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Red Internacional
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Cierra Bataclana: Córdoba pierde un espacio de resistencia y lucha a través del arte

¿Cómo irse? ¿Cómo cerrar un espacio cultural después de 13 años? ¿Cómo cerrar las puertas de este gran sueño?... Preguntan les bataclanes en el comunicado donde anuncian el cierre del emblemático espacio en barrio Güemes.

Lunes 3 de agosto de 2020 17:09

Bataclana, la sala independiente de barrio Güemes bajó su telón. Un espacio comprometido con el arte y las luchas sociales, de creación y formación crítica, "un lugar de resistencia, un lugar donde pensamos el arte, un arte que se cuestione, que sea expresión de la miseria que día a día nos golpea este mundo capitalista. Porque consideramos que bajo las imposiciones y limitaciones, que bajo la explotación y opresión, el pleno desarrollo de la actividad creativa se ve sesgada", como lo definen los artistas que llevaron adelante esta sala desde hace 13 años.

Podes leer:Persistir y luchar... ¡Esa es la cuestión!

Bataclana, resistía desde el año pasado a la situación crítica de la mayoría de las salas independientes. Parte integral del barrio y comprometida con hacer posible el acceso de todos los sectores al arte y la cultura llevó siempre adelante la política de trabajar "a la gorra", "porque es la mejor forma de expandir y llevar nuestro arte a todos lados. Este trabajo potencia y genera un acercamiento concreto con el público, y le da esa clara forma que tiene que tener, al no considerar una limitación su acceso. Porque la cuestión económica no puede ser nunca un impedimento para que todos los sectores accedan al arte y la cultura" explicaron los artistas.

Reproducimos el comunicado del Espacio Cultural Bataclana:

"¿Cómo irse? ¿Cómo cerrar un espacio cultural después de 13 años? ¿Cómo cerrar las puertas de este gran sueño?...

Somos artistas, formadores, trabajadores del arte y la cultura y llevamos adelante de forma autogestiva e independiente esta gran casa llamada Bataclana. Habitamos, construimos, creamos, nos definimos, desde este lugar que nos agrupa, que nos lleva constantemente a generar y regenerar nuevas miradas, nuevos conceptos, nuevas inquietudes. Partimos de pensarnos de esta forma porque formamos parte consciente del arte y de las artes escénicas independientes, y esto no significa bajo ningún aspecto ser la periferia, por el contrario.

Nos manifestamos desde la necesidad de aportar a la cultura de Córdoba, y cuando hablamos de aportar, no solo nos referimos a una mera cuestión cuantitativa, sino más bien al valor critico de lo que somos y de lo que hacemos, a la fuerza vital que tiene nuestra practica como motora de identidades. Como entidad que refleja lo que nos construye como personas, como miembros del Barrio Güemes, donde estamos y desde donde intentamos exponer y confluir, compartir y expandir, acercar y transformar.

Por Bataclana pasaron, durante estos 13 años, cientos de artistas, amigues, compañeres de este hermoso camino, brindando su arte y sus formas de construcción…

Miles de personas que vinieron a deslumbrase con maravillosas artes escénicas, a compartir y vivir en carne propia la magia del escenario. Personas que tal vez nunca habían ido al teatro, se encontraron aquí con alegría, risas, llantos, y siempre se llevaron algo de todo eso para continuar y hacer mover la rueda.

Alumnes, que construyeron junto a nosotres, desde la experimentación, espacios de formación. Aprendimos junto a todes elles, que la enseñanza y el aprendizaje es el valor más importante en la reproducción de identidad y de cultura.

Siempre nos motivó (y aun lo hace) la necesidad de construir desde una mirada y un accionar anticapitalista y anti patriarcal, y desde ahí crear un lugar de resistencia, un lugar donde pensamos el arte, un arte que se cuestione, que sea expresión de la miseria que día a día nos golpea este mundo capitalista. Porque consideramos que bajo las imposiciones y limitaciones, que bajo la explotación y opresión, el pleno desarrollo de la actividad creativa se ve sesgada.

Un lugar donde políticamente se trabaja a la gorra, porque es la mejor forma de expandir y llevar nuestro arte a todos lados. Este trabajo potencia y genera un acercamiento concreto con el público, y le da esa clara forma que tiene que tener, al no considerar una limitación su acceso. Porque la cuestión económica no puede ser nunca un impedimento para que todos los sectores accedan al arte y la cultura.

13 AÑOS DE RESISTIR Y SOÑAR… desde la autogestión

Como definición contra hegemónica la autogestión cultural es expresión latente de esta dinámica motora y generadora de prácticas culturales identitarias, ya que surge de la necesidad genuina de sectores de la sociedad que a través del trabajo colectivo, de métodos de organización asamblearia, de apuesta consiente (y casi diríamos militante) aportan al desarrollo cultural de las distintas zonas donde se encuentran, vinculándose con vecines, con artistas, con alumnes fomentando una identidad plural.

Pero aquí se da también una gran contradicción, ya que por un lado la autogestión cultural marca un camino de incidencia concreta de políticas públicas, influyendo desde la práctica y el desarrollo de programas y proyectos. Pero a la vez la autogestión se transformó, cumpliendo un rol reparador para suplir falencias estatales casi sin ningún tipo de apoyo o ayuda por parte de los estados.

Y aquí podemos dar vividos ejemplos de esto: No hay subsidios por parte de las empresas de energía (como si los hay para empresas privadas); los tramites de habilitación (que exige el estado municipal) son inmensos, burocráticos y cada vez son más costosos de realizar; no hay eximición de impuestos como rentas o inmuebles para las salas que alquilamos; el trabajo no remunerado que realizamos; la extrema burocratización que sufrió estos últimos años uno de los organismos claves que fomenta de la actividad como lo es el Instituto Nacional del Teatro, que genera enormes trabas a la hora de solicitar subsidios etc. Es decir todo un combo de trabas y complicaciones económicas que llevan a que todo el tiempo estemos en riesgo; y lo irónico de esto es que en nuestra provincia somos las salas de teatro independiente las que damos vida concreta a la actividad teatral; somos las salas las que mantenemos y fomentamos el desarrollo cultural: por estas salas transitan les vecines de los barrios (ya que la mayoría estamos ubicadas en barrios, por fuera del centro), alumnes que se formar de manera experimental por fuera de las academias, público que asiste a ver espectáculos, artistas que se forman, que difunden su arte etc.

En conclusión, un motor consiente de políticas culturales que escapan al ojo de las políticas públicas estatales; una apuesta encarnada por los artistas precarizados, para el claro desarrollo artístico y cultural de la comunidad. Y cuando decimos que escapan al ojo de las políticas públicas, es por un claro objetivo de no solo no incentivar, sino también de no acompañar estas prácticas.

Tuvimos muchos altibajos, el arte independiente a veces es complicado para mantener, y siempre ha contado con muchísimas personas dispuestas a ayudar cuando hemos estado en problemas, que no han sido pocos, pero ¿porque ahora es diferente? ¿Que cambia?

Que no podemos más pecar de ingenuos, el mundo está cambiando, o una expresión más adecuada es la tan conocida “se está yendo a la mierda”. El sistema capitalista está colapsando como sostén de la sociedad (esa que nunca pudo sostener del todo, o a todos), y la crisis que se viene quiere llevarse por delante a todos (a todes les trabajadores claro), los empresarios y los gobiernos que trabajan para ellos estan descargando toda la fuerza de la crisis sobre sus espaldas, así lo hicieron en los ’30, así lo hicieron siempre y así lo están haciendo nuevamente, el gobierno, tanto nacional como provincial y municipal hacen oídos sordos de la exigencia de los sectores del arte y la cultura, sobre los que la crisis pega de lleno y exigen la declaración de una #emergenciacultural.

Es por eso que no podemos ser ingenuos, quienes sostenemos el Espacio Cultural Bataclana somos todes jóvenes precarizades, no contamos con trabajo en blanco, obra social, ni aportes jubilatorios, y vemos como el estado ya nos está abandonando, librándonos a nuestra suerte. Vemos que no nos va a ser posible continuar sosteniendo el espacio, pues no tenemos el capital, ni los medios para producirlo, ya que, con suerte, con el trabajo de cada une de nosotres apenas podemos mantenernos, y la ayuda del estado, que siempre fue escasa, no es suficiente, menos en esta situación de pandemia.

Porque las políticas que llevan adelante para “ayudarnos” no alcanzan (ni siquiera van a continuar quizá), porque la crisis está calando profundo, cada día se acumulan nuevas muertes y desocupados, y cierran fábricas y negocios, y el capitalismo estira su agonía llenando de plata a quienes siempre tuvieron de sobra, mientras arrastra a la miseria a los millones que lo sostienen con su trabajo.

Con mucho dolor, bronca y tristeza cerramos nuestras puertas, bajamos el telón, porque ya no podemos sostener el espacio, pero salimos a las calles, porque allí se desarrollara la lucha verdadera, para que esta crisis no nos lleve por delante a todes, hay que tomar el destino en nuestras manos, la de les trabajadores, salir a luchar para no resignar nuestras condiciones de vida, y por ello llamamos a organizarse, para que el peso de la crisis no recaiga sobre nuestros hombros, hay muchos espacios de organización que surgieron, pues la crisis nos atraviesa a todes, y hay que coordinar todas estas luchas, para poder ser más fuertes que nunca, allí llevaremos nuestro arte y nuestras ideas, que no se terminan, mientras pensamos y esperamos poder abrir el espacio en otro momento, Bataclana sigue como colectivo, interviniendo en la realidad, porque sabemos que tenemos esa tarea enorme, coordinar con otros artistas y sectores que salen a luchar, y todo lo que pudimos construir como colectivo y espacio, de muchos años de trabajo lo ponemos a disposición de la lucha, porque somos artistas anticapitalistas.

Bataclana cierra sus puertas, pero el camino nos vera siempre…"