“The captured Project” es un proyecto artístico realizado por presos de EEUU en el que retratan los rostros y enumeran los delitos que dirigieron más de 30 CEOs de grandes corporaciones.
Sábado 12 de marzo de 2016
Sepp Blatter de FIFA , Peter Brabeck-Letmathe de Nestle, John S. Watson de Chevron, Ellen J. Kullman de Dupont, Indra Nooyi de Pepsico, Tony Hayward de BP Oil.
General Motors, Exxon Mobile, McDonald’s, Nestle, Philips, HSBC, Goldman Sachs, JP Morgan, Cargill, Pepsico, Coca Cola, y varios más. Ninguno de los ejecutivos de estas corporaciones, y las otras enlistadas, han recibido condena: ni los probados en causas judiciales (que les implicaron millonarias multas para evitar la cárcel) ni aquellos cuyas consecuencias se vieron en distintos crímenes sociales y ambientales.
En el caso de Goldman Sachs, por ejemplo, los ejecutivos fueron acusados de "defraudación masiva" y "desvío de fondos de impuestos de clientes". En enero pasado la libertad les costó 5 millones de dólares por otra vieja acusación: falsificación y venta de bonos de hipoteca que desplomaron la economía y dieron paso a la conocida crisis financiera del 2008. Otro ejemplo es el del CEO de Coca Cola Company, cuyo retrato acompaña en la muestra la siguiente aclaración: "Homicidio por negligencia grave. Ha contribuido al alza de las tasas de diabetes en el país: un 10% de la población tiene esta enfermedad”.
De esta manera el resultado artístico presenta en serie los rostros de los responsables de distintas crisis: ambientales como derrames de petróleo en el caso de Shell y otras, contaminación en el caso de Monsanto; además de aquellos cuyos delitos económicos han tenido (y tienen) impactos severos en la economía social.
Contraste simultaneo
"Le pedimos a gente que está en la cárcel que pintara o dibujara a otra gente que sintieran que debería estar presa: los CEOs de las empresas que están destruyendo el medio ambiente, la economía y la sociedad. [...] Presentamos este proyecto para ayudar a exponer los crímenes disfrazados de comercio." Con esas palabras se presenta la muestra que puede verse desde mediados de febrero en el sitio online del mismo nombre.
Diseñada y organizada visualmente con un método comparativo de contrastación (debajo de cada retrato se enumeran y describen a dos columnas la acusación y condena del autor del dibujo por un lado, y la larga lista de crímenes impunes del CEO retratado, por el otro) es en sí misma muy efectiva. Tal como ocurre en plástica con la técnica de contraste simultaneo, es inevitable que el ojo sano no vea cómo emerge de la comparación el carácter cínico del capitalismo, aunque más bien no se trate de ninguna ilusión.
Recordemos que el sistema carcelario de Estados Unidos es un gigante industrial (que incluye negocios millonarios para varias empresas). En 2015 las estadísticas arrojaban una sentencia estremecedora: con 2.5 millones de personas, de las cuales el 40% son negras y latinas además de pobres, se trata de la población carcelaria más grande del mundo. Que sea entre estas personas de donde surge la estética, el pulso y el ojo creativo para desenmascarar a los millonarios que se mueven impunes, provoca con fuerza al espectador. Visto a través de ese cristal, el trabajo artístico de los internos logra su cometido.
De claro a oscuro
La iniciativa, sin embargo, fue impulsada por dos artistas y activistas para recaudar fondos para la campaña de Bernie Sanders (el candidato autodenominado "socialista en las primarias” de EEUU, ver aquí. Con total naturalidad, Jeff Greenspan y Andrew Tider han dejado claro a la prensa de The Huffington Post y The Guardian, entre otros, que para contar con estos trabajos artísticos debieron engañar a los artistas presos, quienes preferían mantenerse al margen de las campañas políticas actuales. Por ese motivo a los activistas que la impulsaron les pareció “mejor” idea tergiversar el fin, planteándole a los artistas que lo recaudado con los libros impresos (la versión paga de la muestra) se destinaría a “caridad”. Tal vez para evitar problemas futuros o no, lo que afirman es que acabaron ofreciéndole a cada interno la suma de US$100 por obra.
La idea de denunciar de esta manera, con rostros y detalles, a los ejecutivos que gozan de impunidad, es ciertamente ingeniosa; pero aparece una gran contradicción con los hechos concretos: El trato a los artistas presos y la recaudación para Sanders.
Después de todo, basta con tratar de responderse: ¿En los despachos de qué partidos y gobierno habrá encontrado el lobby empresarial la impunidad de los CEOs que denuncia la muestra? Ahí está este candidato peleando en la interna del Partido Demócrata, el mismo partido que ha garantizado toda esta situación.