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Red Internacional
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Mendoza. Cinco razones para rechazar el proyecto de Portezuelo del Viento

En plena crisis sanitaria, económica y ambiental el Gobierno provincial, en acuerdo con el nacional, pretende invertir una suma millonaria en un megaproyecto inviable y anacrónico. La población mendocina tiene derecho a decidir sobre el destino de los fondos. En esta nota te contamos en qué consiste el proyecto, cuáles son los principales argumentos en contra y qué propuestas alternativas podrían realizarse con esos fondos, generando inclusive muchos más puestos de trabajo.

Martes 27 de julio de 2021 09:22

En qué consiste el proyecto “Aprovechamiento hídrico multipropósito Portezuelo del Viento”

El Proyecto Portezuelo del Viento consiste en una represa de 178 m de altura de tipo HCR con una capacidad de embalse de 1940 hectómetro cúbicos (hm3) y una central hidroeléctrica asociada con una potencia instalada de 210 MW que, según el gobierno, podría abastecer a 130 mil hogares. La localización es sobre el río Grande, en Malargüe.

“En 2006, el entonces gobernador Julio Cobos y el ex presidente Néstor Kirchner firmaron un acuerdo extrajudicial para la construcción de la represa, en compensación por los perjuicios ocasionados a Mendoza por la promoción industrial, que beneficiaba a las vecinas provincias” [1]. Por esto, la provincia recibió 1023 millones de dólares para licitar Portezuelo del Viento. El gobierno mendocino le adjudicaría la licitación para el megaproyecto al consorcio Malal-Hue.

Principales razones para rechazar el proyecto de Portezuelo del Viento

1.Caudales a la baja que hacen a un proyecto inviable y no rentable:

Debido al cambio climático y a un período ya bastante largo de sequía, los caudales están en baja, lo cual hará que tarde años en llenarse la represa, incluso tornando inviable y no rentable la producción energética que pretenden. Según el informe del Departamento General de Irrigación (DGI) en la Estación de Aforo La Gotera, para el pronóstico 2019-2020 marca un módulo anual de 42,8 m³/s., es decir, un 59% menos con respecto a la media anual histórica de 104,6 m³/s. Esto implicaría una merma muy significativa y riesgosa para las tasas de rentabilidad del proyecto Portezuelo del Viento. El último ciclo hidrológico 2019-2020 fue de los registros de caudales más secos en los 47 años del registro total de Río Grande.

Según un estudio de la UNCuyo del 2019 citado por el profesor y militante de la Asamblea Popular por el Agua, Marcelo Giraud, “en el escenario «más optimista» se generarían 658 GWh/año, es decir un 26% menos que los 887 GWh/año ampliamente difundido por el gobierno y los medios. Mientras tanto, otros escenarios más pesimistas marcan que solamente sería un 24% de esos 887 GWh/año, lo que implicaría un tiempo hasta 4 veces mayor para recuperar el costo de la obra, en caso de una eventual construcción del dique y llenado del embalse.Si se hubiera terminado de construir el dique Portezuelo del Viento en junio de 2010, desde entonces se habría podido embalsar apenas 13,8% de la capacidad total del embalse proyectado. Luego de 11 años, el embalse seguiría casi vacío y la central sin generar” [2].

2. Podría usarse en otras inversiones más prioritarias

Si a las limitaciones del proyecto, le sumamos la situación de crisis sanitaria y económica que estamos atravesando, se vuelve indispensable poner en discusión Portezuelo del Viento. En definitiva se trata de poner en el centro las necesidades de la población y no se un puñado de empresarios que se verían beneficiados por la licitación de la obra: la unión transitoria de empresas (UTE) conformada por la empresa china Sinohydro Corporation junto a las firmas locales IMPSA, CEOSA y Obras Andinas. Son muchas las voces que se han alzado para rechazar el proyecto y proponer alternativas.

No estamos en contra de la obra pública, pero deben realizarse en función de las necesidades de las mayorías. Por ejemplo, en garantizar el acceso al agua en cantidad y calidad a toda la población. Un derecho históricamente negado a los barrios del oeste y que reclaman año tras año. En Mendoza un 31,2% de las viviendas tiene problemas en el suministro de agua por baja presión, turbidez, cortes recurrentes, etc. (DEIE, 2016). Al igual que el sistema de cloacas que se encuentra colapsado o áreas sin este servicio.

Por otro lado, en una situación de crisis hídrica histórica los fondos podrían utilizarse para mejorar el sistema de riego, impermeabilizar canales o realizar pequeñas obras. Se podría garantizar el acceso a créditos blandos para la colocación de malla antigranizo para todos los productores que lo requieran. Así como impulsar la agroecología, un sistema de producción de alimentos que busca integrar de manera armónica el proceso productivo con el entorno ecológico. También podría invertirse en la producción de energía eólica o solar, con mucho potencial en la provincia.

En Mendoza para el año 2019 el 10,5% de hogares contaba con tenencia informal de la vivienda. Dicha informalidad suele ir asociada a situaciones de precariedad en el acceso a los servicios.Según relevamiento de 2016 la provincia es la quinta con mayor cantidad de barrios populares, con 205 barrios donde viven 11.772 familias. Con los fondos podría realizarse un plan de vivienda. Se calcula que podrían construirse unas 43 mil viviendas (prototipo 1 del IPV) con ese monto y generarían por lo menos 172.000 puesto de trabajo directo y 215.000 indirectos.

3. El concepto de cuenca y la oposición de las otras provincias:

El proyecto de Portezuelo del Viento se encuentra en territorio mendocino, pero cuando hablamos de recursos hídricos es necesario tener en cuenta el concepto de cuenca hidrográfica como unidad territorial. Esto quiere decir, todo el territorio drenado por el río Colorado que incluye a su red de afluentes (como el Río Grande). En este caso la cuenca incluye a 5 provincias, que en 1976 firmaron el “Tratado de la Cuenca del Río Colorado” por el cual se establecieron los cupos de agua para cada parte, según criterios técnicos. A su vez se creó el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO) responsable de la gestión integrada del recurso hídrico. Sin embargo, el acuerdo celebrado entre el Estado Nacional y la Provincia de Mendoza busca avanzar con la construcción de Portezuelo del Viento sin el consentimiento y participación de la totalidad de las Provincias que integran el COIRCO.

Tampoco se ha realizado un estudio de impacto ambiental en relación a toda la cuenca con las características que impone la ley N° 23.879, lo cual es responsabilidad del Estado Nacional. Al no haber estudio de impacto ambiental, no se conoce el impacto que tendrá el proyecto en los asentamientos urbanos y rurales que se alimentan de la cuenca, así como las ciento de miles de hectáreas cultivadas con las aguas del río Colorado. Estos cuestionamientos lo expresa también la población de las provincias afectadas, que se manifestó en defensa de sus recursos hídricos y contra la construcción de la represa [3]

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4. Impactos del proyecto sobre la población:

a. Relocalización de la población de Las Loicas: El proyecto implica la relocalización forzada de una población de 179 habitantes, incluidos puesteros aledaños al paraje Las Loicas, principal centro habitacional afectado. La comunidad mapuche de Malargüe “Organización Identidad Territorial Malalweche” ya ha expresado su rechazo al proyecto.

b. Afectaría la actividad de trashumancia. Portezuelo del Viento no sólo dejaría bajo el agua al poblado sino también a toda el área de pastoreo y veranada, afectando a importantes grupos que viven de la cría de ganado caprino y bovino. De esta manera se afectaría irreversiblemente la trashumancia, una actividad ancestral que consiste en una modalidad de pastoreo de desplazamiento estacional de ganado. La trashumancia ha sido declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

c. Se desconocería el derecho humano al agua de las poblaciones. No se conoce cómo podría afectar la construcción de la represa a las poblaciones, pueblos originarios y actividades económicas que se desarrollan en la ribera del río Grande y Colorado que ya actualmente se encuentran en una situación crítica por la sequía. El llenado de la represa podría afectar a la actividad productiva agrícola y ganadera que depende de los escasos caudales del río.

5. Es un proyecto anacrónico

El gobierno de Mendoza dice en su página que “con una altura de 185 metros, va a ser una de las represas más grandes del planeta”, sin embargo, a nivel mundial cada vez está más cuestionado el modelo de construcción de megaproyectos. Y es que Portezuelo del Viento quedó obsoleto porque fue proyectado hace más de 70 años. Dicen que será “la obra del siglo”, pero es del siglo pasado. Además, este tipo de megaproyectos se basan en la idea de que la dimensión del proyecto es positiva en sí misma, como si “ser la más grande del planeta” fuera algo positivo. “Las poblaciones locales son generalmente vistas como blancos pasivos de cambios económicos inducidos. Los proyectos son presentados como promotores de desarrollo para todos los segmentos de clases sociales o grupos étnicos que ellos involucran o afectan. La literatura sobre evaluación del impacto social indica que este no es precisamente el caso. De hecho, ejemplos como los de las represas Volta (Ghana), Kariba (Zimbabwe), Tucurui y Sobradinho (Brasil) son indicadores claros de cómo estos proyectos favorecen ampliamente a grandes concentraciones económicas nacionales e internacionales en detrimento de las poblaciones locales” [4]

En definitiva lo que está en discusión son las prioridades del gobierno, que una vez más puso los intereses de unos pocos por encima de las demandas del pueblo mendocino. Pero como pasó con la 7722 el pueblo ha salido a manifestarse en contra de esta megaobra que no repercutirá en mejoras para las grandes mayorías. Necesitamos organizar una tercera fuerza política de izquierda que pelee porque las decisiones las tome el pueblo trabajador en beneficio de las mayorías. Y no una casta política que está a la venta (como confesó el diputado chubutense del pro que dijo que por 10.000 dólares votaba a favor de la zonificación minera) y que decide en favor de las multinacionales y el empresariado local en detrimento del medioambiente, la salud, la educación y el trabajo.

Como dicen las asambleas: “No hay agua para llenar el embalse. No habrá energía para el pueblo. Sólo se enriquecerán unos pocos y los de siempre. ¡No a Portezuelo del Cuento!”

[1] https://www.mendoza.gov.ar/economia/portezuelo-del-viento-un-hito-para-mendoza/#0
[2] https://www.facebook.com/photo/?fbid=10226240983231681&set=a.1271782315336
[3] https://radio3cadenapatagonia.com.ar/manifestacion-en-la-pampa-y-rio-negro-contra-una-represa/
[4] (Ribeiro Lins, 1987; Talledos Sánchez et al, 2020) https://www.researchgate.net/publication/346957189_Megaproyectos_y_produccion_de_espacios_globales