Natalia Rizzo @rizzotada
Miércoles 8 de noviembre de 2017
La noche en los Sitios de Memoria entre la censura, el repudio y el escrache.
Oculto tras los muros de la espectacularidad de un evento de tan amplia magnitud, con actividades disponibles en más de 240 Museos y espacios culturales de la ciudad, organizado por el Ministerio de Cultura Porteño, se esgrime toda una cadena de precarización laboral, políticas de vaciamiento, desfinanciación y censura de obras de arte. Sobre los muros permanecen las figuras de ex detenidos desaparecidos, de Julio López y de Santiago Maldonado.
Días anteriores a que comience "La Noche de los Museos", amanecimos con la noticia de un hecho de censura a una obra que iba a presentarse ni más ni menos que en una de las salas del Archivo Nacional de la Memoria (ANM) cuyo presidente es Gustavo Peters Castro, cito dentro del ex Centro Clandestino de Detención (CCD) Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) donde funciona hoy un “Espacio para la Memoria y la promoción de los DDHH” que depende de la Secretaría de DDHH de Claudio Avruj.
Irónicamente propiciados por las autoridades del ANM, los hechos de censura rindieron homenaje al título de la obra del Grupo TAS: “Ausencias”, que integraba la exposición “8 mujeres abordando la memoria”. Las autoras de la escultura, Jackie Simsolo y Adriana Albi denunciaron que el problema fue que la obra censurada remitía a Santiago Maldonado para las autoridades de la institución. La escultura tiene dos años y la exposición estaba aprobada desde marzo. Al ser comunicados el resto de las artistas de la muestra sobre que la obra no podía participar, decidieron bajarse todas en solidaridad y repudio.
Los trabajadores y trabajadoras del Ministerio de Justicia, la Secretaría de DDHH y del ANM aprovecharon la gran afluencia de públicos de esta noche para denunciar tanto la censura como las condiciones de trabajo de esta dependencia. Lo hicieron a través de volantes que repartieron a quienes ingresaban al predio, donde se describía la situación de precariedad de trabajadores y trabajadoras que en muchos casos cobran salarios por debajo de la canasta familiar, la desigualdad salarial entre trabajadores que realizan mismas funciones y la falta de presupuesto para llevar adelante las distintas tareas que se desarrollan en el Archivo y en los Sitios de Memoria que dependen del mismo.
Hay nuevos rumores de 200 despidos en el Ministerio de Justicia y ya están circulando listas negras de posibles jubilaciones compulsivas, que hasta el día de hoy contabilizan cerca de 80 personas para la órbita de la Secretaría de DDHH.
La ESMA, uno de los ex CCD donde ocurrieron algunas de las más terribles vejaciones a los derechos humanos, donde ocurría una parte del plan sistemático de exterminio masivo de personas y las más terribles censuras, donde se organizaba ese genocidio de clase, hoy vuelve a ser sede hoy del arbitrio inexorable de la prohibición de obras de arte que los propios censores convocaron a formar parte de una muestra. Allí donde hubo trabajo esclavo hay despidos y precarización laboral, precarización que además es heredada de los contratos basura y las tercerizaciones del gobierno anterior.
La cultura no se achica
Por supuesto que no fueron las de los Sitios de Memoria los únicos lugares donde hubo manifestaciones alrededor del descontento y la bronca que provoca entre trabajadoras y trabajadores el ajuste, las paritarias a la baja, la precarización laboral que vienen de la mano de los infortunados anuncios que hiciera Macri en el Centro Cultural Kirchner, entre ellos los referidos que en la Biblioteca del Congreso sobra personal y a que las universidades producen gastos, entre otros.
Trabajadoras y trabajadores del Ministerio de Cultura denunciaron su situación a través de diferentes medios visuales o verbales tanto en redes como en las calles.
Como un claro ejemplo de otras manifestaciones, podemos nombrar la que llevaron a cabo trabajadoras y trabajadores del Museo Etnográfico a través de una intervención visual en las cercanías del mismo. En los carteles podían leerse consignas que advertían que parte del personal tiene contratos de locación de hace 10 años, que el 60% del personal de planta permanente está en la categoría más baja, la falta de reconocimiento de tareas profesionales y el presupuesto insuficiente, entre otros.
Una trabajadora del Ministerio nos alerta de gravísimas situaciones de precariedad tanto como de incertidumbre en todo el ministerio y hace hincapié en el peor cuadro de los museos que es el que ilustran los contratados bajo la modalidad de Locación de Servicios (CLO). “Los CLO no cobramos el presentismo que cobraron los artículo 48 y los planta permanente, como monotributistas además, seguimos sin cobrar aumento con la excusa de que nos habían dado una adenda en 2016 y se nos renovó en 2017 sin aumento, prometiendo que cuando se cumpliera el año de la adenda tendríamos otra, pero eso nunca sucedió. Los monotributistas no tenemos aguinaldo ni vacaciones, tenemos que pagar el monotributo y la obra social y cada año tenemos la incertidumbre sobre la renovación de nuestros contratos.”
Desde la Asamblea de Trabajadores Autoconvocados de Cultura de la Argentina (Ataca) se vienen desarrollando infinidad de informes y denuncias sobre los problemas de la utilización de los programas de voluntariado, y no es La noche de los Museos la excepción: miles de voluntarios ad honoren se sumaron a participar del evento. Muchos jóvenes que buscan trabajo lo hacen para poder competir en el mercado laboral y poder poner en su curriculum un perfil alejado de los call center y otros trabajos ultraprecarios e insalubres. A su vez, esta situación alimenta la precarización del resto de los empleados y contratados permanentes y el estado evita el pago de horas extras.
Otro trabajador nos comentaba que: “Mucha gente está sin tareas como castigo mientras mucha otra está sobrepasada. Nos siguen recortando gastos, lo cual dificulta nuestras tareas. Hay monotributistas que cobran 12000 pesos y que son trabajadores que cumplen horario y tienen tareas habituales y permanentes.”
Verónica Jeria integrante de la Asociación de Trabajadores de Museos nos habla de una situación estructural que se viene profundizando en el último tiempo. “Es una situación en la que muchos trabajadores de museos siguen empleados con Contratos de locación con funciones permanentes sin cobro de horas extras y sin estabilidad laboral. Esta situación se ha profundizado en el último tiempo. Como hito, podemos marcar la gran masividad de despidos surgidos en 2016 por parte del Ministerio de Cultura que fue un gran golpe a las instituciones culturales y además dejó sembrada una espada de Damocles sobre la cabeza que es: en cualquier momento te pueden despedir. Uno de los principales rumores que viene circulando es la disminución del estatus de nuestro órgano de cultura principal que es la transformación del Ministerio de Cultura de la Nación en una secretaría nuevamente.”
Y continúa diciendo: “La censura que se produjo y este tipo de situaciones se dan en el contexto donde se anuncia una nueva reforma laboral y se enmarca también en una política de desfinanciamiento, de achicamiento, que afecta no sólo a los Museos Nacionales sino que afecta a todo lo que es el sistema universitario que cuenta con más de 100 museos. Es importante que todos los trabajadores de la cultura hagamos visibles estas situaciones.”
Recordemos que el Ministerio de Justicia y el Ministerio de Cultura fueron dos de los ministerios con mayor cantidad de despidos compulsivos al comenzar la gestión macrista en la nación. Se viene una reforma laboral como la que hemos visto que impusieron al pueblo brasileño o la que se estableció en Francia, y para enfrentarla y organizarse es que trabajadoras y trabajadores en lucha de Pepsico convocan a organizaciones este jueves a las 18.30 a coordinar acciones para no dejar pasar esta reforma.
La censura y la precariedad en el estado.
La censura en la historia del arte siempre estuvo ligada a los intereses de la clase dominante y el esparcimiento de su hegemonía a nivel de pensamiento.
“El Juicio Final”, de Miguel Ángel (1565) fue censurado por Biaggio de Cesena, y el Papa Pablo III que mandaron a tapar con telas los genitales de los cuerpos. Luego de la censura, Miguel Ángel representó en la misma pintura a Biaggio de Cesana como el rey del Infierno, desnudo, con orejas de burro y con una serpiente envolviendo su cuerpo. “El origen del mundo” de Courbet (1866) que muestra un pubis femenino fue censurado en 2011 por Facebook y catalogada como pornográfica. O el controversial caso de las Pussy Ryot, banda de punk que protestó en una catedral por la asunción de Putín al gobierno de Rusia, donde fueron arrestadas por ello en pocos segundos y encarceladas…
Con el advenimiento del estado y su régimen las instituciones se burocratizan y redefinen para perfeccionar sus métodos y adaptarlos a los intereses de la burguesía.
¿Cómo no va a haber censura y precarización por parte del estado si está determinado por sus características de clase? Lo hace a través de diferentes instituciones que conviven en un medio estructurado por la relación capitalista.
El estado asume roles en beneficio del Capital en su conjunto, donde a veces se enfrentan los intereses de muchos capitales particulares. A través de la burocracia y la dirigencia estatal de funcionarios garantiza que se cumplan los intereses de la clase dominante y si es necesario contiene, reprime, controla, desaparece la fuerza de trabajo. Cuánto más necesita el capital a nivel mundial flexibilizar esa fuerza de trabajo, aún más reprime, desaparece y censura.
Natalia Rizzo
Artista Visual, nacida en 1980, oriunda de Villa Luro. Es profesora Nacional de Bellas Artes y realizó la Maestría en Artes Electrónicas de la UNTREF. Miembro de Contraimagen y del equipo de diseño e ilustración de Ideas de Izquierda.