Era su último día en Irlanda donde pidió perdón por abusos sexuales en dicho país, entonces un ex diplomático de alto rango del Vaticano pidió la renuncia de Francisco mediante una carta que lo acusa de encubrir casos de abuso sexual en Estados Unidos.

Javiera Rivas Militante de Pan y Rosas Teresa Flores
Martes 28 de agosto de 2018
Este fin de semana el papa Francisco se reunió con víctimas de abusos cometidos en Irlanda en escuelas administradas por la Iglesia, donde se encuentran involucrados alrededor de 85 sacerdotes. El país no era visitado por un papa desde 1979, cuando Juan Pablo II fue acogido en uno de los estados más católicos del momento; pero con el tiempo las características del país han cambiado -votando recientemente una ley de aborto-.
Francisco se tuvo que enfrentar a una visita en la que, además de dar explicaciones por los abusos que ha cometido la iglesia en Irlanda, debió hacerse cargo de acusaciones de abuso y encubrimiento en E.E.U.U.
Carlo Maria Vigano publicó una carta este 26 de Agosto en la que acusa al Vaticano de ser cómplice en el encubrimiento al cardenal Theodore McCarrick, quien habría abusado sexualmente de seminaristas y, además, acusa a Francisco de haber estado en conocimiento de los abusos años antes de que se hicieran públicos.
Esta bomba con la que aparece Vigano a atacar el mandato del papa Argentino no nos puede confundir, pues tampoco se trata de un justiciero que aboga por la verdad sin ideología alguna, sino que es reflejo de las distintas disputas que se dan dentro de la iglesia Católica pero que lleva consigo concepciones igual de repugnantes dentro de las que, por ejemplo, culpa a las personas homosexuales de la crisis de abusos sexuales que vive hoy la Iglesia.
Y para sumar nieve a esta bola enorme que se sigue agrandando, Jorge Bergoglio declaró en una rueda de prensa que "Cuando eso (las tendencias homosexuales) se manifiesta desde la infancia, hay muchas cosas por hacer por medio de la psiquiatría, para ver cómo son las cosas. Otra cosa es cuando eso se manifiesta después de los 20 años”. Mismas declaraciones que el Vaticano “retocó” al eliminar las referencias psiquiátricas que hace la autoridad católica en relación a la homosexualidad.
La Iglesia a nivel mundial se encuentra con altas tasas de desaprobación y más aun cuando han salido a la luz miles de casos de abuso, acoso e irregularidades dentro del clero. Sin ir más lejos, en nuestro país la desaprobación a la iglesia Católica alcanzó un 76% según la encuesta Cadem publicada este 6 de Agosto.
Pero no sólo por eso, sino que hemos visto una y otra vez cómo la religión Católica y su institución ilustre han estado involucrados en abusos sexuales, los encubren, hacen declaraciones al respecto de la comunidad LGTBI+, se declaran en contra del aborto y encima reciben aportes monetarios del Estado para sostenerse.
Ya vimos en Argentina cómo la religión está encarnada en el Senado y que con argumentos precámbricos le negó a la marea verde lo que en las calles ya se había aprobado. La crisis actual de la Iglesia no puede ser entendida como “una fase oscura” de la religión, ni mucho menos una situación que se superará, por el contrario, tenemos que tomar todo lo que ha salido a la luz y lo que ya sabemos de suyo para pasar a hacer una exigencia clara al Estado a que exista una separación efectiva entre este y la religión; y así ser realmente un Estado laico donde la moral de la iglesia no se vea inmiscuida en temas legales y de salud pública como por ejemplo lo es el aborto.

Javiera Rivas
Militante de Pan y Rosas Teresa Flores