Se empieza a vislumbrar los estragos en los estados más pobres del país como Chiapas, Oaxaca y Tabasco a pocos días del sismo de mayor magnitud en México en décadas, de 8.2 grados.
Lunes 11 de septiembre de 2017
El terremoto ocurrido en los últimos minutos del jueves 7 de septiembre y que tuvo su epicentro en Chiapas, con una de las magnitudes más grandes en décadas, causó grandes estragos en los estados más pobres de México y trajo destrucción también en Guatemala.
Estados como Oaxaca, Chiapas y Tabasco se cuentan entre los primeros diez lugares con un alto índice de pobreza en la población, según datos del reporte de Medición de la Pobreza 2010-2016, que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) lleva a cabo. Son hoy las entidades más afectadas por el terremoto de 8.2 grados.
Con el transcurso de los días la cifra de muertos por el terremoto ha aumentado a 96 personas. Muchas otras habitan albergues o directamente se quedaron en la calle, producto de que numerosas casas colapsaron o quedaron muy dañadas tras el sismo. Se calcula que son más de 2 millones y medios de damnificados por el terremoto.
Son cientos las casas, las escuelas y los hospitales las edificaciones con graves afectaciones a sus estructuras por el terremoto.
Oaxaca, con el 77.1% de su población en situación de pobreza, es el estado más castigado donde hasta el momento los muertos ascienden al menos a 71 personas y la afectación de unos 800 mil habitantes. Según reportes preliminares, los daños en infraestructura asciende 324 escuelas con 42 daños totales. Juchitán de Zaragoza, Unión Hidalgo e Ixtaltepec, se encuentran entre los municipios más afectados
El estado de Chiapas, con un 70% de su poblacion en situacion de pobreza, fue el estado donde se localizó el epicentro del terremoto y presentó daños al menos de 40 mil viviendas, al mismo tiempo que el número de muertos alcanza las 16 de personas. Entre los municipios más afectados de este estado se encuentran Tonalá, Cintalapa, Parral, Venustiano Carranza y Pijijiapan.
El gobierno del estado de Chiapas, liderado por Manuel Velasco, del Partido Verde Ecologista de México, asegura que hay millón y medio de damnificados, muchos ellos en albergues. Entre los daños a la infraestructura se ha contabilizados 980 escuelas y 48 centros médicos.
En Tabasco sólo se han contabilizado 4 muertos por el terremoto, pero aún puede crecer el número de éstos con el paso del tiempo.
Se hace sentir la desconfianza contra el gobierno
El gobierno de Enrique Peña Nieto trata de mejorar su imagen fingiendo que vela por los afectados. Pero esta situación, lejos de sentarle bien, evidencia que la impopularidad y el descontento persisten, con desconfianza de entregar al gobierno la ayuda humanitaria o incluso que a los municipios más afectados ya haya llegado la ayuda por parte del gobierno.
La presencia del gobierno federal en los lugares donde se más se necesita ha sido casi nula, comunidades enteras se quejan del actuar del gobierno, pues denuncian que poco o nada ha hecho.
La excusa oficial es que hay comunidades que quedaron aisladas. Pero ahora que se necesita el uso de aviones y helicópteros oficiales, la administración de Peña Nieto demuestra que esos transporte tienen como prioridad el traslado de funcionarios en sus vacaciones o para hacer sus compras de lujo.
En estos momentos difíciles, el apoyo y la solidaridad llega desde el mismo pueblo trabajador, con expresiones que hacen recordar a muchos el terremoto en el 85. Es el magisterio oaxaqueño llamando a 83 mil docentes para apoyar ante los desastres por terremoto, abriendo centros de acopio en la capital del país, ofreciendo ayuda médica la apertura de albergues.
O los migrantes centroamericanos que a su paso por el Istmo -comunidad con gran número de afectaciones- remueven escombros, en apoyo a los damnificados y demostrando que la clase es lo que nos une.
