Revertir recortes. Acabar con las externalizaciones. Avivar la rebelión en las universidades. Calentar motores para el 8M. Superar la política pasivizadora de las direcciones de CCOO y UGT ¿Te parece poco?
Martes 27 de noviembre de 2018
La convocatoria de huelga en la enseñanza no universitaria impulsada por CGT, USTEC, la COS y ASPEPC ha tenido un efecto catalizador para otros muchos sectores. Los primeros en sumarse fueron los profesores universitarios, con epicentro en los asociados, y el movimiento estudiantil con una convocatoria al paro de 48h que comienza este miércoles. En estos días, y por primera vez en muchos años, también los sectores externalizados de la educación -que representan cerca del 50% de las y los trabajadores de los centros educativos- se están adhiriendo desde diferentes plataformas y asambleas.
Todo esto enmarcado en una conflictividad creciente en el sector público, que se refleja en la extensión de la huelga del 29N a sectores de sanidad y el funcionariado público, y sobre todo la huelga de cinco días de los médicos de atención primaria.
Descrita la estampa ¿Aún tienes dudas de que este 29N merece la pena parar y participar en las manifestaciones? Te ofrezco 5 razones para quitártelas.
1-Mientras la banca ya ha recuperado las ganancias, los grandes recortes se mantienen para educación y sanidad
En primer lugar porque las reivindicaciones salariales y de reducción de jornada del profesorado son completamente legítimas. Que no te vendan el cuento de que los funcionarios -y cada vez más ya ni lo son- son unos privilegiados. Los únicos privilegiados en toda esta película han sido los accionistas de la banca y grandes grupos capitalistas. En ellos el Estado gastó la friolera de 60.000 millones, que no volverán, solo en el rescate bancario. Hoy la banca española ha vuelto a los números verdes, con resultados de 9 ceros. Pero además, como en el caso de los médicos que piden poder atender 12 minutos a cada paciente, las reivindicaciones principales apuntan a una mejora de la educación pública: el aumento presupuestario, la bajada de ratios o el aumento del personal de apoyo a la docencia para la atención de las necesidades educativas especiales, entre otras medidas. Es hora de recuperar lo perdido, e ir por mucho más, hasta lograr realmente una educación pública, totalmente gratuita, con los medios suficientes y sin precariedad laboral. Si nos dicen que no hay dinero exigiremos que busquen de sacárselo a los ganadores de la crisis: las grandes fortunas, la banca y la patronal.
2-Revertir los recortes... y también las externalizaciones
La convocatoria de huelga ha comenzado a agitar el avispero en un sector tradicionalmente poco organizado y al que ni los sindicatos de enseñanza convocaban a las huelgas. Se trata de los externalizados. Las y los que limpian, cocinan, educan en el comedor y el mediodía, a los alumnos con necesidades especiales... Ese ejército de vetlladores, monitores, cocineras, limpiadoras, etc. sin las que ninguna escuela podría funcionar. Un sector ultraprecarizado, sometido a empresas multinacionales o falsas fundaciones sin ánimo de lucro que hacen el agosto en la escuela pública y el tercer sector, que está empezando a decir basta. Comenzaron las vetlladoras conformando una plataforma a comienzos del curso, en diferentes zonas como el Maresme, Tarragona o el Garraf se han formado Coordinadoras del Lleure y en Barcelona se celebró la primera asamblea de precarios de la educación que conformará un bloque propio en la manifestación. ¿Su principal demanda? Además de muchas salariales o relativas al Convenio del Lleure, que se está negociando, una muy clara: revertir las externalizaciones. Que todas esas parcelas privatizadas vuelvan a ser públicas, y ellas y ellos pasen a ser plantilla del Departament. Un movimiento que da sus primeros pasos pero que va en la estela de otro fenómenos como las Kellys o las trabajadoras de atención domiciliaria en lucha por la municipalización de ese servicio. Las y los precarios quieren acabar con las externalizaciones, la fórmula más extendida para consolidar la ultraprecariedad laboral en cada vez más sectores.
3-Para que los estudiantes vuelvan a cuestionarlo todo
En las universidades se vuelve a hablar de temas que llevaban años sin sentirse. Si bien la demanda de las principales corrientes estudiantiles es la rebaja del 30% de las tasas, cada vez son más los colectivos y estudiantes que retoman la bandera de la gratuidad, la que fuera la gran demanda del movimiento estudiantil después del 15M. Pero además la lucha obrero-estudiantil, que muchos daban como una reliquia del pasado, toma ahora plena vigencia. El movimiento de los asociados, los precarios de la universidad, está marchando codo con codo con los estudiantes. Por si fuera poco, todo esto se produe al mismo tiempo que el debate político en las facultades se reaviva, y en todo el Estado comienza a surgir un movimiento estudiantil que quiere cuestionar a la monarquía y al Régimen del 78, que está organizando referéndum sobre la corona en 26 de las 50 universidades públicas. El mismo 29N se hará el primero en la Autónoma de Madrid. En la UB y la UPF será el 4 de diciembre y en la UPC de Terrasa un día después.
4- Calentando motores para la huelga del 8 de marzo
Que la educación se rebele contra los recortes y la precariedad es también todo un espaldarazo a la agenda del movimiento de mujeres que convoca una nueva huelga feminista de 24h el próximo 8M. En primer lugar por ser un sector muy feminizado y en el que la brecha de género también existe. Aquellos tramos más feminizados, infantil y primaria, son peor pagados, o a la hora del cálculo de la jubilación, el peso de las bajas maternales computa a la baja sobre las pensiones de ellas. Por no hablar que si ponemos el foco en los sectores externalizados y precarizados, la inmensa mayoría son mujeres. Pero además, los recortes en educación han contribuido a desmantelar y debilitar servicios esenciales para las mujeres trabajadoras, como por ejemplo las escuelas bressol, que mantienen precios por las nubes y plazas insuficientes. Las maestras, profesoras y resto de trabajadoras de la enseñanza seguramente jueguen nuevamente un papel clave en el éxito de la huelga feminista del 2019. Sindicatos como CGT-Ensenyament ya ha decidido convocarla como muestra de su respaldo a la iniciativa de los encuentros de mujeres ¡Que empiece el entreno!
5-Una huelga que pone en cuestión el rol pasivizador de las direcciones de CCOO y UGT
Por último, pero no menos importante, la gran novedad de esta huelga -o no tanto - , es que no estaba ni está en la agenda de las direcciones de los grandes sindicatos. Estos llevan años practicando una política de pasivización, negándose a promover la organización en los centros de trabajo y mucho menos la movilización. Se han dejado pasar recortes históricos y reformas laborales que han liquidado años de conquistas, y cuando han salido sectores a cuestionar esa paz social y el modelo de precariedad en expansión -como las Kellys o los técnicos de Movistar- directamente les han boicoteado. En este caso no solo no se han sumado sino que han ido haciendo una campaña en contra de la huelga. Llaman a una huelga de funcionarios el 12 de diciembre. Una maniobra para sembrar confusión que habría que convertirla en su contrario y que el resto de sindicatos la hicieran suya, sumaran a los externalizados que CCOO y UGT ni organizan ni defienden, y sirviera como continuidad inmediata e inicio de un plan de lucha sostenido para lograr las reivindicaciones. Aún así muchos de sus afiliados pararán este 29N. Algo que empalma con la huelga general del 8M pasado o el mismo 3O, ambas convocadas por la izquierda sindical y a las que las direcciones de CCOO y UGT tuvieron que sumarse a remolque y a su manera, con paros de 2 horas el 8M y como paro cívico con junto a la patronal el 3O. Esta huelga vuelve a poner en cuestión el papel de esta burocracia sindical y abre la posibilidad que desde abajo puedan abrirse procesos de organización que logren superar este gran obstáculo para luchar.