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Red Internacional
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ESTE MEDIODÍA. Caravana y corte del puente Rosario-Victoria contra las quemas en la isla

Este mediodía sectores autoconvocados, activistas ambientales y organizaciones políticas impulsarán el tercer corte consecutivo en el puente Rosario Victoria en repudio a la quema de los humedales. Bordet, Perotti y Fernández siguen sin dar ningún tipo de respuestas ante este desastre ambiental.

Sábado 1ro de agosto de 2020

Los incendios en el delta del Paraná continúan, el fuego ya consumió 500 mil hectáreas y el director del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, Alberto Seufferheld, aseguró que los próximos tres meses se agravará la situación. No solo habrá un saldo tristísimo en pérdida de flora y fauna junto a la contaminación ambiental, sino que también tendrá consecuencias en la salud de todas las personas expuestas al humo, se correrá de su vivendas a muchas familias que habitan en las islas por responsabilidad de un puñado de extractivistas del agronegocio,la ganadería y la especulación inmobiliaria, que pretenden mantener sus ganancias a como dé lugar.

Mientras tanto, el silencio de los gobiernos se hace escuchar. El ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, se lavó las manos, delegando la responsabilidad a la justicia alegando que no tiene potestad para intervenir. Las mismas respuestas que se podrían esperar del anterior ministro de Ambiente, el rabino Bergman.

Esto no es un factor aislado, Perotti y Bordet no dan una solución de fondo porque saben que el causante pone en jaque el sistema de producción agrícola que tanto alaban. Perotti, en una declaración de macrismo explícito, sostuvo que “a la naturaleza no la paras con un decreto, una reunión ni un fallo. Necesitamos lluvia y no la tenemos”.

Santa fe, junto a Entre Ríos, son las provincias más afectadas por el modelo del agronegocio. Esto se traduce en que somos los habitantes con más porcentaje a nivel nacional de enfermedades oncológicas, cardiacas a causa de los agrotóxicos que se utilizan.

Debido a la extensión de la soja se empezó a correr la ganadería para lugares impensados, como los humedales. Todos los gobiernos impulsaron este modelo productivo que pone en juego la salud de todos y la del ambiente.

El pasado lunes frente al Concejo municipal se reunieron más de un centenar de manifestantes. Allí concejales de todas las fuerzas se reunieron con referentes de la multisectorial contra las quemas y se “comprometieron” a tomar medidas. Sin embargo, buena parte de estos ediles pertenecen a los partidos políticos que defienden este modelo y los empresarios bancan sus campañas electorales.

A modo de ejemplo, fue el Partido Socialista, a través de su diputada Inés Bertero, el que puso trabas para modificar la ley 11.273 (mal llamada ley de fitosanitarios) que alejaba las fumigaciones de la población.

En la actualidad, el proyecto de Ley de Humedales presentado por el diputado Enrique Estevez, establece la creación de una Comisión Asesora que cumpliría funciones de organismo de control. El problema es que las resoluciones de dicho organismo no son vinculantes, quitándole toda autoridad para decidir sobre este tipo de quemas. Esto se suma que los miembros de esta comisión son elegidos por los distintos niveles de gobierno, es decir, los mismos funcionarios que dejaron correr este y otros desastres ambientales.

El Partido Socialista fue y es un gran defensor del modelo sojero, lo mismo corre para el actual gobernador Omar Perotti. ¿Puede venir de la mano de ellos una solución al problema de las quemas y los diferentes ataques al ambiente y la salud de la población?

Los humedales no son tierra para producción agrícola, por la función ecosistémica que cumplen. Deben estar en manos de sus habitantes destinadas a la agricultura familiar y de las organizaciones ambientalistas no gubernamentales. Estas tierras deben estar protegidas por los verdaderos interesados en cuidar el ambiente.

La crisis climática viene siendo uno de los grandes problemas en todo el planeta. Solo desde finales del año pasado vimos cómo, por mantener el mismo modelo del agronegocio, en Brasil, se perdieron más de 2,5 millones de hectáreas de fauna.

En Australia, una de las principales exportadoras de carbón del mundo, los incendios duraron casi seis meses, donde murieron más de 3 mil millones de animales autóctonos de la zona o que debieron migrar producto del intenso fuego, en más de 19 millones de hectáreas por donde se propagaron los incendios, son la expresión más brutal de un capitalismo voraz que por la ganancia de unos pocos, millones de vidas padecen.

Hoy, de manera local, en las islas del delta del Paraná estamos viendo los resultados de estas políticas.

Pero estas brutales políticas que atentan contra el medio ambiente, su fauna y ecosistema, hasta nuestra propia salud, cada vez encuentra mayor repudio de amplios sectores de la sociedad, en especial en los jóvenes. En Argentina, solo basta recordar las inmensas movilizaciones por la modificación de la ley 7722, en Mendoza, que protege al agua del ácido sulfúrico, mercurio y distintos químicos utilizados en la megaminería a cielo abierto.

Con el lema “el agua no se negocia” cientos se movilizaron para evitar que la ley se modifique y obligaron a retroceder al gobierno de Rodolfo Suarez y al peronismo de esa provincia.

Hoy cientos de jóvenes, familias, activistas y organizaciones se movilizan pidiendo “basta de humo en la ciudad por los incendios en la isla”. Es necesario que los sindicatos y centros de estudiantes acompañen estas medidas y reclamos, para frenar las quemas.

Tenemos que exigir el castigo a los empresarios responsables y convertir a todos los humedales en áreas protegidas, resguardas por los habitantes de las islas y las organizaciones ambientales no gubernamentales.
La situación lo vuelve urgente, no hay planeta B.