La empresa que tiene la franquicia de Adidas, Nike y otras marcas internacionales despidió a 53 trabajadores en pocos días y la lista crecía. Dice que es por “falta de insumos” importados pero a los despedidos los acusó de “falta de contrición al trabajo”. El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación hasta que pasen las elecciones.
Miércoles 18 de octubre de 2023 11:04
En las plantas de zapatillas de Dass hay preocupación. La empresa de capitales brasileños y argentinos volvió con sus chantajes. Hace años que amenaza con despidos y suspensiones para presionar al gobierno para que le libere dólares para importar insumos. Esta vez fue un poco más lejos. El lunes 9 echó a 15 empleados, el martes 10 más; el miércoles agregó a otros 20 y el jueves se llegó a los 53. La lista seguía hasta 70. Algunos tenían 13 años de antigüedad, y en los aviso la empresa les adjudicó “falta de contrición al trabajo”. Raro, para quienes hacen millones de pares por año en un trabajo donde la destreza y los músculos siguen siendo claves.
Pero el clima social y político obligó al Ministerio de Trabajo a dictar la conciliación obligatoria y un acuerdo para que no haya despidos “durante noviembre”.
Es sencilla la relación: las obreras y obreras tendrían trabajo hasta el balotaje. Después vemos.
Dass no es una empresa más. La empresa de capitales argentino-brasileños tiene la licencia de Nike, Adidas, Umbro, Asics, entre otras marcas. Es conocida como “La Reina de las zapatillas”. En el mercado argentino se venden 30 millones de pares anuales y un tercio son Nike.
Un par de Nike Air Force 01 hoy cuesta 114 mil pesos. La categoría A de los operarios cobra 780 pesos la hora. Por mes son 126 mil pesos, casi como la zapatilla. El gremio no llegó a un acuerdo en las últimas paritarias y sus afiliados cobran una suma fija que acercaría el salario a 200 mil pesos. Muy por debajo de la canasta familiar.
Un par y una zapatilla.
Chantaje
Cada 3 o 4 meses, Dass lanza un nuevo modelo…de chantajes. En realidad la excusa siempre es la misma. Conseguir beneficios del Estado, sean subsidios, un pago inferior de las suspensiones o dólares para sus negocios.
A veces lanza despidos y otras llega a amenazar con el cierre de alguna de sus plantas.
El cerebro detrás de esas operaciones es Brian Handley, gerente de la marca en toda América del Sur y también directivo del CitiBank. Un buitre. Y también parásito.
Aunque los aprietes de Handley y Dass, con el aval de Adidas y Nike, ya parecen un deporte, hay que prestarles atención. Son también los preparativos de las grandes empresas para los momentos más críticos que vienen en el país. Ante la crisis social, económica y también política, intentan marcar su fórmula para descargarla sobre la clase trabajadora.
Hay que rechazar estos ataques.
