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Red Internacional
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“Se mandará la dirección por mail”. Cinemark ya no será sede de Festival de Cine Israelí en Chile tras llamado a boicot

El Festival Internacional de Cine Israelí Seret 2024, organizado por la Embajada de Israel y programado para realizarse en las salas de Cinemark, ya no se realizará en Cinemark tras una masiva campaña de rechazo liderada por la comunidad palestina en Chile, apoyada por destacadas figuras académicas, culturales y políticas. En su página, anuncian que se reservan el derecho de admisión y que enviarán la nueva dirección por mail.

Sábado 30 de noviembre de 2024

Este evento, que buscaba exhibir producciones cinematográficas israelíes, fue señalado como una herramienta de “lavado de imagen” (whitewashing) que intenta desviar la atención de las graves violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado de Israel contra el pueblo palestino.

¿Qué es el Festival Internacional de Cine Israelí Seret?
El Festival Seret se describe como una iniciativa para difundir la cinematografía israelí en diversas ciudades del mundo, incluyendo Londres, Berlín, Ámsterdam, Buenos Aires y Santiago. Presenta películas, documentales y series que destacan narrativas del Estado israelí.

Lo cierto es que este festival cumple un rol político al ocultar, mediante el arte y la cultura, las políticas de apartheid, limpieza étnica y ocupación militar implementadas por Israel. Faride Zerán, periodista y académica, afirmó: “Eventos como este no son inocentes; forman parte de una estrategia de diplomacia cultural que busca blanquear la imagen de un régimen señalado por crímenes de guerra y genocidio.”

El rechazo también se fundamentó en el contexto actual: los recientes bombardeos en Gaza, la demolición de viviendas palestinas y las crecientes denuncias de violaciones sistemáticas a los derechos humanos han intensificado el clamor internacional contra la ocupación israelí.

Algunas de las personalidades que firmaron una declaración convocando a Cinemark a cancelar el evento:

• Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo y académica de la Universidad de Chile.
• Evelyn Cornejo, cantautora.
• Illapu, destacado grupo musical chileno.
• Gael Yeomans y Ana María Gazmuri, diputadas.
• Marcos Ilabaca, diputado.
• Sergio Gahona, senador.

En una carta pública dirigida a Cinemark y Alto Las Condes, señalaron que el festival “legitima un régimen que viola sistemáticamente el derecho internacional y perpetra crímenes de lesa humanidad.”

La contradicción del doble discurso

Si bien la participación de diputadas como Ana María Gazmuri y Gael Yeomans en esta iniciativa de denuncia suma a la causa, resulta contradictorio que el Gobierno del cual forman parte mantenga relaciones diplomáticas, económicas y militares con Israel.
La denuncia cultural y simbólica es importante, pero más importante es el impulso de acciones políticas reales, como la ruptura de tratados comerciales, el cese de acuerdos militares y el retiro del embajador chileno en Israel.

Complicidad internacional y herramientas de resistencia

El movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), que inspiró esta campaña, enfatiza que eventos como el Festival Seret son un ejemplo de la complicidad internacional con el régimen israelí. Según los organizadores del boicot, la diplomacia cultural israelí utiliza el cine como una herramienta para desviar la atención de la ocupación militar y la crisis humanitaria en Palestina.

La cancelación del Festival Internacional de Cine Israelí Seret 2024 en Cinemark, tras una fuerte campaña de boicot liderada por la comunidad palestina en Chile, marca un paso importante en la denuncia del apartheid y genocidio perpetrados por el régimen israelí.
Junto al boicot, hay que promover una lucha amplia, basada en la autoorganización de trabajadores y estudiantes. Siguiendo ejemplos internacionales, como el de portuarios que han bloqueado cargamentos de armas hacia Israel, es crucial que desde sindicatos, federaciones estudiantiles y organizaciones de base se impulsen acciones concretas contra los lazos económicos y militares que sostienen la ocupación israelí.

Para que la solidaridad con Palestina trascienda lo simbólico, es esencial paralizar la maquinaria de guerra y los sistemas de manufactura que lucran con la opresión. Desde los lugares de trabajo y estudio, se pueden construir redes de acción internacionalista que desafíen al imperialismo y al capitalismo global, vinculando esta lucha con otras batallas sociales. La clave está en organizarse desde abajo, para debilitar las bases materiales del régimen israelí y promover una transformación revolucionaria hacia una Palestina libre y socialista.

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