Durante esta mañana, el presidente de la Asociación de AFP, se refirió al recurso que una profesora de la comuna de Antofagasta presentó ante el tribunal constitucional. Santa Cruz señaló que de acogerse el recurso de la profesora, se acaba el sistema. ¿Pero cuál es el sistema que se acaba?
Miércoles 25 de septiembre de 2019
Un alto revuelto ha generado en el debate público el recurso que se declaró admisible por parte del Tribunal Constitucional. En dicho recurso, una profesora jubilada de la comuna de Antofagasta, pide que el Tribunal se pronuncie sobre la propiedad de los fondos que hoy se encuentran administrados por las AFP, y si pertenecen a las y los trabajadores, el poder de retirarlos.
En entrevista a Cooperativa, Santa Cruz fue enfático: “Si el TC llegara a acoger el recurso, se acaba el sistema previsional en Chile”. Según el presidente de la Asociación de las AFP de aprobarse el recurso, se pondría en riesgo el sistema porque las personas podríamos tener dichos fondos a libre disposición y no necesariamente serían ocupados en jubilaciones. Se trata de una campaña del miedo y del terror contra las y los jubilados y toda la clase trabajadora, pues quieren mantener la propiedad de los fondos en manos de las grandes aseguradoras privadas.
El recurso admitido por el TC podría cuestionar el decreto ley 3500 que creó el sistema de ahorro forzoso que tanto ha beneficiado a los grandes grupos empresariales del país. No obstante, es difícil que el Tribunal Constitucional, organismo que busca proteger la constitución de Pinochet, le de luz verde, o de darse, será vía tribunales -caso por caso- que se podrán retirar los fondos.
Hay que poner fin a las AFP, este saqueo sobre el conjunto de las y los trabajadores. Recordemos que el objetivo de las AFP es la administración de las cotizaciones previsionales del conjunto de las y los trabajadores, quienes son obligados a cotizar a una de las administradoras del sistema. Estas administradoras luego ponen dichos recursos en la ruleta financiera o sirven como banco privado para los principales grupos empresariales quienes ocupan estos recursos para financiar sus inversiones y hacerse más ricos.
Mientras la mayoría de quienes jubilan reciben pensiones hambre, con una de las tasas de suicidio en la tercera edad más alta del mundo, con un sistema de salud privatizado e inaccesible para la mayoría de la población, Chile no es el paraíso para la tercera edad como lo dijeron desde el gobierno hace unos días.
Chile se ha transformado en el paraíso para los empresarios con leyes que niegan derechos laborales a la clase trabajadora, que bancariza y obliga a endeudarse indiscriminadamente al conjunto de la población, con un fondo ilimitado para inversiones con bajo riesgo y sin ningún tipo de control por parte de los supuestos dueños de esos recursos.
¿Acaso alguna AFP le pregunta a sus afiliados si están de acuerdo con invertir en las empresas del grupo Luksic que contamina Antofagasta y ha generado una de las Tasas de Incidencia de Cáncer más altas del mundo?