El gigante asiático frenó la caída de su moneda. La administración de Trump sostuvo que espera que se retomen las negociaciones en septiembre. Tras la caída de las bolsas del lunes, hubo relativa calma este martes. Seguirán las fricciones entre ambos países.
Martes 6 de agosto de 2019 23:51
El Banco Central de China estabilizó su moneda luego de que el lunes el dólar pasara a costar más de 7 yuanes. La autoridad monetaria colocó su tasa de referencia diaria en 6.9683 por dólar, en comparación con un estimado de 6.9871 según publicó Bloomberg.
En tanto, la administración de Trump adelantó que espera que la delegación china viaje en septiembre a Washington para continuar las discusiones. Luego de una caída de las bolsas de las principales plazas financieras, este martes los “mercados” se mantuvieron en relativa calma.
Las bolsas asiáticas este martes tuvieron bajas, en Europa hubo mejoras, pero finalizaron en rojo, con descensos inferiores al 1 %. En Wall Street, el Dow Jones subió un 1,2 %.
Se trata de una pausa momentánea que seguramente continuará con nuevas fricciones entre ambos países. A continuación los hechos.
En la reunión del G20 China y Estados Unidos acordaron una tregua comercial y retomar las negociaciones. En el medio de las reuniones de negociación el presidente Trump anunció que EE.UU. impondrá un arancel del 10 % a las importaciones de productos chinos que podrían alcanzar los U$S 300.000 millones. Este lunes el gigante asiático respondió y dejó que su moneda se devaluara. Estados Unidos devolvió el gesto, y el secretario del Tesoro estadounidense, Steven T. Mnuchin, basándose en la Ley Ómnibus de Comercio Exterior y Competitividad declaró a China como un país “manipulador de divisas”. Además, convocó al Fondo Monetario Internacional (FMI) a intervenir con el argumento que China tendría una “ventaja competitiva injusta”.
El Banco Popular de China a través de un comunicado afirmó que no manipuló su divisa y agregó que la declaración del Tesoro de Estados Unidos es un “acto de unilateralismo y proteccionismo que mina las reglas internacionales y que puede tener efectos perjudiciales en la economía global. La autoridad monetaria china explicó que el yuan sigue un régimen de flotación controlado cuyo valor se basa en la oferta y la demanda de la moneda, así como en la referencia a una canasta de divisas.
Este martes el yuan se mantuvo estable, hasta cambiarse por 0,1417 dólares. Por su parte, Larry Kudlow, el principal asesor económico de Trump, declaró que “el presidente ha dicho muchas veces que quiere negociar” y agregó que espera que la delegación china viaje en septiembre a Washington para continuar las negociaciones. Además, sugirió que Trump es flexible con respecto a hacer efectivo los nuevos aranceles, previstos para el 1 de septiembre.
A pesar de las declaraciones de Kudlow, el presidente de Estados Unidos siguió con sus tuits a modo de presión. “Como han aprendido en los últimos dos años, nuestros grandes agricultores estadounidenses saben que China no podrá lastimarlos porque su presidente los apoyó e hizo lo que ningún otro presidente haría. ¡Y lo volveré a hacer a continuación el próximo año si es necesario! ”, escribió Trump.
Contradicciones y el “argumento” del comercio
Allan von Mehren, economista jefe de Danske Bank, advirtió al diario El Economista que una devaluación de la divisa china podría provocar una fuerte salida de capitales y agregó que una devaluación no sólo haría daño a EE.UU., sino que también afectaría el resto de sus socios comerciales en Asia y Europa.
Aitor Méndez, analista de IG, señaló al diario El País la situación es complicada para China, ya que aunque un yuan débil pueda amortiguar el efecto negativo de los aranceles, también podría desencadenar una salida de capitales.
Según Goldman Sachs, EE.UU. y China no podrán llegar a un acuerdo antes de las elecciones presidenciales de 2020.
Trump justifica su cruzada contra China con el argumento del déficit comercial. El rojo con el gigante asiático disminuyó un 10 % durante el primer semestre del año, en relación al mismo mes del 2018. Hubo una caída del 12 % en las importaciones de bienes.
Sin embargo, en términos globales, el déficit comercial de Estados Unidos con el resto del mundo sigue en aumento. En el primer semestre del año subió un 3 %, y se calcula que superará el record de 2018 si continúa a ese ritmo.
La política agresiva hacia China esconde otros intereses de fondo como la primacía tecnológica, entre otros motivos.
La pelea comercial con China plantea riesgos y contradicciones para Estados Unidos. Larry Summers, secretario del Tesoro de Bill Clinton, sostuvo que era "el momento más peligroso desde la crisis financiera". En tanto, Hank Paulson, que ocupó el mismo cargo durante la presidencia de George W. Bush, declaró que los aranceles "están comenzando a morder el crecimiento económico y la prosperidad de Estados Unidos".
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Los agricultores y las grandes empresas están entre los principales perjudicados por los aranceles sobre China. Por ejemplo, la aeroespacial Boeing está obligada a pagar más por las materias primas o los bienes intermedios que compraban a China para fabricar sus propios productos. También los nuevos aranceles afectarán los bienes de consumo, desde teléfonos móviles, como los componentes que Apple usa para sus iPhone o sus ordenadores Mac, a ropa y calzado.
Matt Priest, el presidente de los vendedores de calzado, declaró que “el presidente Trump está utilizando a las familias estadounidenses de rehenes en sus negociaciones”.
Los choques entre China y Estados Unidos agregan otro factor de incertidumbre a la economía mundial. El FMI en su informe de Perspectivas de la economía mundial sostuvo que “el crecimiento mundial sigue siendo moderado” y advirtió por las disputas entre ambos países, las dudas sobre el brexit y “las crecientes tensiones geopolíticas”.
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