Una declaración conjunta denominada "Convivir en paz", que fue firmada entre el gobierno de Maduro y la Oposición, da pie al inicio de la transición política pactada en la etapa del postchavismo.
Domingo 13 de noviembre de 2016 12:01
Tras largas horas de reunión durante viernes por la noche y el sábado, el chavismo y la oposición aglutinada en la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD) acordaron la llamada “hoja de ruta” que se hizo pública con el nombre de “Convivir en paz”. Aunque evidentemente, producto del fuerte hermetismo en el que se desarrollaron los encuentros, tanto del viernes como del sábado, así como las reuniones que en forma secreta se realizaron luego del primer encuentro del 30 de octubre, los detalles más específicos y los pormenores de lo que realmente se estaría acordando no se hicieron público y lo más seguro que no se hagan.
Para algunos analistas poco se ha logrado en estas reuniones, sobre todo porque no se ha concretado o definido lo referente al revocatorio presidencial o alguna eventual elección general, pero son otros los trasfondos en los encuentros que se vienen realizando, tanto los que se hacen públicos ya herméticos de por sí como los que se llevan de manera secreta entre estas reuniones plenarias.
El Vaticano no ha entrado al juego simplemente para resolver un “momento de tensión político” sino para darle forma a una transición de mayor alcance, buscando avanzar a una nueva forma de dominio político del país tras el agotamiento y decadencia del chavismo y una oposición que no consigue imponer su voluntad, en un país que es atravesado por una profunda crisis orgánica. La hoja de ruta apunta en este sentido y no es improvisado incluso el nombre asignado.
La llamada hoja de ruta: "Convivir en paz"
No es casual ni el estilo ni la forma en que fue redactada, menos aún en la forma en que fue leída públicamente el acuerdo del “Convivir en paz”. El representante del gobierno, Jorge Rodríguez, y el de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Carlos Ocariz, leyeron sucesivamente ante las cámaras la declaración conjunta al término de la segunda reunión plenaria de diálogo: "Expresamos así los valores y principios que nos obligan en el marco de la Constitución y las leyes de la República. Son principios que compartimos y nos comprometemos a defender", dice el comienzo de la declaración que empezó leyendo Rodríguez.
El documento señala que ambas partes quieren hablar "al pueblo de Venezuela" no como gobierno y oposición, sino en "una condición para reconocer y promover el consenso, la de ciudadanos de Venezuela, compatriotas del bien común, que está por encima de nuestras legítimas diferencias". Afirmando que: "Hoy queremos hablar de tolerancia, de derechos humanos, de paz, de prosperidad económica, de soberanía, de felicidad social, porque convivir es respetar, reconocer, forjar vínculos que trascienden un momento histórico y a cualquier circunstancia por difícil que esta sea".
Recalcan gobierno y oposición que: "Nos comprometemos a promover una política respetuosa que destierre, condene y erradique de nuestra sociedad el odio, la justificación de la violencia, la intolerancia y su uso como arma política, el escarnio y el insulto". Asimismo, dicen que con ello quieren "liderar una gran movilización nacional en favor de la concordia, el reconocimiento mutuo y de la paz".
En este sentido, el gobierno y la MUD hacen un llamamiento a que la declaración sea respaldada por las fuerzas políticas, las instituciones públicas, las organizaciones sociales, los medios de comunicación, las universidades, las comunidades religiosas, los centros educativos y la sociedad en general. "Nos comprometemos de forma solemne a que nuestras diferencias políticas solo tengan una respuesta en el estricto marco constitucional, un camino democrático pacífico y electoral", aseguran.
También se comprometen a "rechazar cualquier injerencia externa del signo político que sea", así como a un "esfuerzo conjunto intenso y urgente para superar las serias dificultades que atraviesa" la economía venezolana. Asimismo, ambas partes se comprometen "en el combate frente a la inseguridad ciudadana y la violencia criminal, las bandas paramilitarizadas, grupos violentos, así como la urgencia del desarme de la población". "En esta hora histórica de nuestra patria estaremos a la altura que merece nuestro pueblo, la historia solo merecerá el respeto de las futuras generaciones si es la historia del reconocimiento mutuo, y es una historia de fraternidad, paz, tolerancia y democracia", concluye la declaración conjunta.
Es de destacar que en la declaración conjunta, ni en los cinco puntos centrales acordados, no se menciona lo del revocatorio ni lo de las elecciones generales, sobre lo que públicamente ha venido insistiendo la MUD. Pero la fuerte tesis que desde la oposición se maneja es que a decir verdad a la oposición no le convendría asumir un gobierno en la actual crisis económica, con la fuerte caída de los precios del petróleo y fuertes compromisos de pago por concepto de deuda externa. Más aún tomando en cuenta que los próximos dos años serían esencialmente electorales, como las elecciones de gobernadores y las elecciones municipales en el 2017, y la campaña electoral por las presidenciales ya en el 2018, situaciones en las que a ningún gobierno le conviene aplicar abiertamente medidas antipopulares.
Por eso, prima a fondo que en los acuerdos se estaría condicionando al gobierno a la aplicación de los fuertes planes de ajustes económicos, acordados con la MUD, pero donde sea el gobierno el que se encargue del trabajo sucio. La conveniencia para el chavismo es que le permitiría cumplir el mandato, tiempo para tratar de reponerse de la débil situación en la que está, o en caso que no lo logre, salir por la puerta principal en una eventual derrota electoral a finales del 2018, además de todas las garantías de que no se tomarían represalias por un eventual gobierno de la oposición.
Aunque hay sectores que han buscado salir del chavismo lo más pronto posible, otros hacen sus cálculos políticos para que sea el chavismo el encargado de los severos ajustes económicos, que dicho sea de paso ya vienen siendo encaminados al estilo de que cualquier gobierno neoliberal. Pero lo fundamental es que comienzan a asentar las bases de una “transición política” en una nueva etapa del post chavismo, tomando en cuenta que, aunque el chavismo esté a futuro en la oposición, continúa siendo una fuerza política central en el país –además del importante control en instancias del Estado, como las FF.AA.
Por eso es que los acuerdos que han comenzado a tomar más forma en los encuentros a puertas cerradas de este fin de semana tienen un carácter profundamente antipopular y antiobrero, en el marco de un reodenamiento político que es funcional a los intereses materiales y políticos tanto de los partidos mayoritarios, de los sectores económicos dominantes y hasta del propio imperialismo. No olvidemos que en los últimos meses el gobierno de Estados Unidos ha estado “acompañando” las negociaciones que se vienen realizando y este martes recién pasado John Kerry tuvo una conversación telefónica con Maduro.
Como vemos expresa todo un contenido de acuerdo nacional que iría más allá de solventar una crisis circunstancial sino todo un entramado político que asegure una transición de largo alcance. La presencia del Vaticano, con la intervención directa del Papa, no sería simplemente para la llegada de acuerdos que se limitarían a si se realiza un referendo revocatorio o unas inmediatas elecciones generales, aunque no implica que ya estarían descartados, sino sentar las bases de un gran acuerdo político nacional que siente las bases de una nueva etapa en el país.
¿Qué se acordó en lo inmediato?
La tercera reunión plenaria fue acordada para el próximo 6 de diciembre, pero las reuniones cerradas continuarán llevándose a cabo hasta esa fecha en las que se irían ajustando los acuerdos. Mientras tanto el chavismo como la oposición hicieron sus propias declaraciones oficiales por separado este mismo sábado, cada uno buscando presentar objetivos inmediatos alcanzados sobre todo en lo referente a los puntos que más han tensionado el momento político.
El representante de la oposición, Carlos Ocariz, acompañado por el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, leyó una declaración oficial en la que recalcaban que “en la mesa convocada por El Vaticano y Unasur logramos construir los siguientes acuerdos: 1) Elecciones en Amazonas; 2) Se logró respeto a la autonomía, constitucionalidad y atribuciones de la Asamblea Nacional; 3) Elección de los nuevos miembros del Consejo Nacional Electoral para tener un poder electoral neutral; 4) Liberaciones de personas detenidas; 5) Hemos obtenido también en materia económica y social importantes compromisos por parte del gobierno para permitir el ingreso al país de alimentos y medicinas que con urgencia se requieren (…), el compromiso del adelanto de políticas que permitan que los sectores públicos y privados acuerden mecanismos eficientes y transparentes para importar y distribuir mercancías e insumos”.
Además reiteraron que el objetivo de la mesa de diálogo "es construir una salida electoral a la grave crisis política e institucional que atraviesa nuestro país", considerando que los acuerdos alcanzados hasta ahora "van en esa dirección". El bloque opositor afirmó que se mantendrá en las conversaciones con el Gobierno "hasta obtener el paso más importante" que sería, según su óptica, que se llame a elecciones nacionales o se reactive el proceso para un referendo revocatorio.
Por su parte Jorge Rodríguez, en representación del gobierno, se comprometió en garantizarle “a los ciudadanos una convivencia en paz con los dirigentes de la oposición venezolana, de manera que se hagan valer los valores y principios que obliga la constitución a cumplir”. Agregando que “son principios que compartimos más allá de los diferentes modelos políticos que representamos”, afirmación distinta a las declaraciones mediáticas que ha venido realizando. De igual forma, aseguró que el gobierno y la oposición desean reconocer y promover el bien común, el cual -a su juicio- está por encima de las “legítimas diferencias”. “Con la democracia expresamos nuestro firme compromiso para una convivencia pacífica, respetuosa y constructiva. No hay política ni convivencia en el odio”, concluyó llamativamente.
Voces disonantes
Si bien del lado de la oposición las voces disonantes son más claras y abiertas, del lado del chavismo suelen estar más camufladas, pero que últimamente comienzan a salir más públicamente.
Lejos de lo que acontecía en Caracas, Diosdado Cabello desde el estado Apure realizaba declaraciones que no iban muy en el sentido a lo que declaraba Jorge Rodríguez, incluso el propio Maduro con respecto al diálogo, sosteniendo que: “nadie crea que esto de la mesa de diálogo es la solución, no, no, ellos van a seguir conspirando; esta mesa de diálogo le sirve es a ellos, no al Gobierno, nosotros estamos ya listos para arrancar la fase del contraataque”, remarcando que “estamos parados en la línea de partida, para el contraataque y le dimos un chance a esa oposición, somos nosotros los que le estamos dando el chance a la oposición no es ellos al Gobierno”.
Declaraciones que estarían expresando discordancias de cómo se estaría llevando a cabo el proceso de diálogo. La propuesta de la incorporación en la mesa de diálogo de un gobernador por parte del chavismo como de la oposición, habría venido del chavismo mismo como una manera de hacer entrar al sector de gobernadores que estarían más ligados a Diosdado Cabello. Por eso fue llamativa la aparición en la sesión del sábado del gobernador del estado Aragua, que sería la ficha que éste habría conseguido incorporar directamente en las negociaciones. Fue llamativo pues eso no tendría que figurar como una propuesta, pues cada una de las partes podía incorporar a quien desease, pues por ejemplo, por el lado de la oposición ya venía participando el gobernador del estado Lara, Henri Falcón.
Más abiertamente sí se expresó por el lado de la oposición de sectores que declararon contra el diálogo, encabezado centralmente por la ex diputada María Corina Machado, que junto otros partidos menores entre los que se encuentran Vente Venezuela, Alianza Bravo Pueblo, Copei y Fuerza Liberal, entre otros— reiteran que “las condiciones no están dadas para dicho diálogo”. Aunque estos son sectores muy menores que difícilmente puedan venir a torpedear los encuentros entre el gobierno y la oposición, sin embargo, Voluntad Popular, que se ha convertido en uno de los principales partidos de la derecha y que está a la espera de más liberaciones de detenidos de la oposición, no emitió al momento ningún comunicado.
De avanzarse en el sentido de la hoja de ruta denominada “Convivir en paz”, como indicamos al principio, se estarían sentando las bases de pactos y acuerdos hacia un nuevo régimen político de dominio pactado entre el chavismo y la oposición. Pactos que se realizan no solo a espaldas del pueblo sino contra el pueblo y las clases trabajadoras, funcionales a los sectores dominantes. Los trabajadores no pueden confiar ni caer en los cantos de sirena de cómo pintan estos acuerdos para hacerlos digeribles, una verdadera solución en función de las clases trabajadores y de los sectores populares solo podrá venir de la mano de una salida independiente obrera y popular. En este sentido desde la Liga de Trabajadores por el Socialimo (LTS) venimos levantando Frente a la crisis imperante: Por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana y un Plan de Emergencia obrero y popular.