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Red Internacional
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Gatillo Fácil. Carlos Abregú: "El caso de mi hijo no es el único"

Carlitos Abregú fue fusilado por el agente de la Policía Federal Anibal Alejandro Aguirrez Manzur en marzo del 2013. Del 29 al 31 de agosto se desarrollará el juicio en Mercedes a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N°4. La Izquierda Diario entrevistó a Carlos Abregú padre e Ismael Jalil, abogado de la causa y militante de la Correpi.

Domingo 28 de agosto de 2016 20:19

El 17 de marzo del 2013, cerca de las siete de la tarde el Estado cometía un nuevo asesinato contra un hijo del pueblo trabajador: el agente de la Policía Federal Argentina Aníbal Alejandro Aguirrez Manzur de 21 años en esa fecha, disparó a quemarropa por la espalda contra Carlitos Abregú y su amigo Emanuel Ojeda, ambos de 17 años.

Allí en la zona sur de Moreno, en la intersección de las calles Del Cañón y José María Paz, la Policía Federal agazapada tras su chapa y su pistola, se llevaba la vida de 2 jóvenes del Conurbano. Según datos de la Correpi, para el año 2015 de los 2110 casos de gatillo fácil registrados en provincia de Buenos Aires, 1370 se concentraron en el gran Buenos Aires.

Desde 1983 al año 2015, se han registrado 3070 casos de asesinatos en manos de miembros de las fuerzas de represivas del Estado. Según datos del Antirrepresivo 2015 editado por la Correpi, de estos casos el 45 % se concentran en la populosa provincia de Buenos Aires, seguida por Santa Fe con el 12 % y en tercer lugar, Córdoba que concentra el 8 %.

A los minutos de haber ejecutado a Emanuel, el oficial Aguirrez Manzur culminó su tarea: 6 disparos certeros por la espalda firmaron la orden de fusilamiento de Carlitos Abregú, quien peleó por su vida durante 2 meses y 17 días en el Hospital Mariano y Luciano de la Vega ubicado en el centro del partido de Moreno. Con la complicidad de comisarios y funcionarios, el crimen fue tapado durante los días que siguieron al punto de tener a Carlitos esposado por el pie a la camilla de internación durante 10 días.

¿Carlos cómo es el caso de tu hijo?

Carlos Abregú: Hace 3 años fusilaron a mi hijo Carlos y a un amigo de él, Emanuel. Mi hijo vino a casa a cambiarse de zapatillas a las cinco y media de la tarde y a las seis me vinieron a avisar que mi pibe estaba tirado ahí en el Dique (Moreno).

El agente de la Federal Aníbal Alejandro Aguirrez Manzur le disparó 6 tiros por la espalda, dijo que Carlitos y Emanuel le quisieron robar la moto. A Emanuel lo alcanzó una bala y lo mató en el acto. Mi hijo falleció 2 meses y 17 días después, estaba internado en el Hospital de Moreno.

¿Cómo llevan adelante la lucha por juicio y castigo al asesino de Carlitos?

C.A.: Esta lucha la llevamos adelante con nuestra familia, tanto la mía como la de mi esposa Gloria. Después de buscar mucho, nos contactamos con Correpi y nos organizamos allí junto a otras familias que pasaron y pasan por lo mismo. Estos policías no son ningunos inexpertos. Ellos dicen que les quiso robar una moto y también dicen que fue un enfrentamiento. Y no existe, no hay arma que le puedan imputar a mi hijo porque no tenían arma, ni a mi hijo ni a Emanuel. Les hicieron las pruebas de la pólvora y dio negativo.

¿Qué exigen ustedes?

C.A.: Esperamos un poco de justicia. Yo no creo mucho en la justicia porque vamos a ser realistas, esta todo mal. El caso de mi hijo no es el único. A este tipo le puedo decir individuo, nada más. Tengo un montón de adjetivos. La Policía y el Estado hacen lo que quieren. Hoy por hoy, quiero que lo condenen. Pero sería... la conciencia que tengo es que yo lucho por los pibes porque a mi hijo ninguna condena me lo va a devolver. El juicio empieza el lunes 29 a las 10 de la mañana en Mercedes.

El gatillo fácil como política de Estado

Carlitos y Emanuel tenían 17 años. De acuerdo con las estadísticas publicadas en el informe Antirrepresivo 2015, editado por la Correpi, el 52 % de los casos de represión policial se concentra en la franja etaria de 25 años o menos. Claro el interés de meter miedo y bala en la juventud obrera. Pese al relato instalado por parte del kirchnerismo, los datos duros y fríos muestran que de los casos registrados desde la salida democrática a la Dictadura en 1983 hasta el año 2015, el 65 % de los casos se concentran entre 2003 y 2015, es decir, en los 12 años de gobiernos k. Patrulleros vigilando las calles de los barrios, miles de policías desplegados en todo el territorio es la "pesada herencia" que el kirchnerismo le dejó a la juventud y pueblo trabajador. Porque los gobiernos pasan, pero la represión queda. Y la lucha también.

Con respecto a esto Ismael Jalil, abogado de la familia Abregú y militante de la Correpi, señalaba en la entrevista que concedió a este medio que "Para nosotros tiene un particularidad no menor: la defensa del policía asesino la ejerce la plana mayor del Servicio de Asuntos Penales de la Policía Federal Argentina. Es decir, aquí hay una connotación muy clara de que la defensa de Aguirre Manzur es institucional, tanto como el crimen que cometió.

Esto es una prueba más que evidente de lo que venimos sosteniendo: el gatillo fácil como mecanismo de disciplinamiento, de criminalización de la pobreza y de los jóvenes de las barriadas del Conurbano es una política de Estado que se corrobora en esta causa emblemática. Nosotros insistimos en que la defensa es institucional porque el crimen del gatillo fácil es institucional".

¿Ismael cómo vienen tomando el caso de Carlitos Abregú?

Ismael Jalil: Carlitos Abregú fue víctima de un típico caso de gatillo fácil. Junto con su amigo Emanuel Ojeda volvían del Dique de Cascallares (Moreno) en la moto de Emanuel. Fueron interceptados por 3 policías de la Federal que no tenían uniforme. Dos iban en un Peugeot y uno en una moto, El oficial de la moto, Alejandro Aguirre Manzur les tira, sin ningún motivo que diera lugar a semejante actitud y mata a Emanuel en el acto y deja mal herido a Carlitos que luchó casi 3 meses por su vida en el Hospital de Moreno, y falleció el 3 de junio del mismo año.
Durante un año Aguirre Manzur, autor de este doble homicidio, permaneció en libertad porque este sistema de impunidad que garantiza permanentemente, aún desde el Poder Judicial ni siquiera se había tenido en cuenta que las pericias arrojaban claramente que había sido un fusilamiento.

¿Cómo contactan con la familia?

I.J.: La familia deambulaba sin estar organizada, finalmente se contactó y organizó con Correpi y desde acá hizo visibilizar el caso, lo desnaturalizó, logró encontrar testigos, sumó esas declaraciones en el expediente. Se movieron haciendo un trabajo maravilloso los padres, tanto Gloria como Carlos y eso motivó que todo este esfuerzo derivara en la posibilidad de encarcelar a Aguirre Manzur porque se demostró finalmente cuál había su conducta. Por esto en mayo de 2014 es detenido, desde entonces está en una prisión del sistema penitenciario de la provincia de Buenos Aires.

¿Qué expectativas tienen con el juicio?

I.J.: Aníbal Alejandro Aguirrez Manzur, acusado de un doble homicidio agravado por su condición de policía y en abuso de esa función. Si todo prospera la expectativa es la prisión perpetua, Corresponde esa figura. El estado policial es el estado policial, es decir, no dejan de ser policías por no tener uniforme. De hecho, llevan el arma reglamentaria y ellos entienden que están facultados para usarla en cualquier circunstancia. Esta es la prueba más evidente de que siguen siendo policías y siendo así no podría haber otra solución más que la perpetua.

El TOC en lo Criminal N° 4 de Mercedes está integrado por los jueces Rodriguez y Brain y el tercero está vacante. Es un Tribunal muy conocido por nosotros. Es el que, en alguna medida, permitió en su momento la profugación del Sargento González autor del crimen del "Checho" Casal. González es policía federal también, que se escapó de la sala de audiencias. Cuando nosotros pedimos la detención dijeron que no era necesario y cuando vinieron a leer la sentencia el tipo nunca más apareció.

Desde entonces está prófugo. Un tribunal que, nobleza obliga, condenó a perpetua a un policía de la bonaerense y lo tiene encarcelado. Ante este Tribunal tenemos ahora este juicio.