El fiscal Deltana Dallagnol informó sobre los detalles de una conversación en la que el Ministro de la Corte Suprema, Luiz Fux dijo que la fuerza de tarea de Lava Jato podría contar con él "para lo que necesite".
Jueves 13 de junio de 2019 00:00
El procurador Deltan Dallagnol relató los detalles de una conversación en la que el ministro del STF (Supremo Tribunal Federal) Luiz Fux declaró que la fuerza de tarea de Lava Jato podría contar con él "para lo que necesite", según afirma el sitio The Intercept Brasil.
Según el editor del sitio, Deltan le dijo a un grupo de fiscales: "Estimados, conversé con Fux una vez más, hoy. Reservado, claro: El Min Fux [a los jueces de la corte suprema de Brasil se les dice Ministros] dijo casi espontáneamente que Teori [Zavascki] jugó una pulseada con Moro y vio que se quemó, y que el tono de la respuesta de Moro después fue muy bueno."
Y continuó: "Dice que contamos con el para lo que necesitamos, sólo faltó, como buen carioca, invitarme a su casa, pero las señales fueron óptimas, hablé de la importancia de protegernos como instituciones. En especial en el nuevo gobierno ".
A continuación, de acuerdo con Demori, Deltan le avisó al entonces juez Sergio Moro, hoy ministro de Justicia del gobierno Jair Bolsonaro. Moro leyó el mensaje y dijo: "Excelente, in Fux we trust "(’en Fux confiamos’). El vínculo de Moro con Estados Unidos es tan grande que el jefe de la Lava Jato bromeó parafraseando la frase célebre que adorna los billetes estadounidenses, "In God We Trust".
Después de las revelaciones, medios de comunicación como Globo y Estadão profundizaron la orientación de enfatizar el "crimen de invasión digital por parte de los hackers", buscando frenar la escalada de crisis que se abate sobre la Operación Lava Jato y sus personalidades. Es más claro que nunca que el objetivo del Lava Jato era actuar en favor del golpe institucional, de la aplicación de la reforma jubilatoria y de la agenda neoliberal contra los trabajadores.
Según The Intercept, las declaraciones se hicieron en abril de 2016, tras la aprobación en la Cámara de Diputados del inicio del impeachment de la entonces presidenta Dilma Rousseff. Fruto de esa primera fase del golpe institucional, el derechista Michel Temer asumió interinamente la Presidencia en mayo de ese año, para aplicar ajustes más duros que los que venía haciendo el PT, cuyo programa de conciliación de clases y alianza con los sectores de la derecha abrieron camino para el golpe.
Las credenciales golpistas de Fux son ampliamente conocidas, como parte del autoritarismo judicial instalado en el STF. Fux fue el ministro responsable de bloquear la entrevista de Lula a Folha de Sao Paulo, antes de la primera vuelta de las elecciones de 2018 (que como sugieren los mensajes filtrados, era temida por poder influenciar el resultado electoral a favor del PT). "Determino que el imputado Luiz Inácio Lula da Silva se abstenga de realizar entrevistas o declaraciones a cualquier medio de comunicación, sea la prensa u otro vehículo destinado a la transmisión de información al público en general", escribió.
Además de pieza clave del autoritarismo judicial en la manipulación más grotesca de la historia electoral brasileña, Fux ya prestó buenos servicios a Jair Bolsonaro y su clan familiar. Suspendió dos acciones en las que el presidente Jair Bolsonaro es acusado. Las dos acciones fueron resultado de declaraciones hechas en 2016 por el entonces diputado dirigidas a su colega María del Rosario, en la que afirmaba que no la violaba porque no merecía. El mismo Fux decidió suspender la investigación que involucraba a Fabrício Queiroz, ex asesor de Flávio Bolsonaro. Queiroz, empleado como conductor, movía dinero de la familia Bolsonaro y fue el pivote del primer escándalo de corrupción del nuevo gobierno.
Las revelaciones hechas por The Intercept, y que tendrán nuevos capítulos como el de Fux, abrieron una crisis de grandes proporciones, que crea escenarios imprevisibles en la política nacional. El involucramiento actual del STF en la colusión entre Sérgio Moro, Deltan Dallagnol y los fiscales del Lava Jato va revelando un entramado golpista de muchos años en el interior del autoritarismo judicial, que con sus métodos reaccionarios busca aprobar la reforma previsional, la agenda neoliberal de privatizaciones y la entrega de los recursos nacionales a los monopolios extranjeros.
Contra esta democracia manipulada por jueces políticamente interesados, exigimos que los jueces sean votados en elecciones libres, revocables en cualquier momento y que cobren el mismo salario de una docente. Para acabar con la fiesta de empresarios y políticos corruptos, que afecta a todos los partidos tradicionales, todos los juicios por corrupción deben ser realizados por jurados populares. Exigimos la inmediata libertad de Lula, sin ningún apoyo a la política del PT, que abrió el camino al golpe. También decimos claramente que no queremos una "reforma licuada": queremos frenar la reforma de la previsión, y exigimos el no pago de la fraudulenta deuda externa, la reducción de la jornada de trabajo sin reducción salarial para atacar el flagelo del desempleo y la precarización en la juventud, para que la crisis la paguen los capitalistas.