El debate por la reforma de las universidades públicas del gobierno, ha sido el tema de conversación en nuestros espacios de trabajo, entre límites de tiempo, cansancio laboral, agobio y maltrato por parte de nuestras jefaturas. Decenas de funcionarios comenzamos a organizarnos para frenar una reforma que busca precarizar mucho más nuestras vidas.
Viernes 25 de agosto de 2017
En el marco del amplio rechazo que tiene el proyecto de reforma educacional del gobierno de la Nueva Mayoría, y considerando que estas últimas semanas funcionarias, funcionarios y estudiantes de universidades estatales comienzan a movilizarse y organizarse, reproducimos carta enviada por trabajador del ex Pedagógico (UMCE):
"Me he tomado la libertad de escribirles. Con atención he visto que desde su diario buscan visibilizar cotidianamente las luchas de trabajadores, hoy no es la excepción, pues he logrado observar que todos los últimos días comentan cosas sobre la reforma universitaria, y es por lo mismo que les escribo para contarles qué sucede hoy en nuestro espacio laboral, el ex Pedagógico. Ante este importante escenario de discusión nacional, donde somos los y las funcionarias quienes con los estudiantes nos vemos mayormente perjudicados. Por una problemática que trasciende incluso el marco de las universidades, y que abre a la vez, un cuestionamiento profundo de la sociedad, los métodos de decisión y participación que tenemos y la educación que necesitamos.
Los funcionarios del ex Pedagógico vemos la necesidad de rechazar esta reforma, pero percatarnos que hoy son los dirigentes de nuestras propias organizaciones de trabajadores quienes no toman una posición tajante de rechazo y movilización para enfrentar ésta, ni una manera activa de informar a quienes conformamos las organizaciones de los y las trabajadoras en la universidad, es una situación que nos complica de manera importante. Las horas pasan y los funcionarios del Pedagógico, buscamos vía nuestras fuerzas apoyarnos en los estudiantes que, incluso, hoy están por fuera de la Federación estudiantil, pues aquella organización hoy brilla por su ausencia en la universidad ante una crisis profunda que viven en su interior, donde lo que ha primado es el interés individual, más que un interés colectivo y de responsabilidad para la propia comunidad estudiantil.
En el campus del Físico (Educación Física, Kinesiología, entre otras carreras) del ex Pedagógico, los funcionarios ya hemos desarrollado importantes asambleas entre estudiantes y funcionarios, pero ésta no ha sido la tónica del conjunto de la universidad. Quienes trabajan en el campus de Macul, no han podido enriquecerse de esta importante experiencia, sino que por el contrario, estos se han visto limitados, por los conflictos de interés que el propio directorio de la ANFUMCE, sin priorizar este por velar por un interés común de los y las funcionarias, ha desarrollado.
¿Que preguntas se abren, cuáles son los debates y las opiniones que hoy desde el interior del ex Pedagógico reflexionamos? Para nosotros es claro, la reforma que levanta el gobierno se convierte en un claro ataque a nuestros derechos y las mínimas conquistas que los funcionarios públicos de universidad hemos alcanzado. Se habla, con intención de calmarnos desde el gobierno, "que no habrá posibilidad de que sea el Código Laboral que nos rija", ¿pero acaso debemos confiar en las palabras de una presidenta que ha buscado en su gobierno privatizar la educación o que ha mantenido intacto el actual Código Laboral? La respuesta es clara y es no.
No confiamos en la idea de una reforma universitaria que no busca poner al centro la necesidad de que las propias decisiones de estas no la tomemos sus propios trabajadores, estudiantes y académicos. La ausencia completa en la reforma del sentido de triestamentalidad, nos parece como mínimo un ataque y una apertura mayor a la profundización de la privatización de las universidades, a la devaluación de lo importante que es la democracia y sus métodos en las propias universidades, pues se habla de comisiones externas dotadas de expertos para poder decidir. ¿Y es acaso incluso justo que quienes damos vida a la universidad siquiera podamos opinar de ésta, de lo que ahí sucede? Más aun, en el marco de una reforma que deja abierta la posibilidad a quedar con una mayor y profunda situación de precariedad, de la que ya vivimos.
La reforma busca desregularizar el ya no respetado articulo 20/80 que en teoría debiese regir las universidades estatales, dotando a esta de un 20% de funcionarios a contrata y un 80% de planta, cuestión que ni por cerca se cumple, ni menos respeta en el ex Pedagógico y otras universidades estatales.
Trabajadores que han dado más de 15 años a la universidad, siguen hoy sin tener contratos indefinidos, y la visión de funcionarios de primera y segunda categoría, cada vez mas se impone. La reforma nos expresa en nuestras caras, con fuerza, que desde esta no se levanta como central la exigencia básica e histórica para los funcionarios públicos, y es que el paso a planta de todos los funcionarios en sus respectivas universidades, es una política invisibilizada, que los propios rectores de la universidad y dirigentes de las organizaciones de funcionarios, al menos en el ex Pedagógico, no buscan pelear para conquistar o integrar a ésta y es lo mínimo que debiesen hacer.
Es por lo mismo que el rechazo a la reforma es crucial, dar riel suelto a legislar una reforma que ademas oculta un problema de fondo, para los mismos estudiantes y los funcionarios es fundamental. La reforma pretende seguir discriminando a los funcionarios y funcionarias públicas, fortaleciendo la competencia entre nosotros, y a la vez los métodos más individualistas de relacionarnos entre colegas, que son fortalecedores de este modelo de vida capitalista, que pone al centro por sobre todo al individuo. ¿Acaso con funcionarios de "primera y segunda categoría" eso no sucederá? Pues al no estar involucrada en esta reforma la demanda de la educación gratuita para los miles de jóvenes que en Chile han tenido que precarizar su juventud, la educación sigue siendo una limitación para miles, y un privilegio para algunos sectores de la sociedad.
Quienes creemos que la unidad entre funcionarios y estudiantes debe fortalecerse, debemos rechazar con fuerza esta propuesta que la Nueva Mayoría busca imponer y que hoy los mismos políticos que se muestran como una alternativa distinta, como lo es el Frente Amplio, también sucumben a la ilusión progresiva que tendría la reforma.
Las universidades y la educación deben estar al servicio de quienes somos funcionarios ahí, y también de los trabajadores y trabajadoras, los jóvenes, muchos de ellos hijos nuestros que buscan estudiar.
Hoy, 25 de agosto pretendemos ser cientos en las calles, encontrarnos con colegas y funcionarios de otras universidades, con otros estudiantes, que al igual que nosotros buscamos rechazar la reforma universitaria, y que a pesar de que nuestras direcciones actuales de nuestros organizaciones de trabajadores, se muestren adaptados a esta reforma y en un silencio cómplice, no podemos seguir esperando para seguir fortaleciendo esta importante tarea.