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Red Internacional
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Chubut. Caso Antillanca: otra vez el ratiperiodismo y su legitimación de la impunidad

En la edición de ayer de diario El Chubut se publicó una nota que legitima el fallo absolutorio de policías que habían sido condenados por el crimen de Julián Antillanca, además ponen en duda declaraciones de una testigo clave. En este artículo polemizamos con esta canallada que busca consolidar la impunidad del aparato policial.

Jueves 26 de noviembre de 2015 17:11

La absolución a Laura Córdoba y al excomisario Carlos Sandoval en el juicio de revisión de condena despertó la indignación de un amplio sector de la comunidad, en particular de los familiares de Julián Antillanca y de las organizaciones que acompañan esta lucha contra la impunidad policial.

En la edición de ayer de diario El Chubut no solo se obvia el “detalle” que el fallo fue dividido en varios puntos, además de no aparecer la voz de la familia Antillanca sobre el mismo, sino que sin ruborizarse se afirma que: “Esta mujer estuvo más de un año en la cárcel por un proceso judicial que claramente se va cayendo a pedazos a medida que va pasando el tiempo. Primero, a ella y a los otros policías los absolvieron y en un segundo juicio a uno lo sobreseyeron por falta de pruebas y al resto -salvo al excomisario Sandoval- los terminaron condenando a prisión perpetua. Todo, en base a los dichos de una supuesta «testigo clave», de la que ahora se está diciendo que mintió a cambio de plata que le dieron desde la Fiscalía (sic)”.

¿Una supuesta testigo clave de la que ahora se está diciendo que mintió? ¿Ahora? Para cualquiera que haya seguido este caso, -ya sea desde la perspectiva de los que luchan para que no quede impune como de aquellos que lo hacen representando la voz policial en los medios de comunicación, como este periodista-, no es ninguna novedad que los acusados y su defensa han recurrido desde un comienzo a desacreditar el testimonio de Jorgelina Domínguez, la testigo clave que el artículo, a contrapelo del fallo que condenó a los policías en julio, le achaca la cualidad de “supuesta”. ¿Con qué necesidad un periodista escribe “supuesta” si no es para ubicarse en la clara vereda de los asesinos? El martes los jueces Martín Montenovo, Rafael Luchelli y Nelly García fueron claros en este aspecto, y plantearon que no tenían por qué dudar del testimonio de dicha testigo ya que el tribunal anterior ni el Superior Tribunal de Justicia lo hicieron. En ningún momento se pudo probar nada en su contra como para desechar su testimonio, y oportunidades tuvieron de sobra.

En otras ocasiones ya hemos analizado estos artículos nada inocentes que reproducen unilateralmente la voz del podrido aparato policial, encubriendo sus prácticas represivas, corruptas y sufridas por todo el pueblo. El ratiperiodismo suele ocultar sus posicionamientos bajo el ropaje de una neutralidad que en realidad no es otra cosa que la reproducción de los partes de prensa o la voz de la institución policial. Pero en este caso en particular se fue más allá, y a las declaraciones de los policías absueltos el periodista le agregó afirmaciones de una carga ideológica reaccionaria que no deja lugar a dudas de qué es lo que se pretende con la nota: contribuir a generar las condiciones de un pseudoconsenso social para que los policías que fueron condenados por asesinar a Julián Antillanca sean finalmente todos absueltos. Pero el pueblo ya habló en las calles y condenó a todo el aparato policial por este crimen.

Días atrás planteamos una interpretación posible del marco político en el que este fallo se iba a conocer: luego del balotaje, con dos candidatos de derecha, donde finalmente ganó por un escaso margen Mauricio Macri. Para las clases dominantes se hace imprescindible que los medios de comunicación preparen el terreno para los tiempos de ajustes y represión que se aproximan, más temprano que tarde. El kirchnerismo jugó un papel clave en estos años represtigiando el aparato represivo del Estado al solo juzgar a unos pocos militares de la última dictadura de nuestro país y dejar libre a otros cientos como así también miles policías, funcionarios judiciales, políticos, empresarios y burócratas sindicales que fueron parte del Golpe de Estado del 76. El claro giro a la derecha de los últimos años, con más de 5000 procesados por luchar, la condena a cadena perpetua a los trabajadores de Las Heras, el asesinato de luchadores sociales, el nombramiento de funcionarios fachos como Sergio Berni, César Milani, la defensa irrestricta de multinacionales como Mosanto, Chevron, Barrick Gold, la represión a la lucha de los trabajadores, combinado con la crisis económica internacional y la baja en el precio de las materias primas, generó un combo reaccionario que derivó en un balotaje bien de derecha.

Fallos judiciales como el que estamos tratando en este artículo no hacen otra cosa que legitimar las prácticas represivas que necesitará el Estado para afrontar la resistencia de los trabajadores y sectores populares.El lunes pasado vimos cómo el diario La Nación no demoró un día para reclamarle al presidente electo Mauricio Macri que libere a los genocidas que se encuentran detenidos y que retroceda con los juicios por crímenes de lesa humanidad. Los medios de comunicación juegan un papel central para que la impunidad de los represores logre afirmarse y el caso Antillanca no es la excepción.

La estrategia de la defensa de los acusados parece clara: aprovechar este corrimiento a la derecha del escenario político para que sus defendidos ya condenados vayan siendo absueltos de a poco en distintas instancias judiciales separadas una de otras. Obviamente, una absolución de todos los policías hubiera tenido un costo político que la correlación de fuerzas aun no permite. La lucha de los familiares y amigos de Julián y las organizaciones sociales permitió revertir la primera absolución en el juicio en el año 2012 y que se condenara a cuatro de los acusados en julio pasado. Este es el camino que deberemos seguir, aun contra el silencio cómplice de los medios de comunicación del régimen, en este caso diario El Chubut y su tradicional ratiperiodismo.