Lo que venden y quieren que compremos influencers, empresas y redes sociales. Columna de Cultura en El Círculo Rojo, programa de La Izquierda Diario los jueves de 22 a 24 por Radio Con Vos FM 89.9.
Celeste Murillo @rompe_teclas
Viernes 2 de julio de 2021 01:18
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· Las redes sociales ya eran importantes en nuestra vida y la pandemia potenció su protagonismo. Compartimos fotos, memes, discutimos, pero también es un lugar donde se vende y se compra en muchos sentidos.
· Muchas veces no estamos comprando en un sentido estricto. No intercambiamos dinero por una cosa o un servicio pero el mercado y sus reglas están presentes en la forma en que funcionan esas redes sociales. Las personas tienen un valor: en Instagram, por ejemplo, ese valor se traduce en lo que mostrás (tu imagen), cuántos seguidores y likes tenés.
Un mercado de emociones
· La socióloga Eva Illouz habla de un “capitalismo emocional”. ¿Qué es? El capitalismo en su voracidad, cuando ve un límite en la venta de bienes materiales, va por los cuerpos y las emociones.
· Las redes son un gran mercado para ese “capitalismo emocional”:
· El 55% del mundo está activo en redes sociales: hay 4.300 millones de personas que usan al menos una.
· Instagram tiene 1.000 millones de usuarios y durante 2020, 500 millones de cuentas estuvieron activas todos los días.
· Instagram representa hoy dos cosas muy importantes para las empresas: un mercado potencial de consumidores y la posibilidad de asociar a las marcas con valores e ideas que generen una identidad.
· Acá aparecen los influencers. El documental de HBO Fake Famous muestra el experimento que hizo un periodista en Estados Unidos: armar un influencer de la nada.
· ¿Qué vemos? Muchos de los trucos que usan los influencer para crear su imagen, pero sobre todo expone a las plataformas y las empresas, que gastan millones de dólares en publicidad en cuentas con un 40% de seguidores falsos, likes y comentarios generados por bots.
· Se hace una pregunta interesante, ¿por qué nadie lo pone en evidencia si es fácil descubrirlo? Porque todos, empresas y plataformas, ganan.
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Qué se vende y qué quieren que compremos en Instagram
· Pero los influencers venden, sobre todo, un estilo de vida. Y acá es donde todo se complica, porque muchas veces lo peor no es un canje sino las ideas y discursos que reproducen muchos influencers.
· Un ejemplo de ese combo es Ivana Nadal, una de las influencers más conocidas en Argentina. Exmodelo, pasó por la televisión y ahora se dedica exclusivamente a ser influencer del bienestar y una especie de autoayuda, tiene 2.5 millones de seguidores. Se hizo viral en medio de la pandemia cuando dijo “Date amor y el covid no te toca, amigo”, es la autora de la expresión “Vibrá alto”.
· Ivana Nadal dice muchas cosas repudiables, pero es parte de un ecosistema mucho más grande que ella, donde se reproducen noticias falsas, prejuicios y discursos individualistas que circulan en forma de autoayuda, amor propio o bienestar.
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· La feminista estadounidense bell hooks dice algo muy importante sobre la industria de la autoayuda: nos dan una receta que no altera nada de las relaciones sociales que organizan nuestra vida, muchas de las cuales son jerárquicas o muy desiguales. Suele tener reglas y respuestas sencillas y que parecen obvias como “Soltar”.
· En esos discursos el centro es el individuo:
· Vos podes lograr lo que te propongas
· Solo importa lo que pensás vos. Como dice Ivana Nadal: “Creá lo que creés”.
· En un programa anterior hablamos sobre la astrología y la necesidad de respuestas sencillas y claras en un momento de incertidumbre. Con la autoayuda y estos discursos del bienestar pasa algo parecido: son discursos que nos ofrecen una ilusión de control en un mundo caótico.
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· Estos discursos encierran dos grandes problemas:
· La experiencia en la vida no es individual y el resultado de estos discursos puede ser problemática. Es lo que pasa con el autoamor o amor propio, una idea que tiene algo de bueno, cuestionar la cultura de la imagen y la exaltación de los cuerpos hegemónicos. Pero cuando salís de tu habitación vivimos en una sociedad que enaltece esos cuerpos y expulsa de lo deseable los que son jóvenes o delgados, por ejemplo.
· Depositan toda la responsabilidad en los individuos. Si fracasamos es culpa nuestra, no estamos realmente empoderados, no lo deseamos lo suficiente. Y, sobre todo, se borra la acción colectiva que es, en definitiva, la única forma en la que las personas mejoramos nuestras condiciones de vida hace varios siglos.
· Centrar todo en nosotros mismos es una forma de buscar algo que podamos controlar en un mundo caótico. Es lo que explica que influencers como Ivana Nadal y otros parecidos tengan tantos seguidores y seguidoras.
· Se suele hablar de los problemas de las redes sociales, pero se les adjudican casi exclusivamente a ellas cuando, en realidad, ya están presentes en nuestra sociedad y lo que hacen las redes es exacerbarlos. La falla del sistema sigue estando en otra parte.
Celeste Murillo
Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.