Cerró el Colegio San Benito, dejando a más de cincuenta alumnos de jardín de infantes sin escuela y a diez docentes sin trabajo. La patronal efectuó los despidos sin importarle la prohibición vigente y el rol esencial de la educación en medio de la pandemia. Leé el testimonio de las maestras.
Miércoles 13 de mayo de 2020 12:58
Fuente: El Termometro
Foto: La Mirada de Quilmes Oeste
En diálogo con el medio local El Termometro, Silvia Maquiavelo, docente de la escuela, explicó la situación “ayer nos fuimos enterando que fuimos despedidas, el jueves pasado habían despedido a la directora (…) No tuvimos un comunicado, sino que fuimos recibiendo la carta de despido, los padres tampoco sabían nada” contó.
La docente cuestionó la manera en que las autoridades se manejaron, sin notificar a los padres en un primer momento, y sin brindar hoy en día ningún tipo de respuesta a padres y docentes “no tenemos respuesta de absolutamente nadie, los representantes legales no aparecen, es un papelón, recién anoche los padres recibieron una notificación diciendo que el jardín cerraba (…) las familias están indignadísimas” aseguró.
Silvia explicó que en la carta de despido aseguran que el cierre se debe a la baja de matrículas, pero que eso no es cierto ya que de cincuenta alumnos sólo se habían dado de baja entre ocho y diez.
Finalmente manifestó que va a comunicarse con el gremio Sadop y que buscan que su reclamo sea visibilizado. “Tuvimos entrevistas para entrar desde agosto (…) vendían un Colegio modelo (…) estoy muy desilusionada como docente y como mamá; nos quedamos con mi hijo en la calle” afirmó y recordó que los padres invirtieron en “gastos de uniformes, de materiales, matrícula anual, cuotas”. “Estamos tratando que nuestra voz se escuche que nuestro reclamo no quede en la nada” cerró.
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Este caso se suma a los miles de otros casos en el país donde las empresas despiden ilegalmente, desconociendo la prohibición vigente. Los planes patronales de ajuste, rebaja salarial y despidos son brutales y sin escrúpulos. Guiados por el único interés de incrementar y resguardar sus ganancias no tienen empacho en atacar servicios tan esenciales como la educación y la salud, sin importarles los trabajadores y la comunidad. La resistencia a estos planes patronales, que son avalados de hecho por las autoridades gubernamentales, ha comenzado en decenas de lugares.
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En Quilmes, los trabajadores de Penta continúan en lucha, los de Valot viene de obtener un importantísimo triunfo contra la patronal y los trabajadores precarizados se comienzan a organizar frente al ninguneo constante de los sindicatos y el gobierno , y este jueves se movilizaran al Obelisco para visivilizar todos los reclamos.
Ante el cierre y los despidos ilegales, el Estado debe actuar de inmediato para que se retrotraiga el ataque patronal y el jardín de infantes vuelva a funcionar con todos sus docentes y personal no docente. La educación, al igual que la salud, no pueden ser un negociado empresario, mucho más en el caso de la educación inicial, donde las vacantes siempre son escasas y, año tras año, nunca se garantiza el acceso de todos y todas la niñas. Si la patronal no quiere retroceder en su accionar ilegal, el colegio debe pasar a la órbita del Estado, con control de sus trabajadores, asegurando todos los derechos de docentes y no docentes y derecho a la educación de los niños
Cabe recordar que la precarización laboral es enorme en la educación y la salud de gestión privada, donde miles de trabajadores están en negro, bajo contratación precaria y la mayoría de las veces sin derechos a la sindicalización. Es hora de unir a todos los trabajadores precarizados y hacer valer los derechos que las patronales quieren pisotear.
