Fernando Scolnik @FernandoScolnik
Jueves 11 de septiembre de 2014
“Encrucijadas del futuro” se titulaba la Carta Abierta 16 del mes de Mayo. En ella los intelectuales kirchneristas cuestionaban a Scioli como continuador del proyecto para 2015. Este martes Horacio González participó de una mesa-debate en la Casa de la Provincia de Buenos Aires junto al Jefe de Gabinete de Scioli, Alberto Pérez. Algunos cronistas lo interpretaron como una “distensión” o un “deshielo”.
“Las cenizas de la resignación flotan en el aire entremezcladas con los destellos de la transformación. El peligro de la regresión está afuera y adentro”. Así decía la Carta Abierta 16 publicada el mes de Mayo.
Meses después, son muchos entre quienes tuvieron expectativas en el kirchnerismo los que opinan que esa regresión ya es un hecho. Despidos, inflación y represiones varias hicieron lo suyo.
“Perdimos, compañeros”, se titula por ejemplo una nota escrita pocos días atrás por Emanuel Herrera, periodista de Radio Universidad, publicada en el portal Info. Blanco sobre Negro. Golpeado por el escándalo del “Gendarme carancho”, Herrera señalaba que “perdimos porque ahora, como nunca creí que iba a suceder, es el Gobierno Nacional el que respalda, justifica y apaña un método recalcitrante de la fuerza pública (…) me niego a adherir a que la regulación de los mecanismos de protesta sea ejercido a punta de escopeta, gas lacrimógeno y bala de goma. Si eso es lo que propone el Gobierno, entonces perdimos (…) Si la realidad de ahora en más pretende ser ésta, perdimos. Años y conquistas. Perdimos.”
Es el sentimiento de muchos, desencantados. De ellos no son pocos los que comienzan a mirar hacia la izquierda, ubicada del otro lado en esos mismos hechos.
Aunque no parece ser ése el caso de Carta Abierta. Meses atrás, los intelectuales kirchneristas señalaban una encrucijada, preocupados de cara al 2015. Apuntando contra Scioli, decían que “Carta Abierta no elige candidatos, aunque no renuncia a apoyar en su oportunidad a quien se identifique más con el programa popular, pero tiene la obligación de decir que el postulante hoy mejor instalado en las encuestas está lejos de cumplir esa condición.” Ricardo Forster fue el encargado de ser más explícito, y dijo que “yo leo a Scioli como a alguien que podría llevar este proyecto hacia un giro moderado, de renegociación con las estructuras corporativas tradicionales.”
Después de la polémica, mucho que hablar dio entonces el encuentro de ayer en la Casa de la Provincia de Buenos Aires, donde Alberto Pérez postuló a Daniel Scioli como el continuador del proyecto de Néstor y Cristina, y Horacio González, fiel a su estilo, dio una elíptica respuesta centrada en el concepto de unidad nacional, dejando en quienes descubran cómo llevarla adelante la responsabilidad de “trazar un destino colectivo para nuestro país”.
Luego del fuego cruzado de hace unos meses, muchos cronistas interpretaron este evento como “gestos de distensión” (Clarín) o “deshielo” (La Nación).
Las banderas del “empleo” y de la “no represión”, están manchadas por la propia Cristina, que descarga la crisis sobre los trabajadores, y promueve a Berni para combatir con palos las luchas obreras. Si bien para la izquierda esto no es mayor novedad, muchos que tuvieron ilusiones lo ven como una regresión, y los respetamos. Las “encrucijadas del futuro” comienzan así a quedar claras, y al calor de ellas, grandes sectores rompen con el kirchnerismo, mirando hacia la izquierda. La “encrucijada” ahora la tiene Carta Abierta. Ayer tuvieron un gesto amable hacia el sciolismo.