Mientras la miradas estuvieron centradas en el genocidio que lleva adelante en Gaza, Israel también avanzó en ataques, asesinatos, destrucción de infraestructura y desplazamiento forzado de palestinos en Cisjordania.
Lunes 2 de diciembre de 2024 13:06
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), las fuerzas israelíes han demolido 1.528 estructuras que eran propiedad de palestinos en la Cisjordania ocupada, durante este año.
Se trata de una accionar deliberado y sistemático de parte del gobierno de Israel. Este último año, mientras la miradas se centraban en el genocidio que lleva adelante en Gaza, Israel avanzó en ataques, asesinatos, destrucción de infraestructura y desplazamiento forzado de palestinos en Cisjordania como parte de su políitca de castigo colectivo.
Los datos de la ONU, publicados el 29 de noviembre, indican que 3.637 palestinos han sido desplazados como resultado de una continua campaña de demolición israelí.
La infraestructura destruida incluía viviendas (700), infraestructura agrícola (398) y activos relacionados con los medios de vida (205), como tiendas y negocios.
Según los hallazgos de Ocha, las zonas más atacadas en Cisjordania estaban situadas cerca de la ciudad de Tulkarm, que ha enfrentado un mayor número de incursiones y demoliciones israelíes durante el año pasado, así como otras ciudades de Cisjordania.
El campo de refugiados de Tulkarm encabeza la lista de zonas con infraestructura destruida (171), seguido por el campo de refugiados de Nur Shams (118).
El campo de refugiados de Jenin, que ha sido el foco de una continua campaña militar israelí, también fue atacado con frecuencia (83), según los datos.
Según las cifras, 40.557 palestinos se han visto afectados por estas demoliciones desde principios de año.
Castigo colectivo
Israel ha recurrido durante mucho tiempo a la demolición de viviendas como medio para desplazar a la población palestina de la Cisjordania ocupada.
Sin embargo, desde el 7 de octubre pasado y el inicio del genocidio en Gaza, la práctica se ha intensificado y las excavadoras israelíes derriban casas de personas casi a diario.
Quien supervisa la campaña es Bezalel Smotrich, el ministro de Finanzas de extrema derecha de Israel, quien también ejerce poder sobre las autoridades en Cisjordania y es un colono.
Israel ha utilizado durante mucho tiempo las demoliciones de viviendas como una forma de castigo colectivo, apuntando a las casas de palestinos "sospechosos de llevar a cabo ataques" contra israelíes.
A menudo se ordenan demoliciones con el argumento de que los edificios se construyen sin permisos, pero para la mayoría de los palestinos es prácticamente imposible obtenerlos.
En enero, un grupo de expertos de la ONU pidió que se tomen medidas para detener la demolición "sistemática y deliberada" de estructuras palestinas por parte de Israel.
"Los ataques directos a las viviendas, las escuelas, los medios de subsistencia y las fuentes de agua del pueblo palestino no son más que intentos de Israel de limitar el derecho de los palestinos a la libre determinación y amenazar su propia existencia", dijeron los expertos.
Fuente: Middle East Eye
