no existir un cambio refundacional, seguiremos manteniendo a un destacamento policial persecutor del “enemigo interno” que, como ya se señalaba, engloba a los movimientos sociales, la ciudadanía movilizada y, con especial énfasis, al sector adolescente estudiantil juvenil.
Anexamos a la presente columna la Carta y Propuesta refundacional de la Ley Orgánica de Carabineros entregada al Gobierno de Sebastián Piñera en el año 2018; la cual entregaremos nuevamente al ahora actual Gobierno, entendiendo que existiría una mayor disposición a un cambio estructural de la entidad policial, resultando “inútiles” las meras reformas.
Miguel Fonseca Carrillo
Comité por la Justicia Manuel Gutiérrez. Académico UCEN