No es el mundo del revés. En Chile, mientras el combativo movimiento estudiantil observa el juego parlamentario de la Nueva Mayoría y el Partido Comunista, la derecha presiona desde las calles para mantener la eduación de mercado. Resultado: en el país de Bachelet el lucro continúa.
Martes 28 de octubre de 2014
Fotografía:EFE
En la Cámara de Diputados, el pasado 21 de octubre, se aprobaron las primeras tres leyes de la Reforma Educacional con el Ministro de la cartera en cuestión, Nicolás Eyzaguirre, a la cabeza. El fin del ingreso selectivo, del lucro y del copago obtuvieron media sanción con miras al cuestionado "cambio al modelo educativo" que la Nueva Mayoría, coalición gobernante, pretende establecer. Ahora se espera la respuesta del Senado para despachar dichas leyes.
De estos proyectos de ley, no se votó que los sostenedores de establecimientos educativos (empresarios asociados al estado en el servicio educativo) pudieran arrendar las propiedades de sus empresas (colegios), modo con el que fundamentan sus ganancias o lucro. Tampoco se votó que se ejercieran acciones legales contra los sostenedores que lucren, quedando una sanción ante el lucro en una multa mínima respecto a sus propias inversiones. Estas iniciativas, impulsadas por el Partido Comunista, fueron rebatidas por la mismísima presidenta Michelle Bachelet, que aclaró que "no está dentro de lo que el gobierno ha planteado para la reforma educacional, y sin duda más allá de lo que algunos parlamentarios puedan plantear, será en la discusión en el Senado donde eso se verá, pero no está dentro de nuestro programa".
Tanto el Ministro de Educación junto al del Interior, entre otros personeros políticos, sostuvieron que la esencia de este proyecto "está a favor de todos y no pretende menoscabar ningún proyecto de educación y menos cerrar colegios. El gobierno cree en un sistema de provisión mixto, creemos en el aporte de la educación particular subvencionada y el proyecto favorece tanto a la educación municipal, como particular subvencionada".
Ofensiva empresarial
El panorama se esclarece cada vez más, mientras la Nueva Mayoría deja la pluma libre a los empresarios para modificar cada letra de sus reformas, es justamente este último sector político que junto a la derecha se moviliza en defensa de sus inversiones. Con 100 mil manifestantes a lo largo de todo Chile salió a la calle el pasado 25 de octubre y se posiciona.
A través de la Confederación de Padres y Apoderados de colegios particulares subvencionados (CONFEPA), se convocó tres días después de la aprobación de las tres leyes, a una "Marcha de los Papás" en contra de dicha reforma, aludiendo que “con esta Reforma y la aprobación de las primeras tres leyes, 3 millones de estudiantes quedarían sin poder estudiar”, esto por el supuesto cierre de establecimientos financiados por particulares y subvencionados con dineros del Estado, generando así un clima de rencillas políticas.
Sin embargo, el Ministro Eyzaguirre, esclareció de un principio ante la aprobación de las leyes que "las garantías estatales permitirán a las nuevas sociedades sin fines de lucro adquirir el establecimiento a precio de mercado con un crédito bancario y al sostenedor recuperar completamente su inversión", dejando intacto el “bien de consumo” educativo para quienes quieran “administrarle”.
“Una pata en el parlamento y otra en la calle”
Desde el 2011 el movimiento estudiantil viene cuestionando en las calles las bases de uno de los pilares de la herencia de la dictadura, la educación de mercado, a través de la lucha por la gratuidad en la educación y 100% financiada por el Estado. Las direcciones que en aquel momento bregaban por la estrategia de “una pata en el parlamento y otra en la calle” hoy se muestran con la pata del parlamento crecientemente embarrada y la pata de la calle cada vez más ausente.
Camila Vallejo y Karol Cariola, ex dirigentes estudiantiles ahora diputadas por el PC e impulsoras de las indicaciones (propuestas) al proyecto de reforma del gobierno, han expresado su enojo frente al bochazo parlamentario. La impotencia de hacer proposiciones parlamentarias escindidas de la lucha estudiantil en las calles y el impulso de la unidad con los trabajadores que han apoyado sus justas demandas se hace evidente.
El movimiento estudiantil
La puja parlamentaria de la reforma educativa encuentra a las nuevas direcciones del movimiento estudiantil divididas, lo que ha debilitado la presencia en las calles y la organización del conjunto del movimiento estudiantil. El bloque de conducción de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), integrado por el Frente de Estudiantes Libertarios, la Izquierda Autónoma y la Unión Nacional Estudiantil, han fomentado la expectativa en los "diálogos ciudadanos" impulsados por el Gobierno, dejando la iniciativa en manos de una derecha de empresarios que lucran con la educación y que han dejado de manifiesto que no cederán ningún centímetro ante algún cambio en sus inversiones desde la legislatura.
Claudia Moreno
@abajoelcodigo