El Govern declara la alerta máxima por sequía en más de 200 municipios de la provincia de Barcelona y Girona, por el hecho que la capacidad del río Llobregat y Ter llegan al 16% de su capacidad, y convocan una reunión de la comisión interdepartamental de la sequía para este jueves.
Miércoles 31 de enero de 2024
El Govern declara el alerta máxima por sequía además de 200 municipios de la provincia de Barcelona y Girona, por el hecho que la capacidad del río Llobregat y Ter llegan al 16% de su capacidad, y convocan una reunión de la comisión interdepartamental de la sequía para este jueves.
El caudal del Riu Llobregat y del Ter no han parado de disminuir desde el verano del 2022, llegando esta semana al 16% de su capacidad. Los embalses de estos dos ríos han llegado ya a estar por debajo de los 100 hm³, cosa que hace entrar en una situación de emergencia muy crítica.
Con toda esta situación la reunión convocada por este jueves 1 de febrero por parte del ejecutivo catalán hará que la comisión interdepartamental de la sequía en Catalunya intensifique las restricciones de agua a 202 municipios en las provincias de Barcelona y Girona.
Las restricciones estarán en manos de las administraciones locales y llegarán de pleno al ámbito doméstico, puesto que se reducirá el consumo a 200 L por persona y día, reduciendo la presión o incluso con cortes horarios.
Aun así, se prevé que en los próximos meses se pueda aumentar las restricciones y que entren más municipios en esta alerta a causa del hecho que el cambio climático está alterando gravemente la cantidad de lluvia en los últimos años.
De hecho, la crisis de la lluvia empezó el 2020, en un momento en que la emergencia no se notó tanto debido al cierre del turismo y ocio por motivo de la pandemia y a que los pantanos se encontraban llenos en aquel momento.
¿Cómo es posible que ante el claro descenso de lluvias y la cantidad de agua de las mismas no se hayan llevado medidas preventivas para no llegar a esta situación? ¿Es la crisis de la sequía hoy en Catalunya solo culpa del hecho que no llueva?
La verdad que no, y es que el retorno a una política de turismo frenético en la Costa Brava y en Barcelona, junto con los campos de golf, han hecho que no se tenga en cuenta esta crisis hasta el momento actual. En verano del 2022 expertos ya lanzaron un grito al cielo para avisar de esta situación, ante la pasividad de la Generalitat.
Tampoco podemos obviar que el 2022, momento donde la energía llegaba a precios récord, el gobierno del Estado español del PSOE y UP, permitieron que las energéticas vaciaran los pantanos para producir la energía más barata que nunca para maximizar beneficios.
El verano pasado ya empezamos a normalizar ver entera la estructura de la iglesia del antiguo pueblo de Sau, y todavía así el govern de la Generalitat no puso ninguna restricción al abusivo consumo de agua del turismo.
Hoy vemos el antiguo castillo y múltiples casas del antiguo pueblo de Sau en una postal triste y muy preocupante, símbolo de la sequía en Catalunya. Es en este momento de crisis máxima donde el govern catalán tomará medidas, pero como siempre nos tocará a nosotros y nosotras pagar las consecuencias.
Las decisiones de las administraciones de turno para favorecer el lobbie del turismo y la producción voraz del sistema capitalista con sus macrogranjas, el urbanismo desatado en el área metropolitana de Barcelona y la industria, hacen que hoy tengamos una emergencia muy preocupante con un recurso tan básico como el agua.
No hay un Planeta B, pero tampoco hay una salida para revertir el cambio climático y sus consecuencias dentro del sistema capitalista. La única salida para el planeta es el replanteamiento absoluto de la producción mundial bajo el control y decisión de la clase trabajadora para producir de forma respetuosa con el medio ambiente.