Unos 300.000 agricultores se manifiestan en Nueva Delhi contra tres leyes agrícolas del Gobierno de Narendra Modi que ataca a los campesinos en beneficio de la agroindustria. Los agricultores que bloquearon los accesos y principales arterias de la capital fueron duramente reprimidos.
Martes 1ro de diciembre de 2020 18:12
Durante meses, los agricultores de toda la India han estado protestando contra tres nuevas leyes promercado aprobadas por el Gobierno de Narendra Modi. Esa lucha llegó esta semana a un punto crítico. Contra esta legislación, que busca acabar con la agricultura de la que vive el 50% de la población para dar paso a las privatizaciones, a las multinacionales del agronegocio y el agropower, más de 300.000 agricultores, con el apoyo de los trabajadores y los movimientos sociales, han aumentado la presión sobre Nueva Delhi, para que retire estas leyes.
Aprobadas por el parlamento indio en septiembre, estas leyes permitirán a los agricultores vender sus productos directamente a compradores privados, eliminado el mercado regulado por el estado, que garantizaba un precio mínimo a los agricultores. Además permitirán a los agricultores celebrar un contrato legal con las empresas antes de planificar su cosecha. La ley también permitiría el acaparamiento de granos hasta obtener mejores precios, una medida que era ilegal hasta este momento. Este es otro intento flagrante del régimen de Modi para impulsar las privatizaciones en India y aumentar las ganancias capitalistas. Estas medidas, denominadas “leyes negras” por los agricultores, conducirán a la corporativización del sector agrícola y los agricultores quedarán a merced de las grandes corporaciones que tendrán un mejor poder de negociación.
Hasta ahora los agricultores venden sus productos a intermediarios en la Agriculture Produce Marketing Committee (APMC), un mercado regulado por el Estado, conocido como mandi, que garantiza un precio mínimo de sostenimiento (MSP). Estos intermediarios luego venden los productos a empresas estatales o privadas. En los mercados de APMC, el Estado también recauda impuestos sobre cada transacción.
Aunque el sistema mandi esta lejos de ser perfecto y necesitaba una reconfiguración, estas nuevas leyes desregularon y abrieron este sector centralizado clave al libre mercado. Antes de estas medidas, a los agricultores se les garantizaba un precio mínimo por sus productos y un mercado accesible donde podían venderlos con regularidad, sin tener que asumir los costos adicionales de almacenar productos, un costo que sería elevado para los pequeños campesinos. Ahora, los agricultores estarán a merced de las grandes corporaciones, que tendrán mejor poder de negociación y dictarán los precios y los términos del contrato.
Estas medidas llegan en un momento en que los agricultores han estado exigiendo ayuda del Estado durante años. Aunque representa el 17 % del PIB de la India, el sector agrícola emplea a la mitad de los 1.300 millones de habitantes. La mayoría de estos trabajadores viven de pequeñas parcelas de tierra y están agobiados por deudas. Durante años, los agricultores han caído aún más en la pobreza por las malas cosechas debido al cambio climático y la caída de los precios de los productos. Incapaces de llegar a fin de mes o pagar deudas cada vez mayores, muchos agricultores recurren cada año a quitarse la vida.
Ahora, ignorando los pedidos de garantizar un precio mínimo y la condonación de las deudas, el Gobierno de Modi tiene el cinismo de llamar a estas medidas privatizadoras como un "alivio".
En su discurso radial mensual, Modi continuó defendiendo estos proyectos de ley, pintándolos como liberadores. "Estas reformas no solo han roto las cadenas de los agricultores", dijo, "sino que también les han dado nuevos derechos y oportunidades". En realidad, los grilletes son simplemente de otro tipo, y están más apretados que nunca.
Los agricultores marchan sobre Nueva Delhi
Las protestas de los agricultores contra las tres leyes comenzaron en agosto de este año, pero han ido en aumento desde que fueron aprobadas en el Parlamento en septiembre. Los sindicatos agrícolas convocaron una huelga en septiembre, con protestas que bloquearon los principales estados agrícolas como Punjab y Haryana. A principios de noviembre, los agricultores de más de 20 estados participaron en protestas coordinadas, bloqueando las principales calles y carreteras en más de 5.000 lugares diferentes.
Esto fue solo el inicio de la acción que se están desarrollando en este momento, donde bajo la consigna Delhi Chalo (Vayamos a Delhi), cientos de miles de agricultores marcharon hacia la capital para manifestaciones fuera del Parlamento. Con un amplio apoyo popular y viajando en tractores y camiones, muchos de ellos llegaron a Delhi el jueves pasado, cuando 250 millones de trabajadores en todo el país organizaron una huelga general contra las leyes antiobreras y propatronales de Modi, paralizando gran parte del país.
Miles de agricultores que entraron en Nueva Delhi fueron recibidos con una brutal represión por parte de la policía, que los atacó violentamente y utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua contra los manifestantes.
Los agricultores, sin embargo, no se han echado atrás. Rompiendo las barricadas policiales, los manifestantes están bloqueando algunas de los principales accesos a la ciudad. En su frontera con el estado de Haryana, por ejemplo, los agricultores han bloqueado la carretera durante días, mientras que más agricultores que llegaban a la capital han amenazado con bloquear las carreteras a Delhi en cinco puntos de acceso clave. El ministro de la Unión, Amit Shah, en medio de la escalada de protestas, se ha ofrecido a reunirse con los agricultores para discutir el tema, si se mudaban al parque Burari, el terreno designado para la protesta. Desde entonces los agricultores, rechazaron la propuesta para evitar que el Gobierno desarticule la capacidad de presión que han acumulado.
Además, el partido gobernante de Naredna Modi, el Bharatiya Janata Party (BJP), sigue tratando de pintar las protestas como "antinacionales", su acusación favorita para quien no esté de acuerdo con sus decisiones. Modi ha venido desarrollando un fuerte perfil nacionalista y xenófoba hacia musulmanes, paquistaníes y contra China, para intentar soldar una unidad nacional reaccionaria que le permita pasar las leyes neoliberales tanto contra los trabajadores como contra los campesinos, además de anular las críticas sobre la catastrófica gestión de la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, este discurso nacionalista contra los agricultores no solo no logró poner a la opinión pública en su contra, sino que las protestas han obtenido un apoyo generalizado en todo el país entre los trabajadores y los movimientos sociales, que continúan mostrando solidaridad con las personas que consideran que alimentan al país.
Más de 500 sindicatos de agricultores han declarado su apoyo a la acción en curso. En medio de la huelga general del 26 de noviembre, organizaciones obreras y movimientos sociales organizaron bloqueos de carreteras en Mumbai, uno de los principales centros económicos del país, en protesta por las leyes laborales y agrícolas de Modi. Durante la huelga, los sindicatos, además de luchar por sus propias demandas, difundieron mensajes de solidaridad con las luchas de los agricultores. Todos los khaps (organizaciones comunitarias locales) en la vecina Haryana han declarado unánimemente su apoyo a la protesta e irán a Delhi para apoyar el movimiento. Algunas de las mujeres que participaron en una ocupación de varios meses el año pasado en el vecindario de Shaheen Bagh en Delhi, bloqueando una ruta de transporte importante en protesta por la Ley de Ciudadanía (una ley que discrimina a los musulmanes indocumentados y sienta las bases para una ciudadanía basada en la religión), también han estado visitando los campamentos de agricultores para mostrar solidaridad y apoyo. Uno de los rostros de las protestas de Shaheen Bagh, la octogenaria Bilkis Bano, fue arrestada este martes por su participación en las protestas. Los movimientos sociales y las organizaciones comunitarias de todo el país han brindado su apoyo a miles de personas que se preparan para tomar la ciudad.
El camino hacia una huelga general
La huelga general del 26 de noviembre, convocada por 10 sindicatos centrales y más de 250 organizaciones de agricultores, fue posiblemente la más grande del mundo. Más de 200 millones de trabajadores de sectores estratégicos como el acero, la minería, las telecomunicaciones, el transporte y la banca se declararon en huelga, paralizando el país. Esto coincidió con la llegada de miles de agricultores a Delhi, donde desde entonces se han apoderado de las principales carreteras y accesos. La huelga mostró la fuerza de las masas y la posición estratégica y el inmenso poder que ocupan los trabajadores.
Pero una huelga de un solo día no es suficiente. Las actuales protestas de los agricultores han sido uno de los mayores desafíos para el régimen de Modi. Aunque el gobierno del BJP tiene mayoría en el Congreso, estas protestas han desafiado profundamente su capacidad para gobernar con impunidad.
Para ganar de manera decisiva no solo las demandas planteadas por los agricultores, sino también lograr avances importantes para todas las masas trabajadoras del país contra la clase capitalista, es imperativo que los trabajadores se unan a esta lucha de los campesinos. Los trabajadores deben ir más allá de los límites que les imponen los líderes reformistas y estalinistas de las burocracias sindicales más grandes como el Center of Indian Trade Unions, el All India Trade Union Congress y el Indian National Trade Union Congress, y luchar junto a los cientos y miles de agricultores con la herramienta más poderosa de su arsenal: la huelga.
“Los campesinos deben saber que la bandera roja izada en las ciudades es la bandera de la lucha por las demandas inmediatas y vitales”, dijo Lenin en 1905, “no solo de los obreros industriales y agrícolas, sino también de los millones y decenas de millones de pequeños campesinos".