El rector de la Universidad de Buenos Aires, Alberto Barbieri, dió vía libre a cada una de las facultades a tomar la modalidad virtual para continuar con el ciclo lectivo. ¿Cómo lo está aplicando cada facultad? ¿Que criticas hay entre docentes, estudiantes y trabajadores de informática? ¿Qué rol podemos cumplir los estudiantes en esta situación?. Pongamos en pie comités de crisis, debate y resolución junto a docentes, no docentes y estudiantes, de esta se sale con organización de lxs de abajo.
Sábado 11 de abril de 2020 12:52
En medio de la pandemia y la crisis económica que ya tiene consecuencias sobre la vida de miles de pibes y pibas que cursan en la universidad, que en muchos casos tienen que ir a trabajar igual en medio de la cuarentena sin elementos de seguridad, sufriendo despidos, suspensiones y rebajas salariales, las autoridades de la Universidad de Buenos Aires reprogramaron el calendario académico con fecha de inicio de clases presenciales al 1 de junio. Al mismo tiempo dejaron a disposición de los decanos de cada facultad avanzar en los contenidos mediante cursadas virtuales y esta semana informaron las novedades.
Mientras se discute sobre el sistema de salud, el trabajo de miles de pibes, el hambre de los jubilados y sectores más vulnerables, no puede haber normalidad en las “cursadas” se tienen que convertir en espacios de debate entre docentes y estudiantes, sobre la situación que estamos viviendo y afecta a las grandes mayorías, al mismo tiempo de que rol puede tener la universidad. En todas las facultades se deben conformar comités de crisis que sea intergremiales, de estudiantes, docentes, no docentes e investigadores, que funcionen como gobierno universitario, tomando todas las decisiones que respectan a nuestra facultad.
¿Quién decide en la UBA?
Esta resolución emitida un viernes por la noche, afecta a los más de 300.000 estudiantes de la universidad, 40.000 docentes y 11.000 no docentes, pero no fue consultada con todos ellxs. Tampoco por el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires. Mucho menos con las gremiales docentes, no docentes o los centros de estudiantes. Fue decidido por el rector a espaldas de la comunidad educativa.
Lo mismo pasa en cada una de las facultades donde los Consejos Directivos ya no funcionan y si lo hacen como en Filosofía y Letras lo convocan de forma “secreta” y sin poder de resolución, es decir, “solo para informar”. Atrasan 100 años, a momentos previos a la reforma universitaria de 1918, donde estudiantes y docentes lograron importantísimas conquistas a favor de la democracia universitaria. En momentos “excepcionales” refuerzan una estructura antidemocrática donde no hay lugar para la voz de cada claustro, donde ya de por sí la representación no es acorde a la cantidad que representa cada sector.
La realidad que no ves en las clases virtuales
En la Facultad de Económicas, Derecho, Ingeniería, Farmacia y Bioquímica las autoridades informaron que se seguirá cursando de manera virtual, como lo vienen haciendo desde el primer dia de la cuarentena. Se sumaron también distintas cátedras de Agronomía y Medicina. El próximo lunes indican que arrancarán en su mayoría en Veterinarias, Filosofía y Letras y Psicología. Las autoridades de FADU comunicaron que realizarán un “acompañamiento académico” también en el mismo formato, algo parecido comunicaron en Sociales, donde será optativo. Por su parte en Exactas están tratando de virtualizar la mayor cantidad de cátedras. Las autoridades del CBC por las cuentas oficiales, transmitieron que desde el 4 de mayo arrancará el cuatrimestre.
En Filosofía y Letras, el decano Américo Cristófalo, dijo que todas las cátedras habían sido consultadas sobre la posibilidad de implementar la virtualización de las clases y que tuvieron respuestas muy positivas. Pero cuando le consultamos con qué sector se había hecho la encuesta, nos respondió que fue con los titulares de cátedra, no con los docentes, muchos de ellos ad honorem, que son los que hacen funcionar el dia a dia en las facultades y quienes se encargaran de dictar esas clases de manera online. Y esta forma de (no) “consulta” se repite en el resto de las facultades.
Sabemos que son muchos las y los docentes que cargan con doble o triple jornada laboral porque no solo dan clases en las carreras de la UBA, en materias del CBC, sino también en otras universidades y en escuelas secundarias. Hoy tienen que duplicar su trabajo para poder virtualizar todas sus clases, en los distintos niveles educativos. Al mismo tiempo que muchos tienen padres enfermos o pacientes de riesgo que tienen que cuidar en medio de la crisis del Covid-19, hijas/os pequeñxs en casas con todos ambientes compartidos. No podemos dejar de pensar que esos niñxs que están a su cargo, también asisten a clases virtuales y muchas veces hay una sola computadora para toda la familia. (Ni hablar si están cuarentenando con otro adulto o joven que también está trabajando virtualmente). Acompañamos el reclamo de los docentes que de abril a junio toda actividad virtual propuesta (acompañamiento, intercambios con estudiantes) sea optativa para todxs lxs docentes (asalariados o ad honorem) y se desarrollen según cargo, dedicación y en los horarios habituales de trabajo. Y tambièn exigimos que los docentes ad honorem cobren de manera inmediata un salario de cuarentena igual a la canasta básica.
En muchísimas facultades, los no docentes encargados de la digitalización de materiales, del mantenimiento informático de los campus virtuales están denunciando que se encuentran contratados de forma precaria, que no son parte de la planta permanente y que cobran salarios de miseria.
El conjunto de la situación muestra que las autoridades están avanzando en una virtualización de las clases presenciales de manera forzada y sin ningún tipo de planificación previa, queriendo sentar (sobre la base del trabajo precario) las condiciones para avanzar hacia una modalidad donde el docente expone y al estudiante le corresponde un rol pasivo, donde su función es ser un simple receptor de conocimiento. Porque en nombre de la emergencia, se propone una idea lineal del proceso educativo, donde desaparece el ida y vuelta.
Las autoridades universitarias están más cerca de ver en este modelo de “educación online” un futuro negocio de plataformas, que de pensarlo como herramientas que ayuden a la comunidad educativa que está sufriendo por la pandemia: no están pensando en facilitar las investigaciones que realizaron intelectuales e investigadores de la facultad sobre el Covid-19 y sus alcances sociales, tampoco en abrir foros de interacción donde entre en debate el rol que podrían cumplir en esta crisis los conocimientos universitarios.
Frente a esto creemos que en los lugares donde ya comenzó la conexión virtual no se deben transformar en burbujas, por el contrario sean espacios donde estudiantes y docentes comiencen a debatir sobre la situación actual y qué medidas hay que tomar para que esta crisis no recaiga sobre nuestras espaldas.
La realidad es que los estudiantes, que somos la amplia mayoría de la universidad, tampoco fuimos consultados de la medida. La UBA no tiene un solo censo donde sepan cuantos contamos con acceso a internet y/o computadora. Pero tampoco hay consideración de la realidad que estamos viviendo los trabajadores de las cadenas de comidas rápidas, de las apps, las y los que trabajamos en call center o informales en muchos otros lugares, que en “tiempos normales” cuando intentamos estudiar en la UBA, 3 de cada 4 no logramos recibirnos porque tenemos que decidir entre el trabajo o el estudio imaginense ahora que estamos siendo atacados por las patronales que despiden (aunque hay una ley del gobierno que lo prohibe), que nos están rebajando los salarios en medio de una cuarentena, nos obligan a trabajar más horas y si nos aprietan diciendo que si los denunciamos, nos echan porque afuera hay muchos buscando trabajar. Y cómo los docentes muchos de nosotros también tenemos a nuestro cuidado niñxs, ancianos y vivimos hacinados.
Una universidad que no sea indiferente al hambre
Las autoridades, dándole la espalda a esta realidad no hacen más que trabajar para que la UBA vaya hacia una mayor elitización. Sabemos que si no se revierte está situación, la deserción será masiva. Sin embargo, lejos de tener políticas que contrarresten esta tendencia, refuerzan el individualismo y fomentan la lógica “meritocrática” donde nos hacen creer que podemos “salvarnos” de la crisis, si nos apuramos a conseguir un título universitario, aunque eso implique pisar cabezas y dejar a miles de compañeros y compañeras en el camino. No nos sorprende: peronistas y radicales en la universidad, son la representación de la unidad que hay a nivel nacional, junto con los grandes empresarios dicen “de esta salimos entre todos” pero los que estamos pagando los platos rotos somos las y los trabajadores, las y los más precarios, las mujeres y jubilados.
A esto también aportan los centros de estudiantes en sus variantes radicales con la Franja Morada en Económicas, Psicología o el Partido Socialista en Derecho. Tampoco se quedan atrás el PJ y La Cámpora. Son los primeros en insistir y presionar para que se implemente de inmediato la virtualidad.
No pelean nada distinto, los Centros de Estudiantes que están dirigidos por el Kirchnerismo de Patria Grande (incluso el que dirigen en común con el Partido Obrero en Agronomía) al estar totalmente paralizados. Creemos que deberían convocar a reuniones virtuales para organizar a todos esos jóvenes universitarios que la están sufriendo mientras los empresarios los maltratan, sus sindicatos los traicionan y el estado se les ríe en la cara ofreciéndoles un bono de 10.000 pesos que todavía nadie cobró... ¿Creen estas agrupaciones que alguien puede vivir con esa plata?
Sería un apoyo muy importante para todos ellxs, que los centros de la UBA exijan de manera conjunta al gobierno que por ejemplo solo con un impuesto del 3% a las fortunas de los empresarios para financiar un bono de $30.000 para todxs lxs estudiantxs y trabajadorxs que no tienen licencias pagas, quedaron sin ingresos y no saben cómo van a hacer para seguir viviendo. Esto cómodamente alcanza a 7 millones de personas.
Creemos además que los centros deberían llamar a reuniones intergremiales para poner en pie verdaderos comités de crisis donde participen todos los estudiantes, docentes, no docentes e investigadores que lo deseen, empezando a funcionar como gobierno universitario, tomando todas las decisiones que respectan a nuestra facultad, mediante una persona un voto. En estos espacios debemos discutir cómo poner a disposición de las grandes mayorías que sufren la crisis todos los recursos que poseen las instituciones. Por dar algunos ejemplos, sabemos que hay laboratorios e impresoras 3D juntando polvo en Facultades como Medicina, Farmacia, Arquitectura y Exactas, que podrían confluir con los trabajadores de MadyGraf que vienen produciendo mascarillas con esta misma tecnología para lxs trabajadores de la salud.
Hay facultades como Filosofía y Letras, Ciencias Sociales, Agronomía y los CBCs, que podrían poner sus recursos y espacios a disposición de la comunidad, para que todxs lxs trabajadorxs, niñxs y jovenxs de los barrios aledaños puedan recibir una bolsa con alimentos y/o un plato de comida caliente.Al mismo tiempo los estudiantes de estas facultades ya podemos junto a los docentes de las escuelas medias, colaborar con la entrega de estos bolsones exigiendo al gobierno nacional que sean alimentos de calidad, no como los que están repartiendo y que no sea la policía la que cumpla ese rol, que sabemos que tiene la función de generar más control en los barrios populares, sino que sea garantizado en base a la organización popular de estos comités, que releven además las necesidades y carencias de la población para llevarlo adelante (tanto falta de comida como de productos de higiene)
Desde la Juventud del PTS, sabemos que en momentos de enormes crisis sociales el movimiento estudiantil puede estar de un lado o del otro, pero nunca es neutral. Nunca se mantiene al margen. Por eso, nuestra política es diametralmente opuesta a reforzar el individualismo y la indiferencia. Creemos que los estudiantes universitarios tenemos que pelear para que los centros de estudiantes, en unidad con los sindicatos docentes, forjen una alianza poderosa que junto al resto de lxs trabajadorxs que ya empiezan a levantar cabeza frente al hambre y la miseria, para darle un curso distinto a esta crisis que solo va a traer más pobreza.