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Red Internacional
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Pan Y Rosas. Carta abierta a las trabajadoras del SUTNOTIMEX para marchar con Pan y Rosas el 8 de marzo

Hoy las mujeres enfrentamos una ofensiva de violencia y ataques a nuestras condiciones de vida. En México la violencia contra las mujeres alcanzan niveles atroces, cuya expresión más brutal son los diez feminicidios al día y las decenas de desapariciones

Pan y Rosas México

Pan y Rosas México México | @PanyRosasMex

Lunes 2 de marzo de 2020

Las mujeres ocupamos los trabajos más precarios, esta tendencia se recrudeció en las últimas décadas con las políticas neoliberales y continúa su avance para arrebatarnos derechos. Hoy, bajo la llamada Cuarta Transformación, las mujeres enfrentamos cientos de miles de despidos, que tras la máscara de la Austeridad Republicana, está atacando a los sectores más vulnerables, en su mayoría a quienes no tenemos estabilidad laboral y no se nos reconoce ningún derecho laboral.

La mayoría de los despidos han sido dirigidos a mujeres, con un promedio del 65 % y con casos aún más brutales, como en Notimex, donde el 75 % de las personas despedidas son mujeres, no son poco los casos en donde se trata de mujeres embarazadas o madres solteras. Las instituciones y la patronal nos tratan como objetos desechables, te despiden de la noche a la mañana después de 15 o 20 años de servicio incluso sin liquidación.

Los despidos no son la única cara de la violencia que las mujeres vivimos producto de la precarización. La falta de reconocimiento de derechos laborales permite la violación a las licencias de maternidad o lactancia, imposibilita el acceso a guarderías, niega el servicio médico y sienta las bases que respaldan el acoso sexual y el hostigamiento laboral pues el riesgo de alzar la voz siempre es el despido.

Sin embargo, frente a todas las expresiones de violencia contra las mujeres somos quienes alzamos la voz para encabezar la lucha por la defensa de nuestros derechos y la conquista de mejores condiciones de vida.

Hace un año las obreras de Matamoros paraban por miles sus centros de trabajo generando una de las gestas más importantes de las últimas décadas. No estaban solas, la Huelga del SITUAM de 3 meses también la sostenían en su mayoría mujeres. Hoy somos las profesoras de asignatura de la UACM, las trabajadoras de Notimex, las estudiantes, maestras y trabajadoras administrativas de la Escuela de Derecho Ponciano Arriaga, las académicas del Colegio de Postgraduados y todas las que enfrentamos las políticas que buscan golpearnos.

Mientras el gobierno quiere pintar sus discursos de violeta, mantiene una política de criminalización a las mujeres que nos organizamos y ataca nuestros derechos, la derecha junto a sectores de los grandes empresarios quieren capitalizar las demandas de las mujeres para quitar su filo combativo, cuando han sido quienes sentaron las bases de la violencia actual.

Nuestras vivencias e historia nos demuestra que ahí no hay aliados ni aliadas, porque aunque el género pueda unirnos, las altas funcionarias y las patronas son capaces de aplastarnos para sostener las ganancias y aplicar las políticas de ajuste.

Como trabajadoras nuestra alianza es con las trabajadoras de otros sectores, las jóvenes y estudiantes que padecen también la violencia patriarcal, también con nuestros compañeros de clase que comparten la explotación y la ofensiva contra nuestras condiciones de vida, porque cada que despiden a una compañera, se violenta o se vulnera alguno de sus derechos tendríamos que responder en común hasta frenarlo, imponiendo a todas las direcciones sindicales una respuesta respuesta real de lucha.

El movimiento de mujeres es internacional, las mujeres que nos organizamos en Pan y Rosas participamos en distintos países y este 8 de marzo inundaremos las calles para decir #NiUnaMenos por violencia patriarcal; para exigir el derecho al aborto legal, seguro y gratuito; en solidaridad con las luchas en América Latina y el mundo y, para enfrentar la precarización laboral y que se reconozcan todos los derechos de las mujeres trabajadoras.

Frente al llamado al paro del 9 de marzo, llamamos a un paro efectivo que demuestre la fuerza organizada y decisiva de la clase trabajadora, paralizando la economía que nos precariza, oprime y explota, organizadas democráticamente junto a nuestros compañeros y exigiendo o imponiendo un paro independiente de los partidos de la derecha y del gobierno a las direcciones sindicales.

Retomemos los hilos de continuidad de las mujeres que hace 103 años con la Huelga de las fábricas textiles, el 8 de marzo daba inicio a la Revolución Rusa, encendiendo la llama que prendería la Revolución que logró la irrupción obrera que tomó el poder y permitió la conquista de importantes derechos para las mujeres como la igualdad ante la ley, el derecho al divorcio y al aborto legal y gratuito, o la socialización del trabajo doméstico pero que a su vez se planteó la construcción de otro mundo, ese mundo que Rosa Luxemburgo describió como aquel en que se es “socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

Por nuestro derecho al pan pero también a las rosas, este 8 de marzo marcha con nosotras.