Para dejar en claro la tónica de su reinado Carlos III empezó se reinado anunciando el despido de más de 100 empleados que de la residencia donde vivía hasta este momento. En los últimos días también se lo vio maltratando a quienes trabajan a su alrededor y también hay quejas por detenciones de personas que se manifestaron en contra de la monarquía.
Jueves 15 de septiembre de 2022 11:23
Al menos 100 empleados del personal de Clarence House, la residencia de Carlos III cuando era príncipe de Gales antes de convertirse en nuevo rey, han recibido el aviso de que serán despedidos próximamente, en medio de las ceremonias de despedida de Isabel II.
El despido de los trabajadores generó un repudio inmediato en las redes sociales ya que se hizo efectiva sin aviso previo y en medio de los funerales y de una situación crítica en la economía británica con una inflación que podría llegar a 18 % anual convirtiendose en la más altas en décadas.
"Que cruel es esto. Hay una crisis por el aumento del costo de vida sin precedentes, pero el nuevo rey despidió a 100 trabajadores en Clarence House -muchos han trabajado allí durante décadas- aún cuando el rey heredó toda la fortuna y no tendrá que pagar ningún impuesto.", señaló un usuario.
How cruel is this. There’s an unprecedented cost-of-living crisis, yet the new King gave up to 100 workers at Clarence House — many have worked there for decades — notice they may be fired even as he inherits a fortune and won’t have to pay any tax on it. https://t.co/IoFAgKwr7U
— Paris Marx (@parismarx) September 13, 2022
Según reveló este martes el diario The Guardian, más de un centenar de trabajadores de la antigua residencia oficial del rey han recibido cartas en las que se les informa de que sus servicios ya no son requeridos y de que se les "ayudará a buscar nuevos empleos".
Entre los afectados figuran secretarios privados, la oficina financiera, el equipo de comunicaciones y personal del hogar, algunos de los cuales con décadas de antigüedad, que recibieron la noticia en medio del servicio religioso en honor de la reina en la catedral de Saint Giles, en Edimburgo, ayer, lunes.
"Todo el mundo está furioso, incluidos los secretarios privados y el equipo de mandos. Todo el personal había estado trabajando muy duro desde la noche del jueves (cuando murió Isabel II) para encontrarse con esto... La gente está muy alterada", dijo a "The Guardian" una fuente no identificada.
En una carta, a la que tuvo acceso ese diario, el principal asesor de Carlos III, Clive Alderton, explicó a los empleados que "el cambio de papel para nuestros superiores significará también cambios para la residencia".
Según el resumen anual de Clarence House, Carlos III empleó al equivalente de 101 empleados a tiempo completo, un tercio de los cuales trabajaban en la oficina de secretarios privados.
La noticia llegó al mismo momento en que se viralizaron imágenes en las que Carlos III maltrataba a los empleados a su alrededor a la hora de realizar actos y firmar documentos. Desde la forma en la que exigía que corran un tintero de la mesa hasta el regaño por un error en la fecha de un documento que él mismo cometió. Además entre los requerimientos del nuevo rey para sus empleados se encuentran pedidos extravagantes como que le planchen los cordones de los zapatos o le aprieten el dentífrico cuando se va a lavar los dientes.
La indignación se agravó también por el maltrato y las detenciones de personas que protestaron en los últimos días contra la monarquía en las calles al grito de "¿Quién lo eligió?", "No es mi rey" o "Abajo la monarquía".
La corona, una institución medieval en el siglo XXI pero con negocios imbrincados en lo más alto de las esferas del capitalismo y las finanzas, le cuesta millones de dólares al pueblo británico y solo los funerales les constarán miles de millones de libras. Al mismo timpo, los británicos que sufren la pulverización de su salario, la inflación y el aumento de las tarifas (por ahora congeladas para evitar profundizar el malestar social), vienen de iniciar una ola de huelgas, que a pesar del parate de las direcciones sindicales esta última semana, promete volver a en los próximos días en la antesala de lo que puede ser un "invierno del descontento".
