Este jueves en la Perla del Norte, se vivió una nueva charla de la organización política feminista socialista Pan y Rosas poniendo al centro el rol de las mujeres desde el 18 de Octubre.
Viernes 24 de enero de 2020
Haciendo una pasaje por el rol de las mujeres como el motor en los grandes movimientos sociales que han marcado la historia, muchos de los cuales terminaron en revueltas o incluso revoluciones (la rusa o la francesa) comenzó la charla dictada por Karla Peralta y Miyaray Jiménez.
Apuntando así a la que ha sido llamada la Cuarta Ola del Feminismo, que inició con el NiUnaMenos, pasando por la Marea Verde y que el año pasado culminó con un enorme 8M que llenó calles en todo el mundo. Aunque por otro lado, discutiendo con lo que ha sido el policlasismo y la amplitud del movimiento de mujeres, que al menos en Chile tuvo un claro quiebre a partir de Octubre.
Y es que el estallido social dio una situación política en donde se polarizó el movimiento de mujeres, ante aquellas que apostaban a continuar confiando y actuando en los marcos de un régimen neoliberal heredado de la dictadura con una cocina parlamentaria, o quienes salimos a la calle con aspiraciones de cambiar un sistema de raíz, porque las fuerzas están.
Pero al mismo tiempo haciendo un balance de las debilidades que la revuelta ha tenido, con un gran punto de apoyo como fue el 12N que puso en jaque al Gobierno de Piñera y a los partidos del régimen, incluyendo a sectores del FA, que podría haber logrado mucho más si hubiese ascendido a una Huelga General efectiva sobretodo de los sectores productivos estratégicos de la economía, como la minería.
Es por eso que el próximo Día Internacional de la Mujer Trabajadora, no puede estar desligado del histórico momento que vivimos en Chile, como a nivel internacional, con un escenario abierto de la lucha de clases.
Es por eso que tenemos que poner claves políticas del momento, denunciando el proceso constituyente que se firmó con el Acuerdo por la Paz y sus engaños, como la trampa de los ⅔ que permite a una minoría imponerse sobre la mayoría o la imposibilidad de participación de los jóvenes que saltaron los torniquetes empezando la revuelta, o incluso la falta de paridad de género o los cupos para pueblos originarios, significando un desvío pues ha tomado las esperanzas de millones por una sociedad diferente y las ha depositado en “una fiesta democrática” que sigue amarrado a las viejas fórmulas de la constitución de Jaime Guzmán.
Porque este 8M debe ser de lucha, mostrando la fuerza de las mujeres trabajadoras estudiantes, migrantes y pobladoras, organizadas por una alternativa de las y los trabajadores, que somos quienes hemos estado en las calles codo a codo, quienes hoy queremos ir por más por medio de una Huelga General productiva y reproductiva que ponga nuevamente en pie las demandas históricas de las mujeres y la diversidad sexual, así como las legítimas demandas por el fin a las AFP, a la educación y salud de mercado, por el derecho a la vivienda y a un ambiente libre de contaminación confiando en las fuerzas desplegadas por la clase trabajadora para cambiarlo todo.