Enrique Escalante, director de Grupo Cementos de Chihuahua (GCC), salió a declarar que la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos resultaría benéfica para sus negocios en ambos lados de la frontera y no descartó ser proveedores de material para la construcción del muro.

Nancy Cázares @nancynan.cazares
Miércoles 23 de noviembre de 2016 14:00
El director general del Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) salió a declarar que "no podían ser selectivos" y que tendrían que "respetar a sus clientes en ambos lados de la frontera", indicando que no descartan la posibilidad de ser proveedores de material para la construcción del muro de Trump, una de las propuestas de campaña más controversiales del presidente electo de los Estados Unidos.
Haciendo gala de su personalidad, Trump aseguró que sería el gobierno mexicano quien tendría que pagar el costo de esa muralla de más de 3 mil kilómetros, posteriormente precisó que se pagaría con las remesas enviadas por mexicanos.
Estas declaraciones fueron refrendadas luego de la polémica visita de Donald Trump a México, misma que desató una recaída en la crisis del gobierno de Enrique Peña Nieto, alentada por el profundo sentimiento anti Trump en México. Esta visita provocaría movimientos bruscos en el gabinete del priísta, con la salida del Ministro de Hacienda, Luis Videgaray, quien fuera el principal promotor de esta reunión tan costosa para el líder del ejecutivo.
Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) es un productor mexicano de cemento, concreto y otros con operaciones en los estados centrales de Estados Unidos, el norte de México y en Bolivia. En el mercado estadounidense es líder en producción de cemento y en los últimos años ha emprendido un proceso de crecimiento enfocado en este país, pues el mercado de cemento en el gigante del norte lleva tres años en crecimiento y calculan que continuará hasta 2020.
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Hoy, aseguran que las propuestas del magnate inmobiliario favorecen la industria y anuncian que su empresa podría beneficiarse de los proyectos de Trump para desarrollo de infraestructura y energía en el mercado estadounidense, de donde provienen el 70% de sus ventas. La revitalización de la extracción de petróleo es otro de los elementos considerados por la empresa cementera.
Esta empresa también se vio favorecida con la caída del peso tras el triunfo de Trump. Además de haber adquirido activos en Cemex por 306 millones de dólares (que incluyen las plantas en Odessa y el Paso, Texas y en Las Cruces, Nuevo México), sus acciones aumentaron su costo a 64 pesos, ganando 1.59%. La adquisición de varios activos de Cemex elevará la producción de cemento de GCC de 4.5 a 5 millones de toneladas. 3 millones se producirán en Estados Unidos.
En los últimos años, esta empresa se ha beneficiado no sólo de estar constituidos legalmente en Estados Unidos, sino también de la relación comercial entre el gobierno de Chihuahua y EU.
La instalación de maquilas, la construcción de centros comerciales y la demanda de vivienda que va en aumento son elementos que GCC considera como positivos, "más allá" de las implicaciones negativas que tengan para los miles de trabajadores mexicanos.
Esta acción demuestra la alineación de los empresarios con el imperialismo estadounidense. Es por eso que la clase trabajadora, las mujeres y la juventud no podemos subordinarnos a la unidad nacional -pregonada por personalidades y los partidos con registro-. Para enfrentar la crisis desatada por Trump, debemos buscar la unidad con la clase trabajadora -incluyendo la migrante-, los sectores populares de Estados Unidos y la juventud. Como los estudiantes que hoy encabezan el repudio contra el magnate electo presidente.