Detalle del derrotero de la causa sobre la segunda desaparición de Jorge Julio López. La falta de investigación seria y consecuente hizo que el hecho no se haya esclarecido y no haya un solo imputado.
Domingo 18 de septiembre de 2016 01:04
Mirá el Dossier Especial sobre los diez años sin Jorge Julio López
¿Quién es Jorge Julio López?
Nació en la localidad bonaerense de General Villegas en el año 1929. Durante su juventud vivió en el barrio de Los Hornos de la ciudad de La Plata donde comenzó a militar en la Juventud Peronista, trabajaba como albañil, oficio que desempeñó durante muchos años.
Fue secuestrado en su casa y desaparecido por primera vez en octubre de 1976, estuvo en el centro clandestino de detención conocido como Pozo de Arana donde sufrió tormentos y torturas y presenció como Miguel Osvaldo Etchecolatz (Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense) dirigía él mismo el asesinato de sus compañeros. Luego pasó a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Logró sobrevivir al genocidio de clase y preservó en su memoria durante años todo lo que había pasado por aquellos años para luego dar testimonio.
Treinta años después, el 18 de septiembre de 2006 en democracia, los hechos se repetían. La segunda desaparición forzada se dio en el marco del primer juicio oral que se lleva a cabo por los hechos acontecidos durante la última dictadura militar, luego de la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final. Juicio de lesa de humanidad donde brindó un testimonio clave y donde se condenó a prisión perpetua a Etchecolatz reconociendo por primera vez la justicia el genocidio perpetrado.
López es desaparecido en un contexto particular, justamente el día en que se tenían que exponer los alegatos de la querella que él formaba parte. Julio nunca llegó a la audiencia, los organismos de derechos humanos del colectivo Justicia Ya lo primero que alertaron fue que se trataba de un secuestro y a las pocas horas presentaron habeas corpus ante la justicia federal. Reflotaban nuevamente los métodos genocidas. Sin embargo, el gobierno Kirchnerista tomó la decisión política de buscarlo como si estuviese perdido, negando la desaparición forzada.
La causa
En un primer momento la causa judicial con la que se comenzó la investigación fue la averiguación de paradero. En dicha investigación intervino la Bonaerense, una fuerza que al momento de los hechos contaba con más 9.000 efectivos que habían actuado durante el terrorismo de Estado a las órdenes de Etchecolatz y Camps.
Las primeras determinaciones que se tomaron fue seguir la línea de investigación tendiente a instalar la idea del extravío o ausencia voluntaria haciendo caso omiso al planteo de los Organismos de DDHH que sostenían que un secuestro político.
Luego de varios meses de lucha, se logró que la causa pasara al fuero federal y el cambio de caratula a desaparición forzada de personas. La causa está a cargo del Juzgado Federal N° 1 de La Plata; pasando el expediente por las manos de los Jueces Corazza, Blanco, y ahora Kreplak.
El expediente se fue transformando en decenas de cuerpos y miles de fojas, la investigación estuvo plagada de irregularidades. Llegando al absurdo de seguir las pistas de una mujer vidente, en vez de investigar seriamente el entorno de Etchecolatz y los represores denunciados por el propio López.
A su vez, una de las líneas de investigación propuestas por el abogado de la familia, tuvo que ver con investigar el perfil psicológico de López, es decir poner el ojo en la victima y no en los responsables de su desaparición, lo que llevaría a la re victimización y hasta un posible cuestionamiento del testimonio importantísimo que brindó. Esta misma línea es la que se intenta plantear desde el gobierno macrista que, desde la SecretarÍa de Derechos Humanos a cargo de Claudio Avruj, se presentaría como querellante en la causa.
Se realizó un allanamiento en Marcos Paz donde estaba alojado el Exjefe de la bonaerense donde se encontró, pese a que fueron avisados previamente del allanamiento, un cuaderno en el que lo nombraba a Julio López y sin embargo se hizo caso omiso a dicha prueba. No se realizaron los entrecruzamientos de llamadas requeridos por la querella de justicia ya, recién después de 10 años la justicia se dignaría a investigar las llamadas del 2006.
Entre idas y venidas del expediente , entre recusaciones y desligamiento entre jueces, se anotició de la existencia de un expediente paralelo que constaba de diez cuerpos en poder de la Delegación La Plata de la Policía Federal, estos cuerpos incluían entre otras, las 600 declaraciones, recabadas por la Policía Federal, tareas de inteligencia, procedimientos irregulares en Atalaya.
Constan en la causa detalladísimos informes de inteligencia llevados a cabo por la SIDE respecto de familiares, vecinos y amigos de López pero, sorprendentemente, ese organismo no aporta ningún informe sobre investigaciones al entorno de Etchecolatz.
Desde el primer momento, se sostuvo que había que investigar a los represores recluidos en el penal federal de Marcos Paz, donde se encuentran alojados Etchecolatz y otros genocidas. Numerosos habeas corpus y medidas probatorias fueron pedidas por la querella de Justicia Ya para el verdadero esclarecimiento y búsqueda de aparición con vida de Jorge Julio López pero esta voz no fue oída y se siguió con la impunidad perpetrada por el gobierno y el poder judicial. Es evidente que el tramado de encubrimiento que se fue tejiendo durante estos 10 años para garantizar la impunidad.
Panorama actual
El estado actual de la causa penal por desaparición forzada de Jorge Julio López se encuentra luego de 10 años de tramitación, sin ningún imputado, carente de una línea investigativa seria y objetiva, e inmersa en una parálisis procesal total; pese a las novedades rimbombantes que en cada víspera del 18 de septiembre anuncia la justicia y el gobierno.
Una causa sin responsables, un desaparecido en democracia, y sin embargo el gobierno kirchnerista que se autoproclamaba de los derechos humanos y ahora el gobierno derechista de Macri no han aportado absolutamente nada sustancias ni tomado medidas concretas para que se esclarezca el caso.
Por su parte, y en sintonía con el reclamo que los organismos de derechos humanos vienen sosteniendo, la diputada Myriam Bregman (PTS-FIT) presentó un proyecto de ley para la apertura inmediata de los archivos, informes, expedientes y todo tipo de documentación en poder de las fuerzas policiales, de las Policías Bonaerense, Federal, del Servicio Penitenciario Federal, el Bonaerense, el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada Argentina y la exSIDE. De aprobarse aportaría a saber qué pasó con Julio López y quienes son los responsables, pero hasta el momento no ha tenido tratamiento.
Hace unos días, desde el gobierno anunciaron que la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación se presentará como querellante en la causa López, una verdadera provocación con un alto grado de hipocresía. Hace 10 años que los organismos de derechos humanos, las organizaciones sindicales, estudiantiles y sociales y la izquierda vienen denunciando el encubrimiento y la impunidad que garantiza el Estado, un estado que no ha investigado, no ha esclarecido en caso y no ha castigado a los culpables ahora pretende presentarse como querellante cuando en realidad es el responsable. Es más, el Estado Argentino ha sido denunciado por los organismos de derechos humanos independientes ante organismos internacionales.
Pero, frente a este panorama la respuesta no fue el silencio o la sumisión. La movilización en las calles no se hizo esperar para exigir la aparición con vida de Julio López, el juicio y castigo a los responsables y cárcel común perpetua y efectiva a todos los genocidas. Los organismos de derechos humanos independientes de todos los Gobiernos, junto con organizaciones políticas, sociales, trabajadores, estudiantes secundarios, terciarios y universitarios, familiares de víctimas del gatillo fácil, mantienen altiva la voz de López que no pudieron callar.
La pelea se mantiene en pie por quienes no ceden y no callan ante la impunidad y ante el relato de los derechos humanos por parte de los gobiernos que teniendo el acceso a los archivos no los abren y encubren a los responsables de la segunda desaparición de Jorge Julio López.