El año 2019 será recordado por uno de los más ‘brutales’ asesinatos en Wallmapu por parte de carabineros de fuerzas especiales organizados a través del cuestionado Comando Jungla, nos referimos a Camilo Catrillanca Marin.
Sábado 14 de noviembre de 2020
El año 2019 será recordado por uno de los más ‘brutales’ asesinatos en Wallmapu por parte de carabineros de fuerzas especiales organizados a través del cuestionado Comando Jungla. Nos referimos a Camilo Catrillanca Marin, quien fue baleado y posteriormente su cuerpo manipulado sin ninguna consideración de primeros auxilios. Una violación de derechos humanos que hasta el día de hoy se mantiene impune.
Camilo Catrillanca Marin, nacido en Victoria el 13 de septiembre de 1994, era nieto del histórico lonko Juan Catrillanca e hijo del presidente de la comunidad «Ignacio Queipul Millanao», Marcelo Catrillanca. Un pasado y presente de formación política que le permitió participar en diversas instancias de lucha por la recuperación territorial mapuche.
En su vida estudiantil de enseñanza media, fue dirigente del Liceo Técnico Profesional de Pailahueque. En 2011 lideró una toma en la Municipalidad de Ercilla, la cual se prolongó durante 13 días. No obstante, el principal recuerdo social que se mantiene vivo en la memoria, fue su participación en la restitución de tierras, comuna de Ercilla, región de La Araucanía.
Al momento de su muerte, el día 14 de noviembre de 2018, su pareja Katherine Antín estaba embarazada de su hija Camila, nacida 6 meses después de los trágicos incidentes. Además tenía una hija de 4 años llamada Huacolda. Una familia que queda en el desamparo producto de la miilitarización al pueblo mapuche, coordinada desde la institucionalidad del Estado de Chile.
Hoy, sábado 14 de noviembre de 2020, queremos conmemorar a uno de los principales referentes de la lucha por la recuperación y defensa del territorio mapuche, Camilo Catrillanca Marín, luego de 2 años de su muerte, de la cual esperamos verdad y justicia frente a una seguidilla de irregularidades del proceso judicial, suspendido y perpetuado, donde los responsables directos de los disparos y negligencias gozan de plena libertad.
