Desde su creación en 1943 el SNTE estuvo al servicio del partido y gobierno del PRI, entonces encabezado por Manuel Ávila Camacho; actualmente el secretario general Alfonso Cepeda declara al sindicato como el “ejército intelectual” de la 4T y ahora va por una senaduría plurinominal en Morena.
Jueves 21 de marzo de 2024
Alfonso Cepeda Salas es el actual secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), del que ha formado parte en distintos cargos desde hace más de 4 décadas, su cargo actual lo obtuvo en las elecciones de noviembre de 2018.
El 1 de marzo se dió a conocer que Cepeda se encuentra dentro de la lista de candidatos plurinominales al senado de la República por parte del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) sin tener una militancia regular dentro del partido, más allá del apoyo que le ha dado al gobierno en turno; que va desde las declaraciones que ha hecho a favor del partido y su candidata presidencial, como la que hizo en abril de 2019 acerca de que el SNTE era aliado y “ejército intelectual de la 4T”, la más reciente fue el 7 de marzo de 2023 donde llamó “amiga del SNTE” a Claudia Sheinbaum; así como el llevar la política del gobierno hacia las bases del SNTE sin cuestionamiento, ignorando por completo la lucha del magisterio en las calles, así como los paros laborales.
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Aunque en el último periodo, Cepeda se pronunció en contra de la existencia de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), afirmando que fue elaborada por funcionarios conservadores, hay que detenernos a reflexionar si lo dice en beneficio de las y los trabajadores de la educación o si, más bien, sería con el fin de beneficiar a la burocracia del sindicato para que nuevamente tenga el control sobre el ingreso, permanencia y promoción del gremio, mismos que le fueron arrebatados con la desaparición de la Carrera Magisterial y su sustitución mediante exámenes, metodología que impulsó el gobierno del priísta Peña Nieto y que sigue vigente en el actual del morenista López Obrador.
El secretario del SNTE ocupa el lugar 11 de la lista de plurinominales (es decir, quienes tendrán una senaduría sin ser votados) que fueron aprobadas el 1 de marzo por el Instituto Nacional Electoral (INE) y su suplente es la exmilitante del extinto Partido Nueva Alianza, Maria Luisa Gutiérrez Santoyo, misma que fue secretaria general de la sección 37 del SNTE en Baja California.
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Desde que en 2005 Elba Esther Gordillo fue expulsada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el SNTE vio debilitado el poder que el gobierno le otorgaba como parte integral de dicho partido; bajo el mandato de Juan Díaz de la Torre, los charros permitieron que entrara en vigor la Reforma Educativa de 2013 que atacaba duramente los derechos laborales de las y los docentes y recortó contenidos de educación básica en pro de las competencias que debían adquirir las y los estudiantes según su modelo educativo de corte empresarial. Esto llevó a una lucha encarnizada de docentes y padres de familia contra el gobierno y sus instituciones, incluídos los charros del SNTE; dejando marcas imperdonables como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014, la tortura sexual contra maestras disidentes en Acapulco en febrero de 2015 y la masacre de Nochixtlán en junio de 2016, sin contar los despidos y encarcelamientos de docentes que se negaron a hacer el examen de permanencia.
Durante los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto, el magisterio fue uno de los sectores más combativos en contra de las reformas priístas y mostró una fuerte convicción en la lucha por tirar las reformas. Esto explica por qué en 2018, cientos de miles de maestras y maestros del SNTE dieron su confianza y apoyo político a Andrés Manuel López Obrador y el Morena. El gobierno de la 4T asumió el poder con la promesa de “dignificar al magisterio” y echar abajo la reforma educativa, sin embargo, a 6 años de su mandato vemos que, aunque se eliminó el examen de permanencia, el 90% de la reforma educativa peñista sigue vigente, así como la lucha por reinstalar a decenas de maestros despedidos por negarse a someterse a esta política.
Mientras tanto, la educación pública sigue deteriorándose así como el rezago escolar, nuestros salarios siguen sin llegar a los 16 mil pesos que prometió el presidente y las cargas administrativas son cada vez más pesadas. Los charros del SNTE con Cepeda a la cabeza, defienden encarnizadamente la implementación de sus políticas en las escuelas y no permiten espacios de discusión democrática entre las bases, mismas que hemos salido a mostrar nuestro descontento en las calles sin el apoyo de los delegados y dirigentes sindicales, exigiendo mejores condiciones para la educación y laborales, así como mayor presupuesto para mejorar la infraestructura y los servicios y el aumento de nuestros sueldos acorde con la labor docente y la inflación. Esto, aún con las declaraciones del presidente de que "no han habido paros del magisterio en su sexenio.
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Frente a la precarización laboral y las terribles condiciones de las escuelas, las y los trabajadores de la educación de la agrupación Nuestra Clase, consideramos que no podemos seguir permitiendo la subordinación de nuestro sindicato frente al gobierno en turno, es importante recuperar la independencia de todo partido político y que el SNTE recupere su carácter de defensa de los derechos de las y los trabajadores, no de los líderes que sólo buscan preservarse en el poder y usar su liderazgo en el magisterio como trampolín político a cargos más lucrativos.
No lo haremos solos, es indispensable organizarnos desde las bases mediante Comités de Lucha, para elegir democráticamente a nuestras representaciones y mantener el poder de revocabilidad desde las asambleas, es decir, poder sacar a cualquiera que no esté cumpliendo con el mandato de las bases en cualquier momento, así como elevar el principio de que todo funcionario gane lo mismo que una maestra, siendo nosotras casi el 70 % del gremio y que junto a nuestros compañeros de trabajo percibimos desde las escuelas la degradación social a la que nos han llevado los planes neoliberales, la impunidad de los gobiernos frente a la desaparición de niñas a manos de las redes de trata, el reclutamiento del narco a la juventud, el desempleo y la precarización de madres y padres de familia, la miseria y el hambre de niñ@s y jóvenes.
¡Si podemos sacar adelante la educación y el futuro de nuestro país, también podemos echar al charrismo de nuestro sindicato!
Maestra, maestro, si coincides con estas ideas te invitamos a contactarnos a través de nuestras redes sociales y discutir estas propuestas en tu escuela.
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